Las cartas de Francisco Ayala sobre

Nina Silva

Etelvina Silva Vargas. Puerto Montt, Chile, 1908-Madrid, 1990.

En Berlín, donde vivía con su hermana Lucinda, ambas con una beca Humboldt, conoció a Francisco Ayala. Allí contrajeron matrimonio el 20 de enero de 1931. Sus conocimientos de alemán le permitieron ayudar a su marido en las traducciones de obras académicas y literarias. En 1934 nació en Madrid la única hija del matrimonio, Nina Ayala.

cartas 51 al 55 de 102
FECHA
16/05/1964
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (16/05/1964)

16 de mayo de 1964

Querido José María:

Luengas jornadas ha que pienso contestar a tu memento de abril 14, sin que hasta ahora, y no sin causa, se me haya deparado la oportunidad de batir las teclas de mi máquina a tu dirección. Es el caso que, faltando a mis deberes y compromisos académicos –razón por la cual deben subirme el sueldo– me ausenté de esta ciudad para dedicar mis esfuerzos culturales en beneficio del trópico feliz durante unos quince días, que fueron gratos por diversos conceptos, y ante todo por la sensación de estar faltando a mis clases de NYU. Junto a esta principal fuente de delicia, cuenta la que me produjo el conversar ampliamente con Gil Robles (que no se entere Gorkín, por favor, pues morirá de envidia) ausentándome antes de que pronunciara las eruditas conferencias que había de dar, en justa represalia al hecho de que él, astutamente, había llegado después de haber debitado yo las mias. Y no sólo tuve contactos con la alta política, sino que ingresé también a ratos en la esfera de la poesía, representada por Jorge Guillén, cuya esposa conocí en tal ocasión, y aun recibí efluvios capitosos de la filosofía, procedentes de los pebeteros intelectuales de Echeverría y Schajowicz.

Para aliviar el complejo que te producen, no hay duda, las frustradas expediciones de Renée en busca de un ejemplar de El ser y la muerte, direte lo acontecido hasta la fecha con Death as a way of life, aunque en breve resumen. Según lo previsto, se publicó dicho libro el día 11 de los corrientes, sin que dicho acontecimiento fuera acompañado del más modesto aviso en la más modesta de las publicaciones diarias. (Siendo de advertir que, durante mi ausencia en Puerto Rico, llamaron del New York Times y de un par de sitios más a la NYU pidiendo fotos del autor, cuyas fotos yo había ofrecido a la editorial para ser desdeñadas por ella, y ahora Nina hubo de apresurarse a proveer, en vista de que los periódicos las solicitaban espontáneamente). Pues bien, el día 12, o sea al siguiente de publicarse el libro, aparece en el New York Times un artículo de Charles Poore, exhortando con mi efigie, donde no decía nada entre dos platos –pero tampoco las necedades y asneras que hubieran podido temerse–, pero que, por el mero hecho de aparecer dió lugar a que los 30 locatarios del inmueble donde habito me hablaran del asunto, y a que mi teléfono no cesara de sonar en todo ese dia y el siguiente. El siguiente, me dijo el 'editor' con todo su toupé que qué bueno; que había sido para ellos una gran sorpresa, y que en vista de la importancia del libro, ahora iban a poner un anuncio en el mismo diario, mejor en el magazine, a cuyo efecto se postergaría el artículo que el susodicho, según habian averiguado, iba a publicar. Para que estimes mi paciencia y demás virtudes cristianas que adornan mi carácter, te aseguro que me abstuve de cagarme en sus muertos. Le pregunté si habían pensado en paperback, y me confesó que aún no habían tenido tiempo de ello. En fin, el libro no había sido distribuido a las librerías (ni sé si lo ha sido ya; aunque no lo he visto en parte alguna pudiera ser...); y entre tanto ya ha salido otra nota con retrato en el Herald Tribune, Washington Post y otros rotativos.

Bueno, pues eso es todo. Aquí estamos en el lio de exámenes (yo) y preparativos de viaje (Nina), para volar en pos de la patria ausente el dia 28, con planes inconcretos, sobre todo a partir del 1 de julio, hasta cuya fecha estaremos en Madrid, dirección que ya posees y espero sirva de punto de enlace para explorar la posibilidad de que nos encontremos en ese pequeño continente tan lleno de contenido.

Saludos y abrazos de

Ayala.-


FECHA
08/11/1964
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Max Aub
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa, nota final autógrafa de Nina Silva y membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Max Aub

Carta de Francisco Ayala a Max Aub (08/11/1964)

8 de noviembre de 1964

Querido Max:

Dos líneas para agradeceros todo lo mucho que habeis hecho para que mi estancia ahí haya sido tan grata. Esos dias hacen contraste con las prisas y tramujos en que me encuentro ahora, por compensación, al regreso.

