Las cartas de Francisco Ayala sobre

Cuadernos Americanos

Cuadernos Americanos. La revista del Nuevo Mundo. México D.F., 1942-1986.

Esta revista surge del esfuerzo de varios mexicanos y españoles en el exilio por crear un medio de cooperación cultural bajo la dirección de Jesús Silva Herzog y con Juan Larrea como secretario. Ayala colaboró durante más de 20 años en Cuadernos.

cartas 11 al 15 de 21
FECHA
10/02/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (10/02/1960)

10 de febrero 1960

Mi querido Ricardo:

Llegó, que todo llega en este mundo, el número de La Torre con las cartas cruzadas entre Juan Ramón y Zenobia. Las he leído con enorme interés. ¡Cómo se dibujan las respectivas personalidades desde el comienzo! Tu estudio de introducción es –no habría que decirlo- excelente y, desde luego, oportuno. Creo que en relación con esas cartas no se plantea el problema que con otros papeles del poeta, puesto que él las escribió pensando en la publicidad y en la inmortalidad y en el monumento; y esto es lo que, à son insu, les da enorme interés. La actitud es la misma que tuvo respecto de la creación poética. Vivía, si a eso puede llamársele vivir, en función de ella; y el sublime farsante lo hacía todo con vistas a la extrapolación estética. El resultado, paradójicamente, era rebajar el valor estético de sus perlas artificiales. ¡Qué contraste con la poesía de Machado, a quien le brotaban sin buscarlo ni procurarlo las perlas naturales de su verso como excrecencia del vivir! Por cierto, para Machado hubiera sido afrentoso y terrible el hecho de que sus cartas a Guiomar alcanzaron al público, y aun a tercera persona, aunque ésta lo hubiera sido en verdad, y no la vieja alcahueta de doña Concha Espina. Pero es que él era un hombre, y tenía sindéresis. Por eso, paradójicamente también, interesan más sus cartas: uno sabe que no estaban marcadas.

Lo que ocurrió con Delaware es que el Sr. Roberts estuvo en la convención de Chicago, y allí se encontró con Martinez López, quien dejó saber que ya estabas tú comprometidos con ellos. Seguramente desistió, entonces, el otro de escribirte. Por cierto que el dicho Martínez pasó por aquí con la familia hace unos dias, de camino para España, y estuvimos juntos unas horas durante las cuales, cómo no, te recordamos con el cariño que mereces.

El pobre Molina está preocupadísimo con su artículo. El tiene justificadas suspicacias; digo, justificadas en general, no en en este caso específico, pues seguramente no se da cuenta de que las resistencias que halla su excelente estudio no se deben (si son intencionadas y no resultado de la necedad ambiente, como bien pudiera ocurrir) a que mi libro ha tenido ya demasiado éxito, y eso despierta la envidia de gentes que sólo creen puede reconocerse a un escritor a condición de que se haya muerto previamente, o al menos de que esté muerto en algún modo, y no inquiete, ni moleste, ni diga cosas desagradables. Dado que yo no pienso en morirme por ahora, ni menos dejar de escribir con punta, pues de otro modo no me tomaría el trabajo, ciertos elementos prefieren, consciente o inconscientemente, silenciarme. Por suerte, hay otra gente, y al parecer no demasiado escasa, que tiene la magnanimidad bastante para decir lo que piensa cuando piensa bien de algo: y me refiero en particular ahora a Rodríguez Alcalá, que no contento con su magnífico artículo de Cuadernos Americanos, ha publicado otro, muy generoso, en el último número de la Revista Hispánica Moderna, donde, por cierto, cita tu nombre. Quizás lo habrás visto. Volviendo a Rodrigo, me dijo que tú vas a enviar su trabajo a los Papeles de Cela. Puedes creerme si te digo que me alegraré de que se lo publiquen, más que por mí mismo, por él. Necesita absolutamente esa confortación.

Recibí de Jorge una carta, muy contento con su nuevo puesto como ayudante del Rector. Lo felicité, aunque sería al Rector a quien habría que felicitar.

