Cartas enviadas a Ricardo Gullón:

Ricardo Gullón

1908 Astorga, León - 1991 Madrid

Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid en 1929, fundó con Ildefonso Manuel Gil la revista Literatura (1934). Alternó la docencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con la práctica jurídica, tras una depuración de treinta meses por colaboración con el ejército republicano. 


En 1953 viajó a Puerto Rico, donde permaneció durante tres años. También enseñó Literatura Española en las universidades de Columbia, Chicago y Texas en Austin, entre otras. Ayala le dedica un capítulo de Recuerdos y olvidos.

cartas 26 al 30 de 122
FECHA
17/03/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] RUTGERS, THE STATE UNIVERSITY / INTERDEPARTMENT COMMUNICATION

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (17/03/1963)

17 de marzo de 1963

Querido Ricardo:

Como ya ha pasado tanto tiempo desde que recibí tu carta, supongo que se habrá reabsorbido tu derrame sinovial y puedo hacerte el chiste madrileño de que eso habrá sido por ocuparte tanto de Sinovia y JRJ, sin peligro de que largues una blasfemia capaz de saltar el techo. En fin, estoy seguro de que ya estarás bien, y no escandalizarás a Inesita profiriendo palabras malsonantes. Y en atención a ella me abstengo de hacerte otros chistecitos que me sugieren tus explicaciones acerca del movimiento y extracción del líquido. Enough please!

En estos dias el ilustre Casalduero abandona el claustro de NYU para unirse al menos prestigioso pero muchísimo más lucrativo de Hunter College. Con esta oportunidad, los superstites, Molina, Dacal y el que subscribe, han pensado que sería maravilloso conseguir de la susodicha empresa docente que te ofrezca un puesto dotado con los dólares necesarios para interesarte en aceptarlo, aunque tememos que éstos serán demasiados para que se animen a soltarlos quienes han dejado ir al autor de Forma y sentido. De todos modos, hemos hecho la sugestión, y sea lo que Dios quiera.

Nos veremos en España, y creo que, en efecto, coincidiremos con estos buenos amigos. Manolo espera a su mujer el sábado próximo. La buscaremos en el aeropuerto, y luego cenaremos todos en casa, antes de que partan hacia la notable villa de Nueva Brunswick. De Jorge he tenido varias cartas en estos dias con motivos diversos, no todos gratos; pues a Schajowicz, que está en Europa con sabatical leave le ha dado una hemiplejia… ya puedes figurarte.

El viejo maestro no ha dicho ni mu acerca de mi libro; quizás no haya habido un valiente que se lo haga ver. A lo mejor se calla, a lo mejor me suelta una andanada, cosa que lamentaría por él, pues la verdad es que he procurado ‘operar’ haciéndole el menos daño posible, y entonces dejaría las contemplaciones. Me parece que esos disparates han hecho ya demasiado daño y hay que salirles al paso.

Esta carta, como ves, es larga, aunque no dispongo para mecanografiarla de las manos primorosas que a tí te auxilian. Dile a esas manos que recibí su carta, y por si me demoro en contestarla (cosa que bien podría acontecer, dado el siniestro concierto de trabajo y gripes que me aflige, y la perspectiva de quehaceres académicos y extratales en perspectiva próxima), que, en efecto, lo mejor será publicar su trabajo en La Torre, donde entre otras ventajas pagan unos chavos; y que si le sobra una copia y me la quiere mandar para mí, se lo agradeceré mucho. Item más, dile que me parece muy bien su intéres en conocer a Cernuda, pero que no vaya con él sin chaperón, for yes the flies, como decía el otro.

Recuerdos de Nina y un gran abrazo de

Ayala.- 


FECHA
21/04/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (21/04/1963)

21 de abril de 1963

Querido Ricardo:

Recibí tu postal y carta subsiguiente; pero no la fotografía del Buda colosal que, como lo decía el poeta romano Marcial (ojo, no español; romano), presenta el dedo de enmedio. A pesar de faltarme ese inapreciable testimonio gráfico, no quiero dejar de darte el peritaje técnico que de mí solicitas acerca del posible significado esotérico del mencionado gesto, que tanto recogijo te ha producido y tanto ha de haber escandalizado, supongo, a tus bellas acompañantes. Si es así, no hay motivo ni para lo uno ni para lo otro. Se trata de obscenidad sagrada, y basta.