Supongo que se te pasaría el entripado sin dejarte siquiera el escarmiento.

Ayer recibí carta de Salazar, y parece que las aprensiones no eran justificadas, pues ya se considera al otro lado de la operación. Menos mal.

No olvides de mandarme la revista de los sesentones, así como la edición del Facundo y el libro de don Enrique Diez Canedo que me prometió Paco Giner. Y a esos volúmenes puedes añadir cuantos etcéteras se te ocurran.

Abrazos para los dos de

Ayala.-

[Escrito a mano por Nina Silva:] Querida Pegua [sic]: Muy bonita la calabaza que me mandaste. Adorna mi sala y alegra la vista. Gracias.

Muchos cariños de Nina.


FECHA
23/11/1964
REMITENTE
Damián Bayón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
París
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Damián Bayón a Francisco Ayala (23/11/1964)

París, 23 de noviembre de 1964

Querido Ayala:

Entre dos págnias [sic] de una eterna escritura que nadie ve y nadie lee me acuerdo de Uds. con cariño y saudade. ¿Qué es de sus buenas vidas? Inmediatamente los veo in mente: Ud. escribiendo algún misterioso libro y Nina atareada con las “relaciones exteriores” de la casa. ¿Qué saben de los chicos? Sé que Nina se queja de no tener noticias mías pero a la muy tranquila no se le ocurre siquiera ponerme unas letras.

¿Estuvo en México? ¿Vió a Murena? Cuente hombre cuente. De Murena recibí una carta que vino caminando pues era del mes pasado. Me cuenta algunas cosas buenas pero siempre saben a poco, por ejemplo que Victoria Ocampo le escribió a Malraux reclamando porque no la consultaron cuando fue De Gaulle...

El otro día estuve en una conferencia de Maravall en mi Escuela. Habló de la idea de progreso en la España de los siglos XVI y XVII. Muy bien, después le retrucaron Braudel y Bataillon. Se acordaba de mí pero como él había venido para la Conferencia de la Unesco no me atrevia a molestarlo con invitaciones a mi casa. Le hicieron prometer que va a volver durante este curso para hablar de las comunidades.

París no da abasto de exposiciones. Hay una de arte negro, otra de collages, otra de naifs y me falta salas nuevas del Museo Guimet con cosas del Nepal y del Tibet, en fin la locura. Me apresto a ver Puntilla y su valet, de Brecht por el excelente T.N.P. Ya vi un Ricardo III bastante bueno, Les ailes de la colombe (un Henry James), una Vida es sueño interesante y no sé qué más. Todavía no me decido por El desierto rojo de Antonioni que ha sido criticada duramente por nuestros dictadores Cortázar. Que, por suerte, me invitan de tiempo en tiempo con gente interesante. Yo, para no ser menos, tengo mañana en mi casa a Miguel Angel Asturias que vuelve del Congreso de los Negritos en Berlín.

A Borges lo vi de lejos, lo escuché divirtiéndose la mar con la poesía gauchesca. Pero había un mar de gente. Aurora habló con la “novia” que según ella no pasa de “secretaria” -y por una vez debe ser cierto- y dijo cosas sensatas: que le gusta estar con gente joven y que la madre ya está tan delicada que el pobre se hace mala sangre cuando viaja con ella. Aquí ha sido la apoteosis, por fin están entendiendo algo al personaje (no bien todavía). En cambio al loco de Mallea a quien me aprestaba a ver pasó como exhalación. Arciniegas me dijo que estaba... y ya se había ido. Escriba y “largue”. Abrazos numerosos de


FECHA
28/01/1965
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / GRADUATE SCHOOL OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (28/01/1965)

28 de enero de 1965

Querido Ricardo:

Quiero contestar a tu carta del dia 15 antes de que las clases vuelvan a agarrarme, y después de haber soltado yo el paquete de los exámenes.

Ante todo, mis felicitaciones por esa oficina (que supongo contará, entre su elegante mobiliario, con una suntuosa secretaria bilingüe, aunque tu carta caligráfica me deja en alguna duda al respecto). A mí también me han prometido una oficina, y ha de ser verdad que piensan dármela, pues el tercer año que me la prometen, con exhibición de planito y todo… Uno de estos años me la darán, estoy seguro.

Me alegro del acuerdo general a que has llegado, coincidiendo con mis propias apreciaciones, sobre las tarifas de derechos de Anaya. Espero carta de Ruipérez. Por lo pronto he recibido una –largo tiempo adeudada– de Correa Calderón, donde vágamente me habla de mis posibles colaboraciones. Esperemos.

