Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (13/09/1966)
13 de septiembre de 1966
Mi querido Ricardo:
No me he apresurado a contestar tu carta porque no sabía en
qué fecha pensabas regresar a Austin; pero calculo que ya has de estar ahí de
vuelta, y hoy te escribo.
En efecto, desde el 30 de julio somos abuelos de una niña
tan preciosa como todas las niñitas deben parecerle a todos sus abuelos. Aparte
de esto, es hermosa y se está criando muy bien. Por supuesto, a Nina abuela la
ha esclavizado definitivamente, pues se pasa el dia en casa de nuestra hija, y
pobre de ésta si así no fuera. Yo tampoco dejo de ir por allí todos los dias, resarciéndome
de antemano, pues desde el 2 de octubre próximo comienzo mi destierro temporal
en Chicago (y desde ahora te doy mi dirección para que me escribas cuando puedas:
The University of Chicago, Department of Romance Languages, 1050 East 59th
Street, 37, Illinois).
Durante este tiempo, sea por las complicaciones del nuevo
status familiar, sea –lo que es más probable– por falta de fluido que alimente
la combustión literaria, mi proyecto de nueva novela ha avanzado demasiado poco
y desganadamente. Lo que pasa es que si uno quiere, como quiero yo, evitar el
repetirse e intentar experimentos nuevos a cada momento, la cosa no puede
ajustarse a la feliz pauta de coser y cantar. Veremos si los frios, vientos y
soledad de mi estadía en Chicago son propicios a un nuevo empujón, y la cosa
marcha por fin. Cualquiera sabe.
Espero que, según lo planeado, nos veremos ahí durante la
segunda semana de noviembre. En respuesta a la invitación firmada por
Andersson, le escribí a Miguel González, quien, naturalmente, no me ha contestado.
Cuando tú me escribas háblame de cómo va eso, y dime además si para esas fechas
debo llevar ropa de verano, o qué. Tengo muchísima gana de que nos encontremos,
y trataré de estirar al máximo los dias de mi permanencia ahí, pero todavía, claro
está, no sé cómo pintarán las cosas ni qué arreglos podré hacer. En Madrid me
dijo Cano que allí íbamos a encontrarnos (pues si él llega aquí, como piensa, en
octubre, yo ya me habré ido a Chicago, y no creo que él tenga en su itinerario
aquella ciudad). ¿Qué otras personas van a participar?
Los Benítez están aquí estos dias, trayendo a su pequeña a
Vassar. También ellos son abuelos; y por lo demás, no les han faltado
quebraderos de cabeza y dolores de corazón en esta última temporada, para
amenizar las peleas universitarias cuya conclusión ha sido la que sabes:
llevarlo a él a una eminencia desde la cual añorará, supongo, la melée (en este
caso, no Filí) a que tan aficionado es.
Supongo que ya estará ahí, o al llegar, tu Germán, a quien
espero conocer cuando vaya.
A Javier, a Agnes y a todos los amigos, dales mis cariñosos
recuerdos. Recíbelos tú de todos nosotros, y un fuerte abrazo de tu amigo que
te quiere
Ayala.-