Las cartas de Francisco Ayala sobre

Hugo Rodríguez Alcalá

Hugo Rodríguez Alcalá. Asunción, 1917-Buenos Aires, 2007.

Escritor y ensayista paraguayo, Rodríguez Alcalá fue profesor de Literatura durante cuatro décadas en diversas universidades estadounidenses. Tras jubilarse en 1984 regresó a Asunción y comenzó a dirigir talleres literarios.


A mediados de los cincuenta Alcalá conoció a Ayala en San Francisco; a partir de entonces fraguaron una “amistad duradera”, en palabras del escritor granadino. Rodríguez Alcalá, que escribió varios artículos sobre la narrativa ayaliana, dirigió la tesis doctoral de Keith Ellis sobre el mismo tema. Por su parte, Ayala publicó en 1964 su conocida “Carta literaria a H. Rodríguez Alcalá”, ensayo en el que reflexiona sobre su propia obra.

cartas 6 al 10 de 18
FECHA
30/01/1959
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José Luis Cano
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] RUTGERS, THE STATE UNIVERSITY / DEPARTMENT OF ROMANCE LANGUAGES / NEW BRUNSWICK, NEW JERSEY

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca del Centro Cultural de la Generación del 27

Carta de Francisco Ayala a José Luis Cano (30/01/1959)

30 de enero 1959

Mi querido Cano:

He tardado un tanto en contestar a su carta porque se interpusieron las fiestas (que no vacaciones, sino más bien cambio de bullas y barullos), y un congreso, o cosa por el estilo, donde tuve que leer un trabajo (y, claro está, previamente escribirlo), de modo que sólo cuando vuelve uno a la rutina docente encuentra tiempo para escribir a los amigos.

Llegó Vicente Lloréns, y con él comentamos las noticias que usted me da en su carta, y a las que él agregó detalles, y complementó con otras, de caracter extraliterario, pero concordantes en su sentido, y que llevan el ánimo de uno de la pena a la indignación, y de ésta a la desesperanza. Los sentimientos, ya viejos, acerca de los muros de la patria mía, que sin duda han de asaltarme cuando me asome a ellos, crean en mí, al anticiparse, una especie de expectativa dolorosa, que hasta ahora me mantuvo, por dos veces, casi a las puertas, y que no sé todavía si esta vez me permitirán traspasarlas. Veremos.

Lo que usted me dice sobre las dificultades para el artículo de Rodriguez Alcalá, no sólo no me extraña, sino que me hubiera extrañado, por el contrario, ver confirmarse el optimismo de nuestro querido Gullón. El artículo se publicará en Cuadernos, o en otro sitio; pero es lástima que no se llame más aún la atención de los lectores españoles sobre un libro que, como aquí dicen, produce impacto. Me gustaría saber si se vende, más o menos, por ahí.

En fin, querido Cano, reciba un cordial abrazo de su amigo

Francisco Ayala.-


FECHA
17/02/1959
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Rutgers University
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] RUTGERS, THE STATE UNIVERSITY / COLLEGE OF ARTS AND SCIENCES / NEW BRUNSWICK, NEW JERSEY

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (17/02/1959)

17 de feb. de 1959

Querido Ferrater:

Como te supongo preocupado por mi estado de salud, me apresuro a escribirte (sí que también con el noble propósito de aumentar en una unidad el placer que te procura recoger las cartas de tu casillero) para informarte de que, tras un domingo encamado, ayer lunes no sólo cumplí mis deberes académicos en la vecina localidad de Nueva Brunswick, sino también mis deberes socio-filosóficos-culturales, acudiendo en ésta a escuchar la conferencia de tu colega y compatriota (chúpate ésa) Nicol, quien disertó en la Casa Hispánica acerca de la filosofía en Hispanoamérica, con cuyo pretexto, entre cosas atinadas y aun agudas, no ya entreveró colosales majaderías o platitudes [sic], sino que también (si estará loco) tiró coces al aire, contra difuntos ilustres, y contra vivos indeterminados, tal vez desconocidos o acaso inexistentes, algunos de ellos citados previamente por su nombre con falaz elogio, para –como dice el otro– cubrirse con la pinta. Bueno, como el torrente de ideas, aunque tumultuoso y desbordado, tuvo la virtud de suscitar el debil e intermitente fluir de las propias, pensaba yo al oirle: Pero qué falta que está haciendo esa revista, Dios de Dios; y en ella, discutir, polemizar, pegarse palmetazos (y sobre todo, pegárselos al dómine), en fin, decir las cosas, con cuyo pretexto hay que pensarlas, oh astucia de la idea...

