Las cartas de Francisco Ayala sobre

Ildefonso Manuel Gil

Ildefonso Manuel Gil. Paniza, Zaragoza, 1912-Zaragoza, 2003.

Tras sufrir prisión durante la guerra civil y múltiples trabas durante la posguerra por su pasado republicano, el poeta y ensayista Ildefonso Manuel Gil pidió ayuda a Francisco Ayala –a quien había conocido en Madrid en los años 30– para encontrar trabajo en Estados Unidos. 


En 1963 recibió la invitación de la Universidad de Rutgers para trabajar en ella como docente. Gil impartiría clases en varios centros norteamericanos hasta su retorno a España en 1983.

cartas 16 al 20 de 31
FECHA
07/04/1964
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (07/04/1964)

7 de abril 1964

Mr. Francisco Ayala

54 W. 16th Street

New York, N.Y.

Querido Paco:

Mucho he agradecido tus cartas y gestiones en relación con la posibilidad de que yo vaya a N.Y.U. Creo que de momento habrá que dejar las cosas como están y seguir aquí, pero esto no quiere decir que renunciemos a estar juntos. Algo podría hacerse.

Por de pronto, el verano próximo hemos de coincidir en Madrid y quizás podamos planear viajes y excursiones por la ancha Castilla. Luego, para 1965, no será difícil hacer que te inviten un semestre a esta Universidad. Sería una experiencia curiosa y lo pasaríamos bien. Si hasta ahora no he intentado nunca traerte, bien puedes comprender que no era por falta de ganas sino por razones que no se te ocultan.

O [sic] Cela le esperamos en mayo, y si quiere detenerse tres o cuatro días le llevaremos a San Antonio y quizá a la costa del Golfo de Méjico, que por aquí es bellísima. Como has de verla, y disfrutarla, no insistiré ahora en ponderarte tanta hermosura.

Me alegra que al fin recibieras De Goya al arte abstracto. Todavía hube de escribir dos cartas más, y no estoy seguro de si he conseguido que se lo manden a todos los amigos que puse en mi lista, o sólo a dos o tres cuyos nombres destaqué en mi última carta a Eugenio.

Gracias por tu atención al librillo sobre el modernismo. En la primera página incurrí en lapsus calami absurdo: puse “baciyelmo” en vez de “celada”, y lo más curioso es que fue un error al corregir las pruebas; en el original estaba bien. Supongo obedeció a que estaba obsesionado con la idea del “baciyelmo” para el curso sobre la novela que estoy dando, y en el que serás debidamente discutido y estudiado. Tras de Baroja, dámos el salto a Ayala (don Paco).

Tengo grandes deseos de echar una parrafada contigo y con Manolo. Haces bien en llevártelo a N.Y.U.: es oro de ley y el más leal amigo que he conocido.

Para Nina y para ti un abrazo cariñoso de

Ricardo Gullón

RG/rr


FECHA
01/05/1964
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / GRADUATE SCHOOL OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (01/05/1964)

1 de mayo de 1964

Querido Ricardo:

Gracias por tu carta. En vista de lo que me dices, desisto de tratar el tema Galdós, nivolista, pues tú has de hacerlo a fondo, y no es cosa de venir después con una patochada a la ligera. Ya buscaré otra cosa para salir del compromiso.

Es formidable, lo mucho –y, desde luego, lo bien– que estás trabajando. Yo, en cambio, estoy desde hace algún tiempo sumido en la holgazanería.

En Puerto Rico la he practicado con intensidad laudable durante 13 dias. Mi único trabajo fue leer dos conferencias (o una, partida por gala en dos) sobre el desarrollo político-social de España, que se publicará en Cuadernos Americanos para disgusto de tutti quanti y quizás también mio.

Paso a informarte de las cosas puertorriqueñas: mi impresión es que la crisis en trámite ha pasado, resolviéndose, como es de justicia, y de costumbre, a favor de Benitez. Los detalles te los contaré en Madrid, donde me tienes desde 29 de los corrientes mes y año. También podré darte desde entonces noticias pormenorizadas de los amigos tanto como de los hijos de puta, cuyo número, si volaran, etc., pues para hacerlo por escrito necesitaría resmas y resultarían novelas.