No dejes de escribirme, y pronto. Déjame conocer tus planes conforme se concreten. Los nuestros consisten en volar hacia España directamente en los últimos dias de mayo o primeros de junio; estar unos pocos en Madrid, y luego ir a Andalucía, y ver un poco aquello. En julio, probablemente, ir a Berlín, donde me han invitado a dar unas clases; en agosto a Inglaterra, y en septiembre, según estemos, y según hayan ido las cosas, se verá que se hace. Todo está aún, como ves, bastante elástico, salvo acaso el proyecto de colar directamente a España, y aun éste pudiera tener variantes todavía.

Saludos muy afectuosos a todos los amigos, y para ti un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
20/04/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Arnaldo Orfila
DESTINO
Fondo de Cultura Económica
ORIGEN
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Francisco Ayala a Arnaldo Orfila (20/04/1961)

Nueva York, 20 de abril 1961

Dr. A. Orfila Reynal,

Fondo de Cultura Económica,

México, D.F.

Mi querido Orfila:

Le escribo en relación con cuestiones editoriales, a la espera de que, en ocasión próxima, probablemente durante el verano que viene, tengamos oportunidad de charlar ampliamente de todas las cosas que llenan e inundan a nuestro desagradable mundo actual.

Cuando en el año anterior visité España, convinimos con don Manuel Aguilar en publicar un tomo que contuviera todas mis novelas cortas y cuentos, desde el comienzo de mi actividad literaria hasta el dia. Muchas de esas pequeñas narraciones son hoy prácticamente inencontrables, están en libros agotados o en revistas difíciles de hallar; y ahora, después de la repercusión que tuvo mi novela Muertes De Perro (acerca de la que todavía sigue escribiéndose), y en vísperas de aparecer otra del mismo corte que por entonces preparaba y ya he terminado, entendíamos que un libro así tendría buenas perspectivas de venta. Varios estudiantes y críticos están haciendo tesis doctorales o estudios sobre mi obra literaria en su conjunto, y seguramente, si se le ofrece al público esa parte de ella reunida en un volúmen de cuidada presentación, éste ha de tener buena acogida. Contábamos desde luego con que la censura pondría algún que otro reparo; pero contábamos también con superarlos a base de persuasión e influencia, como otras veces se ha conseguido.

Sin embargo, después de meses, nos encontramos con que los censores han hecho esta vez tales destrozos en los originales que, de hecho, impiden la publicación del libro. Imagínese que hasta mis novelitas estetizantes de la época Revista de Occidente han sido objeto de mutilaciones absurdas. En tales condiciones, y a pesar de que Aguilar, ignoro con qué fundamento, espera cambios favorables en los criterios –si de criterios puede hablarse– de la censura española, yo doy por excluida toda utilidad de volver a someterle el libro.

Quisiera, pues, preguntarle a usted si no estaría dispuesto a editarlo en el Fondo. Sólo una de las grandes casas, con buen aparato de distribución como es el suyo, puede cumplir la finalidad que su publicación persigue. Como le digo, se trata de un volúmen que reuna todas mis novelas cortas, con exclusión de las extensas, desde aquellas que aparecieron en Revista de Occidente hasta una que saldrá en el próximo número de Cuadernos Americanos, precedidas acaso de un buen estudio, que podría serlo el de H. Rodríguez Alcalá en la Revista Hispánica Moderna. Según mis cálculos, el libro no resultaría excesivo, ni mucho menos: entre 500 y 550 páginas. Si, como deseo, su respuesta es afirmativa, le enviaré los originales para que estudie la edición sobre ellos.

Otra cosa: un germano-americano ha escrito un libro muy bueno estudiando seriamente el pensamiento filosófico de Unamuno. He pensado que acaso le interese a ustedes. Si en principio es así, dígamelo, para que le pida una sinópsis y se la envie a usted.

Y nada más por el momento, que ya es bastante larga esta carta. A la espera de sus noticias, le envía un gran abrazo su viejo amigo

Francisco Ayala.-

Francisco Ayala

54 W., 16th Street

New York 11, N.Y.