Y nada más. Es decir, sí: que en su carta de hoy me informa Rodríguez Alcalá de que ya apareció en la Revista Universidad de México su artículo sobre tu Diccionario. Y esto también ha desencadenado en mi un pensamiento, entre melancólico y crítico, acerca del porvenir de un cierto homenaje que en lueñes periodos del pasado se proyectó a base de colaboraciones pedidas, y entregadas, bajo el apremio de una deadline...

Saludos, y un cordial abrazo de quienes os esperan, aún sin necesidad de confirmación, para almorzar el domingo 1º de marzo del corriente año.

Ayala.-


FECHA
10/02/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (10/02/1960)

10 de febrero 1960

Mi querido Ricardo:

Llegó, que todo llega en este mundo, el número de La Torre con las cartas cruzadas entre Juan Ramón y Zenobia. Las he leído con enorme interés. ¡Cómo se dibujan las respectivas personalidades desde el comienzo! Tu estudio de introducción es –no habría que decirlo- excelente y, desde luego, oportuno. Creo que en relación con esas cartas no se plantea el problema que con otros papeles del poeta, puesto que él las escribió pensando en la publicidad y en la inmortalidad y en el monumento; y esto es lo que, à son insu, les da enorme interés. La actitud es la misma que tuvo respecto de la creación poética. Vivía, si a eso puede llamársele vivir, en función de ella; y el sublime farsante lo hacía todo con vistas a la extrapolación estética. El resultado, paradójicamente, era rebajar el valor estético de sus perlas artificiales. ¡Qué contraste con la poesía de Machado, a quien le brotaban sin buscarlo ni procurarlo las perlas naturales de su verso como excrecencia del vivir! Por cierto, para Machado hubiera sido afrentoso y terrible el hecho de que sus cartas a Guiomar alcanzaron al público, y aun a tercera persona, aunque ésta lo hubiera sido en verdad, y no la vieja alcahueta de doña Concha Espina. Pero es que él era un hombre, y tenía sindéresis. Por eso, paradójicamente también, interesan más sus cartas: uno sabe que no estaban marcadas.

Lo que ocurrió con Delaware es que el Sr. Roberts estuvo en la convención de Chicago, y allí se encontró con Martinez López, quien dejó saber que ya estabas tú comprometidos con ellos. Seguramente desistió, entonces, el otro de escribirte. Por cierto que el dicho Martínez pasó por aquí con la familia hace unos dias, de camino para España, y estuvimos juntos unas horas durante las cuales, cómo no, te recordamos con el cariño que mereces.