Ante todo, quisiera oponerme a la interpretación obvia de que ese Buda es una estatua al Dr. Miró Cardona, en cuya encarnación deberíamos ver el último avatar del dios. Si se hubiera tratado de representar la justa cólera del doctor hubiera hecho falta, no un Buda apacible que hace la peseta para bendecir al mundo, sino una imagen de la diosa Shiva, haciendo cortes de mangas con sus brazos innumerables, frenéticamente. La verdad es que ese Buda representa a Kruchef, y el dedo que exhibe en estado de erección no es sino la punta de lanza cubana con que señala a nuestro blando y ya húmedo seno. Pero no olvides que esta es una interpretación esotérica, y por lo tanto debes abstenerte de divulgarla.

En efecto –hablando ahora de cosas más serias que la historia universal– la gente NYU no se han animado a sustituir a Casalduero, quizás por considerarlo insustituible, quizás porque esas cosas deben meditarse durante varios años. Ya se verá lo que acontece en el próximo quinquenio.

De todos modos, pronto nos veremos en Madrid. Nosotros tenemos pensado el viaje para el 31 de mayo, pero no sabemos dónde hemos de alojarnos. Dime cuales son tus planes concretos, y quedemos en comunicar a través de Ínsula, o la Revista de Occidente, u otro contacto, de modo que nos encontremos antes de que la mera casualidad nos junte.

A Inesita dile que me alegro de que ya su trabajo esté en lo alto de La Torre, de donde caerá a su debido tiempo hasta el llano de la pública avidez lectora. Que no se preocupe de hacerme una copia, pues espero vivir lo bastante para leerlo en letras de molde.

Don Americo no ha dado señales de vida, pero tampoco ha de haberlo matado el disgusto, pues se hubieran sabido las de su muerte. De seguro habrá optado –pues yo también estoy seguro de que lo habrá leido– por guardar un prudente silencio acerca de mi cautelosa aun cuando severa rociada; y si es así, ello demostraría que, impulsivo y todo, sabe cuidarse y escarmentar en cabeza albornozada.

Me alegro de que Arocena vaya por ahí el año pr´xmo [sic]. Es buen muchacho.

A I.M.G. lo veo con la debida periodicidad. El miércoles próximo vienen a vernos. Está muy contento, y la gente muy contenta con él, loado sea Franco.

Recuerdos muy cariñosos y un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
01/08/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Madrid
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (01/08/1963)

Madrid, 1 de agosto de 1963

Mi querido Ricardo: Menos afortunado que tú, yo padezco el calor sin el consuelo que proporcionan siempre los grandes clásicos. Del que tú estás ya leyendo ha llegado a mis manos ayer, via aérea, un primer ejemplar de [sic] nuevo librito titulado El as de Bastos, que a su debido tiempo encontrarás esperándote en Texas. Como la editorial Sur, que lo edita, gusta de pagar a sus autores en especie, quizás por desprecio al vil metal, creo que puedo dar orden de remitir ejemplares con alguna más latitud que suele; y te agradeceré que me digas, mediante breve lista, qué personas crees dignas de recibir –en toda la extensión del planeta– el obsequio de un ejemplar de tan escandaloso libro, es decir, gente que no vaya a tirarlo, asqueada, o a quemarlo, indignada.

Lo que me dices del marasmo producido ahí por la ausencia de Jorge, no deja de preocuparme. ¿No se ha conseguido, entonces, poner La Torre bajo control más directo de Benítez y en manos de Bruni? Sería una verdadera pena que tan prestigiosa revista decayera mediante el habitual proceso de deterioro interno y aparición intermitente y retrasada. Va a mandarte –a tí, por consejo mio– el amigo Marra-López, en calidad de colaboración para la susodicha publicación, un trozo censurado de su libro que trata del antoclericalismo [sic] de Barea. Te ruego que mires por ello, y también que preguntes a Eugenio cuando va a publicar el artículo que sobre mis novelas, a propósito de El fondo del vaso, pidió Enjuto a Ignacio Soldevila, y éste remitió. Convendría que, antes de abandonar esa bendita tierra, dejaras a salvo nuestra pobre revista. Y dime de todas maneras, si Brunhilda sigue ahí, y en qué condiciones, o si en definitiva se retiró para consagrarse de lleno a las laboras [sic] propias de su sexo.

También, cuando vuelvas a escribirme –como espero harás sin demora– me digas cómo va la cuestión universitaria. Respecto de ciertos personajes, no podrá Benitez decirme que no le avisé: Rey don Sancho, rey don Sancho / no digas que no te aviso...