FECHA
28/07/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (28/07/1961)

28 de julio de 1961

Querido José María:

Con alarma veo la fecha a que estamos. Si me descuido un poco más, quien sabe si la carta ésta no precedería ya a vuestra llegada. Deseo que te esté esperando, como sugieres, de modo que enseguida la escribo y expido. Si hubiera algún motivo para tanta celeridad, entonces no tendría mérito. La gracia está en que no tengo nada que decirte, pues no querrás que te cuente mis impresiones de la segunda, tercera y cuarta semana (que hoy termina) del curso veraniego en que me divierto. Otras noticias, apenas si las hay. Sabrás sin duda del incendio que devoró una parte del edificio Taylor, lo bastante para ocasionar gastos crecidos, pero no para impedir que se dicten clases durante los dos o tres próximos años. Sólo el lado de la derecha ardió, y temo que esas revistas que nos proponíamos inspeccionar tú y yo cualquiera de estos quinquenios hayan quedado reducidas a lo que seremos en un futuro próximo todos nosotros: polvo, aunque polvo enamorado.

Llegó Tierno Galván a la docta ciudad de Princeton, donde estuvimos reunidos alrededor de una barbacoa o bar-b-q preparado con maestría por Edmund King; a cuya sabia reunión seguirá en dias venideros otras, que tendrá lugar en esta ciudad Nueva York, condado de Manhattan, a expensas del que suscribe. De este modo, todos los problemas políticos de España y del resto del mundo quedarán satisfactoriamente arreglados: te lo comunico para que desde ya depongas cualquier inquietud que tuvieres acerca del futuro.

Yo también recibí el número de La Nación que se honra insertando tu artículo. Te guardo el ejemplar, y nada te cobraré por él. Lo único que si quiero pedirte, en compensación del servicio prestado al recomendarte, es, no la comisión (ça va de soi), sino que me recomiendes al susodicho rotativo para ver si consigues que me readmitan como colaborador, ya que no han publicado mi último artículo ni se han dignado contestar a mis reiteradas misivas, lo cual ha de interpretarse como una manera delicada de darme una patada en el trasero. O será que consideran demasiados dos profesores de Bryn Mawr para sus páginas? O acaso que tu amigo y protegido Julián Marías ha exigido que yo no colabore más como condición para seguir favoreciendolos con sus ilustradas prosas? Chi lo sá? Misterio profundo, que me tiene sin sueño desde hace meses.

Los amigos de Cuadernos, que ya publicaron la carta suscrita por varios firmantes de la carta no suscrita, y lo han hecho con sutileza digna de los tiempos de Romero Robledo, han obtenido, en calidad de compensación, que les envie un nuevo artículo, y prometen publicarlo en setiembre, que es un mes buenísimo, o por lo menos tan bueno como otro cualquiera, para publicar artículos.

Quizás no ignores que aquel cuento mio, Violación en California, que tú conoces, se publicó por fin en Cuadernos Americanos. No te doy noticia tan importante por falta de otras mejores, sino para que veas cómo, una vez más, la naturaleza imita al arte: según noticia muy regocijada que me comunica Nilita Vientós, el caso acabo [sic] de producirse en Puerto Rico en términos muy semejantes a los de mi relato. Y para que me convenza, me envía un recorte de prensa que guardo a tu disposición.

Termino, porque el papel termina, y me despido encargando los habituales saludos, y con un gran abrazo para tí de

Ayala.-


FECHA
25/10/1961
REMITENTE
Jorge Enjuto
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Jorge Enjuto a Francisco Ayala (25/10/1961)

25 de octubre de 1961

Sr. Francisco Ayala

54 W., 16 Street

New York City, N.Y.

Querido don Paco:

Acabo de recibir esta mañana su carta del 22 de octubre y se me quita un peso de encima al ver que ha cuajado su viaje a Alemania. Digo esto porque hace pocos días recibimos un cablegrama de una compañía de aviación Alemana en Nueva York pidiendo informaramos si teníamos en nuestro poder su pasaje a Alemania. Con todo el dolor de mi corazón tuve que contestar en la negativa. Me sospecho que el pasaje aparecería en otro sitio. No deja de preocuparme, sin embargo, que caiga usted en este país en la actual situación política, pese a que un amigo nuestro de apellido Castilla se encuentra allí estudiando al parecer perfectamente tranquilo.