Lo de Gil se arregla, no de mala manera, reteniendo por el año venidero su puesto en Rutgers y viniendo aquí part time como visiting professor con 6.000 del ala, lo cual no está nada mal, y a él le parece excelente.

Y nada más por el momento, sino mis saludos muy cariñosos para Agnes y para Javier, y un gran abrazo para tí de tu compinche

Ayala.-


FECHA
20/05/1964
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (20/05/1964)

20 de mayo 1964

Señor don Francisco Ayala

54 W. 16th Street

New York, N.Y.

Querido Paco:

No veía yo inconveniente en la idea de que hicieras sobre Galdós y Unamuno cúanto se te antoje; posiblemente tienes más y mejores ideas sobre el tema que yo. Sobre El amigo Manso he de dar una conferencia en Las Palmas; si me decido a escribirla te mandaré copia, entre otras cosas para que hagas las discretas observaciones que se te ocurran.

También me propongo tratar de los Episodios Nacionales; quiero decir algo de lo que pienso de ellos, que dista bastante de las opiniones circulantes. Y la tercera charla galdosiana que prepare es un nuevo comentario de Miau, considerado exclusivamente como obra de imaginación.

Envidio tus días puertorriqueños, entregado a la molicie. Tango ganas de que me cuentes las noticias que ahora celosamente recatas, y me reclamo pensando en que el verano próximo podremos vernos con frecuencia durante los meses que coincidiremos en España. Tu viaje es ya inminente. El mío no tanto; saldré de Nueva York de hoy en dos meses, después de impartir sabiduría a los mozos de Colorado.

Un amigo me dice que se ha publicado la traducción inglesa de Muertes de perro y que vió en New York Times un artículo donde te comparaban con los más grandes novelistas, filósofos y teólogos de la antiguedad y la modernidad. Enhorabuena, muy de corazón; la noticia me dió alegría grande. Este es el comienzo de tu salida a un mundo donde habrás de ganar (amén de sabrosos dólares) el reconocimiento que mereces.

La solución que has encontrado para llevarte a Manolo me parece magnífica, y puedes imaginar cuanto siento no poder estar a vuestro lado para tantas y tantas cosas como juntos podríamos intentar. Es una pena, pero no creo pueda hacerse nada. Con fecha 28 de abril me notificaron oficialmente el aumento de sueldo y será difícil que pueda ir a otro sitio, no siendo a California, donde parecen desear retenerme y pagarme más que aquí.

Agnes y Javier, a quien dí tus saludos, corresponden a ellos cariñosamente; la primera se lamenta de que la tienes olvidada porque hace meses que no la [sic] escribes.

Un abrazo muy fuerte de

Ricardo Gullón

RG/rr


FECHA
03/04/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con párrafo manuscrito en el reverso y con membrete:] STANFORD UNIVERSITY / STANFORD, CALIFORNIA  94305 / DEPARTMENT OF MODERN EUROPEAN LANGUAGES

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (03/04/1965)

3 de abril de 1965

Querido Paco:

Esta vez he tardado en escribirte, porque pasé el mes de marzo un tanto fastidiado, con una porción de cosas intestinales, que acabaron llevándome al hospital y a padecer una pequeña intervención quirúrgica. Ya estoy otra vez yéndo a la Universidad y haciendo vida normal, o casi. Se me ha acumulado un montón de cartas, pero es la tuya la primera que cojo para contestar, pues además de ella he ido recibiendo en los últimos días los nuevos frutos madurados en el frondoso árbol de tu cacumen.

Va sin decir, como decía don Manuel Machado en sus juventudes, que El rapto y las historietas que publicaste en Papeles han sido el mejor lenitivo para mis dolores, pues me reí leyéndolas más de lo que puedes figurarte. Tengo idea de que había leído ya las páginas que sirven de prólogo a El rapto, pero en todo caso quizá el mayor acierto de la novelita consiste en cómo armonizan y explican indirectamente el cuerpo del relato. Pocas veces has mostrado con más precisión tus dotes de observador de la realidad, escogiendo con instinto muy seguro los detalles significativos.