Mis noticias, que esperas, pero que son más bien insípidas, se reducen a informarte de que fuimos a Lisboa, recogimos a Nina, seguimos hasta Santiago, Astorga, León, Zamora, Salamanca, Mérida, Sevilla, Córdoba, Granada y Madrid, y aquí estamos ahora haciendo los pequeños arreglos a que nos obliga la ingrata y penosa condición de propietarios, y dispuestos a pasarnos aquí el resto de las vacaciones, puesto que nos hemos quedado sin chavo. Veré si la calor me permite escribir un sesudo ensayo sobre la función de la literatura hoy y hace 40 años (tema absurdo que la Revista de Occidente me propone para un número con que piensan conmemorar la fecha de su aparición... hace 40 años, a [sic] sea ocho lustros, cuatro decenios, o un cuatro [sic] de siglo y quince años.

Entre tanto, la vida literaria está muerta, o a punto de morir. Ayer fui a la última soirée o sarao de Ínsula, que sin Aurorita no brilla, aunque había otros elementos femeninos de filiación desconocida pero anyway bastante competentes. Empieza agosto, y aun el más indigente plumífero se desplaza, aunque más no sea a San Rafael, que también lo era, al menos en cuanto a las alas; y a mí no me quedará más recurso que la amable horchatería y la lectura del ABC, que tanto ilustra.

De Enjuto tuve una postal, fecha 29 del pasado, desde Santiago, nada informativa, pero de cuyo solo ser ya se desprende que abandonaron Luarca y, dejándose allí, supongo, el lastre de la mother-in-law, excursionan por la península. Según noticias oficiosas e indirectas, supe que los rotativos de Luarca echaron el resto en elogio de la pareja ilustre de hijos, natural ella y él in-law, de la ilustre villa. Ignoro cuales serán sus planes de veraneo, pero espero que éste termine antes de nuestra partida rumbo al nuevo mundo y la gran urbe, de modo que volvamos a encontrarnos aquí.

Y me parece que eso es todo lo que puedo contarte. Releo la carta, pues yo también, como otros sabios, gusto de releer, y veo que está escrita con incoherencia, insuficiencia, y quizás mala ortografía. Achácalo a la temperatura ambiente y, con tu habitual generosidad, perdona sus muchas faltas. Abrazos

de Ayala y familia


FECHA
13/10/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (13/10/1963)

13 de octubre de 1963

Mi querido Ricardo:

Esta vez se me han pasado sin escribirte más dias de lo regular y de lo que hubiera querido: pejigueras mil, académicas unas y otras extracurriculares, me han tenido sin tiempo ni para rascarme, que es una de las actividades más urgentes del ser humano. Hoy, después de un examen de doctorado y antes de echarme a corregir trabajos, por fin te escribo. Y claro está, se me olvidará decirte la mayor parte de las cosas en que había pensado durante este entretiempo.

Empezará con el noticiario personal: Por fin parece que está lista la traducción de Muertes de Perro y se publicará en la primavera bajo el título de Death as a way of life. ¿Que te parece este título? Yo no se si decir que ‘va’ o ‘bah’. #He recibido noticia de que una casa italiana, Longanesi (nemotecnia a base de longaniza) va a publicar ésa novela en un tomo con El Fondo del Vaso. # Respecto de esta última, han llegado dos repercusiones más o menos críticas de Argentina: un artículo, sin firma, donde me insultan por inmoral o poco menos, en respuesta por el método de Ahn a mi artículo sobre el estado del país en 1962, y otro, en Sur, del joven Enrique Pezzoni, que hace un análisis afectuoso y sagaz del libro. (Pero me doy cuenta de que acabo de confundir una cosa: el primero de aquellos artículos es sobre El As de Bastos). # En relación con dicho As y con el libro que antes le había enviado, me ha escrito Andersson sendas cartas, muy finas y cordiales, acusando recibo. Cuando lo encuentres (que a lo mejor es dentro de un rato) dale las gracias de mi parte. #Por aquí anduvo Benítez, y me contó lo más recientes bochinches de la Isla de la Simpatía. De algunos de ellos, ya tenía yo anticipo en tu última carta. #Recibí carta de Fernández Mendez preguntándome si yo me acordaba en que condiciones se había contratado luengos años ha el libro de Mesnard, pues la editorial francesa reclama cumplimento de contrato, y ellos no tienen los papeles, que están sumamente archivados en San Juan. ¡Si serán pelotudos! #Hice rápida visita a Washington D.C. para participar en mesa redonda (ya uno se va reduciendo a los placeres de la mesa), organizada por la Embajada de Chile sobre novela hispanoamericana. Uno de los ilustres participantes, Schiessinger Jr., empezó confesando que nunca había leido ninguna, lo cual es siempre un buen comienzo. #De Jorge no he tenido noticia alguna. Me lo imagino disfrutando de los placeres de la villa y corte. # Bueno, yo creo que el noticiario se ha terminado, si se agrega que, a su paso por aquí, telefoneó Judith Ellenbogen, obstinadísima en casarse con el danzante de marras.