Tan pronto recibí su carta llamé a la joven y apuesta Brunhilda, quien me explicó que no había dejado ninguna copia del artículo de Nina en la Editorial debido a que el mismo estaba en inglés y que Nina le había dicho que le mandaría la traducción al español. Parece que Geño está de acuerdo en considerar el artículo para un próximo número. Sería bueno, sin embargo, que cuando estuviera completo me lo refiriera directamente a mí para a mí vez hacérselo llegar a Geño personalmente.

Veo que Julito los honró compartiendo el flamante automóvil de que son poseedores; pero no deja de sorprenderme que una vez iniciada la honesta costumbre del reparto, tan popular en nuestros días, no le sedujera compartir también una de las suculentas comidas por las que Nina Grande ha logrado tan difundida y merecida fama.

Lo de Bergamín no nos extraña y estamos seguros de que se las arregló para que las cosas ocurrieran así con el fin de aumentar su creciente fama de conspirador, feo, católico y sentimental. Después de sus gloriosas y accidentadas hazañas en la península podrá retirarse a París para vivir de sus laureles por una buena temporada. La policía española con la natural falta de comprensión adscrita a estas beneméritas instituciones no entiende que el pobre Bergamín se gana la vida con los artículos que publica en El Nacional de Caracas y que todos estos juegos de lanzar el artículo y tomar las de “Villadiego” son parte sustancial del honesto oficio de escritor.

Carpio está bien, pero hacer varios días que no lo veo, tan pronto le eche la vista encima le daré su mensaje.

Aurora ha lanzado gratuitamente sobre su cabeza la semana pasada una sarta de cariñosos improperios. Siguiendo, según afirma, su consejo envió un artículo de Machado a Cuadernos Americanos y por si los dípteros, mandó copia del mismo a Sur por si colaba. Desgraciadamente fue aceptado en ambas redacciones y acaba de aparecer en las dos revistas, que por mala sombra salen al mismo tiempo. Huelga decir que ha escrito largos documentos explicatorios y si no lo culpó a usted directamente ante las respectivas direcciones por sus maquiavélicos consejos, fué porque se lo prohibí terminantemente, dada mi “autoridad” como marido. La verdad es que si hubiera dejado las cosas en paz nadie se hubiera enterado del camelo.

Recuerdos cariñosos a las dos Ninas y para usted un abrazo muy fuerte de este su amigo,

Jorge

ltb


FECHA
01/05/1964
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / GRADUATE SCHOOL OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (01/05/1964)

1 de mayo de 1964

Querido Ricardo:

Gracias por tu carta. En vista de lo que me dices, desisto de tratar el tema Galdós, nivolista, pues tú has de hacerlo a fondo, y no es cosa de venir después con una patochada a la ligera. Ya buscaré otra cosa para salir del compromiso.

Es formidable, lo mucho –y, desde luego, lo bien– que estás trabajando. Yo, en cambio, estoy desde hace algún tiempo sumido en la holgazanería.

En Puerto Rico la he practicado con intensidad laudable durante 13 dias. Mi único trabajo fue leer dos conferencias (o una, partida por gala en dos) sobre el desarrollo político-social de España, que se publicará en Cuadernos Americanos para disgusto de tutti quanti y quizás también mio.

Paso a informarte de las cosas puertorriqueñas: mi impresión es que la crisis en trámite ha pasado, resolviéndose, como es de justicia, y de costumbre, a favor de Benitez. Los detalles te los contaré en Madrid, donde me tienes desde 29 de los corrientes mes y año. También podré darte desde entonces noticias pormenorizadas de los amigos tanto como de los hijos de puta, cuyo número, si volaran, etc., pues para hacerlo por escrito necesitaría resmas y resultarían novelas.

Lo de Gil se arregla, no de mala manera, reteniendo por el año venidero su puesto en Rutgers y viniendo aquí part time como visiting professor con 6.000 del ala, lo cual no está nada mal, y a él le parece excelente.

Y nada más por el momento, sino mis saludos muy cariñosos para Agnes y para Javier, y un gran abrazo para tí de tu compinche

Ayala.-