El pobre Molina está preocupadísimo con su artículo. El tiene justificadas suspicacias; digo, justificadas en general, no en en este caso específico, pues seguramente no se da cuenta de que las resistencias que halla su excelente estudio no se deben (si son intencionadas y no resultado de la necedad ambiente, como bien pudiera ocurrir) a que mi libro ha tenido ya demasiado éxito, y eso despierta la envidia de gentes que sólo creen puede reconocerse a un escritor a condición de que se haya muerto previamente, o al menos de que esté muerto en algún modo, y no inquiete, ni moleste, ni diga cosas desagradables. Dado que yo no pienso en morirme por ahora, ni menos dejar de escribir con punta, pues de otro modo no me tomaría el trabajo, ciertos elementos prefieren, consciente o inconscientemente, silenciarme. Por suerte, hay otra gente, y al parecer no demasiado escasa, que tiene la magnanimidad bastante para decir lo que piensa cuando piensa bien de algo: y me refiero en particular ahora a Rodríguez Alcalá, que no contento con su magnífico artículo de Cuadernos Americanos, ha publicado otro, muy generoso, en el último número de la Revista Hispánica Moderna, donde, por cierto, cita tu nombre. Quizás lo habrás visto. Volviendo a Rodrigo, me dijo que tú vas a enviar su trabajo a los Papeles de Cela. Puedes creerme si te digo que me alegraré de que se lo publiquen, más que por mí mismo, por él. Necesita absolutamente esa confortación.

Recibí de Jorge una carta, muy contento con su nuevo puesto como ayudante del Rector. Lo felicité, aunque sería al Rector a quien habría que felicitar.

No dejes de escribirme, y pronto. Déjame conocer tus planes conforme se concreten. Los nuestros consisten en volar hacia España directamente en los últimos dias de mayo o primeros de junio; estar unos pocos en Madrid, y luego ir a Andalucía, y ver un poco aquello. En julio, probablemente, ir a Berlín, donde me han invitado a dar unas clases; en agosto a Inglaterra, y en septiembre, según estemos, y según hayan ido las cosas, se verá que se hace. Todo está aún, como ves, bastante elástico, salvo acaso el proyecto de colar directamente a España, y aun éste pudiera tener variantes todavía.

Saludos muy afectuosos a todos los amigos, y para ti un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
16/02/1960
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (16/02/1960)

16 de febrero de 1960

Sr. D. Francisco Ayala

54 West 16 Street.

New York, N. Y.

Querido Paco:

Contesto en seguida tu carta del día 10 pues, como siempre, me alegró recibirla ya que trasluce una buena salud espiritual y un equilibrio intelectual que para mí quisiera. Me conforta especialmente que te hayan interesado las cartas de Zenobia y Juan Ramón Jiménez, pues no estaba seguro de si a todo el mundo le iban a resultar tan apasionantes como a mi. A mi juicio Zenobia sale engrandecida de esta correspondencia, y su clarividencia aun destacaría más si pudiéramos publicar algunas cartas más íntimas y directas que por el momento ha parecido discreto dejar inéditas. No olvides que la familia del poeta está llena de prejuicios y suspicacias y el sobrino de Juan Ramón acaba de publicar un artículo en el que supone que estamos tramando una conjura contra él y contra Dios sabe quien.

De Rodrigo hace tiempo que no tengo noticias y no sé si por fin ha reclamado su artículo a Eugenio Fernández Méndez. Yo creo que este lo publicará en uno de los próximos números, pues no tiene nada contra su autor ni contra ti. Basta que piense que la misma suerte que su ensayo corrieron los de Da Cal, Salazar Chapela, Rodriguez Luis y hasta las cartas de Gabriela Mistral. No fué, creo yo, sino un deseo de hacer de otra manera lo que yo había hecho, para mostrar que la rectificación podía mejorar el número en proyecto. En este caso puede estar seguro Rodrigo de que nada hay contra él.

Escribí un artículo largo sobre la novela para el número especial que Texas Quarterly va a dedicar a España. En él te encontrarás repetidamente citado y elogiado Muertes de perro. Estoy deseando ver el otro artículo de Rodriguez Alcalá, en la Revista Hispánica Moderna. El enviado a Insula aparece en el número de febrero, si bien debo confesarte que hube de ponerme muy serio con Cano para que se decidiera a darlo, ya que alegaba que la obra habiendo sido comentada por él no necesitaba más complementos críticos. Con relación a Insula habrá visto Rodrigo que insertaron en lugar preferente su artículo sobre Machado, en el número especial que acaban de dedicar al gran poeta.