Ahora espero que me escribas tú, y me cuentes todo acerca de tus actividades (digo, no todo, sino aquello que no ofenda mi natural pudor). Supongo que, dueño de mejor servicio de información que el mío, sabrás más que yo de las próximos pasos de La Torre, cuyo número sobre Machado calculo que debe de estar en la imprenta, y por consiguiente, ya tirado el anterior, del que me hablabas en tu misiva postrera. Veremos, y requeteveremos.

No tardes mucho en responder: tienes a tu servicio espléndida asistencia clerical, mientras que yo tengo que oficiar por mí mismo.

Un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
23/10/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y correcciones a mano]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (23/10/1963)

23 de octubre de 1963

Querido Ricardo:

Recibo tu carta y la contesto inmediatamente, no por que, según supones, disponga yo de tiempo en abundancia, sino más bien por todo lo contrario, ya que si no te contesto ahora, dia miércoles, que no tengo clases, debería pasar varios dias sin hacerlo, y se demoraría el invio [sic] de la importante información que me pides acerca de mis pretéritas hazañas, que luego te daré con la puntualidad y veracidad del caso. Me alegro mucho de que te decidas, por fin, a publicar ese libro, y de que me incluyas en él. También me gusta que hagas un estudio de Jarnés, que bien lo merece. Supongo que habrás visto el de Paul Ilie en PMLA, June 61; y quizás no hayas visto el de Emilia de Zuleta en el núm. 55 de Universidad, la revista de la Nacional del Litoral, correspondiente al primer trimestre de este año. Por otra parte, un tal Victor Fuentes, que es uno de estos jóvenes mangantones que produce hoy con abundancia la Madre Patria, está haciendo bajo mi dirección, digámoslo así, una tesis doctoral sobre Jarnés; pero ésta va a resultar un verdadero pastel, pues el nene es algo serio, y... ¡pobre Jarnés! Muy bueno es que salga tu estudio, y lo bastante pronto para que yo pueda exigirle a este doctorando que, para pasar del gerundio al sustantivo, lo tenga en cuenta en su tesis.

Los datos que me pides son: licenciado en Derecho 1929; doctor en id., 1931; Oficial Letrado del Congreso,1932; Catedrático titular, 1934; primer viaje a Sudamérica, para dar conferencias en Argentina, Uruguay y Chile, 1935; durante la guerra civil trabajé en el servicio diplomático; en 1939, a Buenos Aires; el año 1945 lo pasé íntegro en Rio de Janeiro, con un contrato para enseñar en una escuela de funcionarios; desde 1946 a 1950, otra vez en Buenos Aires; desde 1950 en Puerto Rico; en 1955 y luego otra vez en 1957, profesor visitante en Princeton; 1958, Rutgers; 1959, Bryn Mawr; 1961, NYU. Olvidé decir que en 1929-30 estuve estudiando en Berlín con beca de la Univ. de Madrid, y que a principios del 31 contraje en esa ciudad justas nupcias; pero supongo que, como el libro se publicará en español, y no aquí, el dato no le importa a naides [sic]. ¿Algo más? Respecto de mis orígenes, ahí está el libro de Fernández Almagro Viaje al siglo XX donde habla de mi abuelo y de mis padres y da la importante noticia de mi nacimiento. Si no lo tienes y te interesa, puedo sacar fotocopia de las páginas del caso.

De Puerto Rico, ni una palabra. Escribí a Fernández Méndez preguntándole por mi libro, y ni una palabra; escribí al inefable Manolín Mal... donado Denis, preguntándole por otra cosa, y este muchacho debe tener enredados los pies en las bolas, como en las tripas los caballos de picador, de modo que no avanza, no escribe.

Dale a Arocena mis recuerdos. ¿Está ahí solo o con la familia? ¿Piensa venir por acá? Supongo que sí. Tengo mucha gana de verlo. Dile que me escriba si, como es de suponer, le sobra el tiempo, en el disfrute de esa bicoca. Y hazle saber que está por aquí (ahora en Washington) su colega Salas.

A la dorada Inés, transmítele mis saludos, y recomiéndale que no inspeccione libros que no están escritos para niñas inocentes, sino para viejos depravados, que son quienes, como tú, pueden recrearse en cosas tales.

Escribe, que –ya puedes verlo– he reanudado la costumbre de contestar de inmediato. Tus cartas son uno de los pocos gustos verdaderos que en este desierto mundo superpoblado me trae de vez en cuando el correo.

Recibe, con los saludos de Nina, un fuerte abrazo de

Ayala.-