La noticia de la muerte del pobre Salazar Chapela me impresionó muchísimo. Aunque hace años, sin motivo alguno, por pura pereza, habíamos dejado de escribirnos, tuve con él larga relación epistolar, culminada en las semanas que pasé en Londres en 1956. Era un tipo estupendo, de los más simpáticos y graciosos que he conocido; generoso, además, como pobre. Esos jóvenes cabreados que escriben en España novelones aburridísimos, jamás han llegado ni a la cuarta parte de lo que logró nuestro amigo en Perico en Londres y Desnudo en Piccadilly. No he podido escribir el artículo que se merece, pues mi estado de ánimo en estas semanas no ha sido el más propicio.

Todo lo que he conseguido es poner en limpio unos fragmentos de algo que escribí hace dos años para uno de los capítulos que al fin no cupieron en el libraco unamuniano y dictar parte de uno de los capítulos del libro sobre técnicas de la novela de que te hablé hace años. A veces pienso si esta alergia que se me está desarrollando no es parcialmente debida a que lo mejor de mí mismo lo pongo en las clases y en el trabajo con los estudiantes. Empiezo a sospechar que puede haber algo de eso. Después de haber explicado un libro, con minuciosidad y paciencia, varias veces, cuando me pongo a escribir sobre él todo tiene el aspecto del dejà vu. Voy a tratar de romper ese embrujo y de romperlo con Tirano Banderas.

No he vuelto a ver a Montesinos, pero un amigo común que estuvo con él la semana me dice que sigue quejándose, y el hecho de que Nora no pueda separarse de él me hace temer que esta vez las aprehensiones del viejo amigo tengan más fundamento del que quisieramos.

He leido aproximadamente la mitad del libro de Ellis y me parece un trabajo excelente. En cuanto lo termine, le pondré unas líneas.

La danza académica no para. A mí me ofrecieron un puesto perma- [sigue en el reverso, a mano] nente en Santa Barbara, y aquí me han insistido hasta extremos que me abruman, pero no aceptaré. Creo que N.Y. es casi lo único que me interesa, y eso para estar al lado de los amigos como tú, como Manolo y como Ernesto. Lo de Paco García Lorca no me ha sorprendido tanto como a tí, pues alguien me indicó hace tiempo que podría ocurrir algo por el estilo. Supongo que se habrá llevado un disgusto y me da pena.

Recuerdos a Nina y un abrazo muy fuerte de 


FECHA
14/10/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (14/10/1965)

14 octubre 1965

Professor Francisco Ayala

54 West 16th

New York, New York

Mi querido Paco:

Al [sic] última hora, de regreso de Holanda y España, no pude quedarme en Nueva York. Estaba demasiado cansado y no tanto físícamente como de otra manera, más difícil de combatir. Llegué en un estado de ánimo poco propicio a la comunicación ni aún oral, pues no me gusta fastidiar a los demás con las chinchorrerías de lo que a uno le ocurre y es el caso que me cayó encima tanto trabajo académico que si en verdad me ha impedido hacer nada para mí, contribuyó a arrancarme por la fuerza de la inacción y desgana que podería [sic].

Todo esto te lo digo únicamente para que entiendas por qué no he escrito hasta hoy, pese a haberte recordado mucho.

Mary Lewis Dewey vino haciéndose lenguas de ti y te recordamos mucho en un par de reuniones a las que asistió la simpática muchacha. Muy de verás deseo hablar contigo y no tengo idea de cuando eso podrá ocurrir. Me siento inquieto, no tengo tiempo para trabajar en las cosas que me interesan, y llega el final del día, y luego de la semana, sin haber hecho nada. Y eso una vez y otra, y sin que se vea la posibilidad de cambio. Pensando en lo tranquilo que pasé en Stanford los meses que estuve allí, me pregunto si no cometí un error volviendo a un departamento con tantos estudiantes, y donde son tantas las cosas que en realidad uno debe hacer.

Escríbeme sin tener en cuenta la brevedad de esta carta, pues te prometo ser más pesado en una próximo [sic]. Díme como está Manolo a quién tengo ganas de dar un abrazo.

Dale recuerdos y para ti un abrazo de,

Ricardo Gullón

RG/mbg