Temo que no podamos vernos esta primavera o a comienzos del verano. Pienso ir a Middlebury en los últimos días de junio, deteniéndome un poco de tiempo en Nueva York. Volaré a España el 17 de agosto y regresaré a Tejas el 10 de septiembre, pero ya sin escala en Nueva York, o con escala de horas. Dado tu plan de viaje, no sé cómo podríamos coincidir en algún sitio.

Aurorita y Jorge te recuerdan siempre con mucho cariño. Los tres hablamos de ti con frecuencia y más de una vez lamentamos no tenerte a nuestro lado.

Un gran abrazo


FECHA
20/04/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Arnaldo Orfila
DESTINO
Fondo de Cultura Económica
ORIGEN
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Francisco Ayala a Arnaldo Orfila (20/04/1961)

Nueva York, 20 de abril 1961

Dr. A. Orfila Reynal,

Fondo de Cultura Económica,

México, D.F.

Mi querido Orfila:

Le escribo en relación con cuestiones editoriales, a la espera de que, en ocasión próxima, probablemente durante el verano que viene, tengamos oportunidad de charlar ampliamente de todas las cosas que llenan e inundan a nuestro desagradable mundo actual.

Cuando en el año anterior visité España, convinimos con don Manuel Aguilar en publicar un tomo que contuviera todas mis novelas cortas y cuentos, desde el comienzo de mi actividad literaria hasta el dia. Muchas de esas pequeñas narraciones son hoy prácticamente inencontrables, están en libros agotados o en revistas difíciles de hallar; y ahora, después de la repercusión que tuvo mi novela Muertes De Perro (acerca de la que todavía sigue escribiéndose), y en vísperas de aparecer otra del mismo corte que por entonces preparaba y ya he terminado, entendíamos que un libro así tendría buenas perspectivas de venta. Varios estudiantes y críticos están haciendo tesis doctorales o estudios sobre mi obra literaria en su conjunto, y seguramente, si se le ofrece al público esa parte de ella reunida en un volúmen de cuidada presentación, éste ha de tener buena acogida. Contábamos desde luego con que la censura pondría algún que otro reparo; pero contábamos también con superarlos a base de persuasión e influencia, como otras veces se ha conseguido.

Sin embargo, después de meses, nos encontramos con que los censores han hecho esta vez tales destrozos en los originales que, de hecho, impiden la publicación del libro. Imagínese que hasta mis novelitas estetizantes de la época Revista de Occidente han sido objeto de mutilaciones absurdas. En tales condiciones, y a pesar de que Aguilar, ignoro con qué fundamento, espera cambios favorables en los criterios –si de criterios puede hablarse– de la censura española, yo doy por excluida toda utilidad de volver a someterle el libro.

Quisiera, pues, preguntarle a usted si no estaría dispuesto a editarlo en el Fondo. Sólo una de las grandes casas, con buen aparato de distribución como es el suyo, puede cumplir la finalidad que su publicación persigue. Como le digo, se trata de un volúmen que reuna todas mis novelas cortas, con exclusión de las extensas, desde aquellas que aparecieron en Revista de Occidente hasta una que saldrá en el próximo número de Cuadernos Americanos, precedidas acaso de un buen estudio, que podría serlo el de H. Rodríguez Alcalá en la Revista Hispánica Moderna. Según mis cálculos, el libro no resultaría excesivo, ni mucho menos: entre 500 y 550 páginas. Si, como deseo, su respuesta es afirmativa, le enviaré los originales para que estudie la edición sobre ellos.

Otra cosa: un germano-americano ha escrito un libro muy bueno estudiando seriamente el pensamiento filosófico de Unamuno. He pensado que acaso le interese a ustedes. Si en principio es así, dígamelo, para que le pida una sinópsis y se la envie a usted.

Y nada más por el momento, que ya es bastante larga esta carta. A la espera de sus noticias, le envía un gran abrazo su viejo amigo

Francisco Ayala.-

Francisco Ayala

54 W., 16th Street

New York 11, N.Y.