En el dia de la fecha recibo una misiva de Jorge Cela donde me anuncia el envio inmediato de dos ejemplares de mi novelita, que ahora se llama El rapto, y no por el nombre del protagonista, “Vicente de la Roca”, y que, por lo visto, ha ocasionado una pelea de Camilo José con la censura que deseaba arañar su inocente texto. Entiendo que por fin ha salido de sus manos sin arañazos. Veremos. ¿Tú ya enviaste la tuya? Manolo parece que está rehaciendo lo que se proponía darles, pues le resulta demasiado corto.

Javier, tu sobrino, me ha enviado el ‘paper’ que elaboró bajo tu férula sobre este servidor de dios y de usted. Lo he leido, y voy a contestarle cuando tenga un poco de tiempo haciéndole las observaciones que me parezcan pertinentes. Y dándole las gracias, por supuesto. Yo creo que de ahí puede sacar un buen artículo, para gloria suya y mia, y secreta satisfacción tuya como Deus ex machina.

Tuve noticias de Jorge, dispuesto, en efecto, a pedir un año de licencia sin sueldo, en la UPR para aceptar ese empleo; y agradecido a tí y a mí por haberle aconsejado lo que, al fin y al cabo, es sensato y le conviene. Según parece, tampoco Aurorita está en condiciones de terminar su tesis para la fecha fijada, y esto ha de haber contribuido muy poderosa, quizás decisivamente, a la resolución adoptada.

Supongo que no has de jar [sic] pasar demasiados dias sin escribirme, y que lo harás con tanta extensión como yo, por avergonzarte de tu parquedad, lo hago.

Nina te envia sus cariñosos saludos, y yo un abrazo.

Ayala.-

Noticia: la Limes Verlag me ha comprado los derechos para publicar en alemán La cabeza del cordero.


FECHA
11/02/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con membrete:] STANFORD UNIVERSITY / STANFORD, CALIFORNIA / DEPARTMENT OF MODERN EUROPEAN LANGUAGES

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (11/02/1965)

11 febrero 1965

Querido Paco:

Empiezo por dárte la enhorabuena por la futura traducción al alemán de La cabeza del cordero. Eres un tío muy grande y dentro de poco te harán una estatua (yacente) en Granada. Para eso no hace falta sino que te decidas a ingresar en la categoría de cadáver ilustre, que ya sabes que en nuestra tierra es las más estimada y respetada.

Espero con impaciencia la novela corta que has publicado en la colección celesca, pues el hecho de que la censura, astuta como honesta, haya querido pulir tu prosa me hace pensar que pusiste en el cuentecillo más picante del que reconocías. Yo me atasqué nada más empezar por escrúpulos de conciencia y ahora se me ha ido la aventura al cielo y no estoy en humor narrativo.

Si te digo la verdad, se me está desarrollando una insospechada alergia a la pluma. Salvo los artículos escritos con ocasión del centenario unamuniano y alguna reseña que Canito me pidió, hace ahora un año en que no escribo nada. Estoy lleno de notas, de apuntes y a veces hasta tengo alguna idea, pero a la hora de la verdad me siento como paralizado. También puede influir la circunstancia de que si algo interesante se me ocurre lo desarrollo de palabra en las clases y con eso me parece haber cumplido.

He leído muchísimo sobre el modernismo y sigo leyendo sobre la novela contemporánea. Me hinché a tomar notas machadescas durante todo el mes y ahora estoy valleinclaneando a más y mejor. Pero no me hago grandes ilusiones.

Como Javier se ha convertido en colaborador asiduo de no sé qué periodico de Madrid, Informaciones, me parece, tal vez es allí donde deba publicar las cosas que sobre tu obra he escrito. Como él es todo lo abundante que yo quisiera ser, tal vez convenga decirle por donde debe cortar.

Volvieron a ofrecerme el puesto permanente en Stanford y reiteré la negativa. El Departamento es demasiado pequeño y ligado, o por mejor decir, dependiente del alemán. Los estudiantes son francamente buenos puesto que aquí sólo aceptan a los mejores, pero la facultad es mínima y hay pocas ocasiones de cambiar impresiones con los colegas. Para conversación, lo que se dice conversación, voy a Berkeley, donde Montesinos te recuerda con simpatía y genuina estimación, literaria y de la otra.

Por supuesto, San Francisco es una de las pocas ciudades interesantes que van quedando. Las gentes son diversas, algunas tienen personalidad muy acusada y se come espléndidamente. He comido pescado tan sabroso y rico como hacía años no lo cataba en este bendito país. ¡Y que librerías! San Francisco será factor decisivo en que mi sindineritis crónica se haga, además, aguda.

Recuerdos a Nina y para ti un fuerte abrazo de