Las cartas de Francisco Ayala sobre

Ildefonso Manuel Gil

Ildefonso Manuel Gil. Paniza, Zaragoza, 1912-Zaragoza, 2003.

Tras sufrir prisión durante la guerra civil y múltiples trabas durante la posguerra por su pasado republicano, el poeta y ensayista Ildefonso Manuel Gil pidió ayuda a Francisco Ayala –a quien había conocido en Madrid en los años 30– para encontrar trabajo en Estados Unidos. 


En 1963 recibió la invitación de la Universidad de Rutgers para trabajar en ella como docente. Gil impartiría clases en varios centros norteamericanos hasta su retorno a España en 1983.

cartas 6 al 10 de 31
FECHA
21/08/1962
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (21/08/1962)

Nueva York 21 de agosto 1962.

Mi querido Ricardo:

Apenas regreso a Nueva York, te escribo, porque tengo ganas de comunicar contigo. Ignoro si en estos momentos te encontrarás ahí, en Austin, pero por si acaso, ahí te escribo, con el ruego de que tan pronto como recibas mi carta des señales de vida.

El viaje ha sido excelente, sin otro contratiempo que la enfermedad de una cuñada mia, que nos aflige sobre todo por las repercusiones emocionales en mi hermano. Fuera de eso, todo el resto ha sido estupendo. En Buenos Aires vi bastante gente, de mis viejos amigos, y durante aquellos días que allí estuve salió mi nueva novela, que por fin se llama El fondo del vaso, y de la cual te envié enseguida el ejemplar correspondiente. Supongo que ya lo habrás recibido para estas fechas. Entre otras cosas, hice una grabación antológica de cosas mias (fiction) que ahora debe de estar pasándose por la Radio Municipal a razón de cinco minutos diarios en un programa de un mes. Y saldrá, o habrá salido ya en estos dias, la nueva edición popular de La cabeza del cordero, de la que te enviaré ejemplar tan pronto como los tenga.

En Brasil, en cambio, me he reducido casi a ‘fare il turista’, que bien vale la pena. En fin, hemos paseado, descansado; vuelto a pasear; visto cosas (entre otras, Brasilia, sobre la cual tengo compromiso de escribir algo); sacado fotos, no todas malas, y disfrutado de esa ciudad única (ciudad sin fósforos, como escribía un traductor de las UN interpretando ‘matchless’) hasta agotar los dólares disponibles, cosa que siempre acontece antes de lo previsto.

Al regreso, y entre los papeles que encuentro, está el programa mimeografiado de Rutgers donde veo anunciado a I. M. Gil, con alegría inmensa por mi parte. Dime cuando llega, y si estás en contacto con él dale mi dirección de Nueva York para que me busque tan pronto como haya llegado, pues tengo mucha impaciencia por confirmar personalmente la buena amistad que con él me une a la distancia, y creo que le será útil conversar de todo antes de que se ponga a trabajar en sus clases.

Otra cosa que he encontrado es el número unamuniano de La Torre, que me parece estupendo. No lo he leido, claro está, pero sí tu trabajo, que me parece soberbio. Realmente, cada cosa que haces es mejor que la anterior, que parecía insuperable. (A propósito de cosas tuyas: voy a poner como lectura guía este semestre en Rutgers tu ‘Galdós’, pues a don Benito irá dedicado el curso.)

Te digo que me han enviado un número de La Torre, y no exagero. Si quiero cortar las hojas de mi ensayo para publicarlo en libro, como haré más o menos pronto, no podré hacerlo, a menos que compre un ejemplar al efecto. La gente de Puerto Rico persiste en su mutismo. A Jorge le escribí antes del verano, contestando a unas propuestas semi-oficiales, y esta es la hora que no me ha contestado. Carpio, ídem...

Dime, ¿no piensas darte una vuelta por aquí antes de que empiece el curso? Supongo que sí. Dime tus planes. Tengo, como imaginarás, mucha gana de que hablemos.

Escríbeme enseguida. Y recibe un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
14/09/1962
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (14/09/1962)

14 de septiembre 1962.

Querido Ricardo:

Aunque estoy enojado contigo, y gravísimamente, por no haber hecho escala aquí, voy a escribirte unas lineas, ya que el viaje de nuestra Inesita me da la oportunidad de ahorrar los cuatro centavos del sello.

La portadora de la carta te podrá decir cuán indignado estoy contigo por no haber venido. Hubieras acompafiado [sic] a un servidor al aeropuerto para recibir a Ildefonso Manuel Gil, que llegó el dia que sabes, o sea anteayer, y a quien, después de cenar todos en casa, con un plato para el comendador, que eras tú, dejé en los brazos de Pane, bueno como su nombre, que se le llevó para New Brunswick donde ya le tenía preparado alojamiento en excelentes condiciones. Dentro de una semana volveremos a encontrarnos allí.

Veo que las trompetas de la fama han hecho llegar a tus oidos la de Agnes Moncy. Dile que te deje leer el trabajo sobre Unamuno que hizo como ‘honor paper’ para mí, y a que, según yo creo, merece los de la publicación. .A ver que te parece a tí.

Escribe, pelmazo. Y cuéntame cosas del trópico feliz con toda clase de detalles, sobre todo aquellos que no deban divulgarse.

Me hubiera gustado tanto que pudiéramos conversar…

Abrazos de

Ayala.-


FECHA
26/11/1962
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (26/11/1962)

26 de noviembre de 1962

Querido Paco:

Contesto a vuelta de correo tu carta última, pues de todas maneras pensaba escribirte hoy. Es más: creí que podría hacerlo durante los días de vacación, pero siempre me ocurre que por ffaz [sic] o por nefas en los días en que no tengo nada que hacer es cuando me encuentro más sujeto.

Tienes mucha razón en lo que me dices a propósito de Unamuno y Freud. Encontré citas de don Miguel que parecen calcadas del ilustre vienés y estoy seguro de que lo había, si no leído, barruntado. De otra manera no se explica las coincidencias. Con Freud ocurre que sus doctrinas se divulgaron tanto y tan temprano que se ha podido hablar de él sin haber leído sus libros. Este es achaque tan corriente que no vale la pena de insistir sobre él. Conozco centenares de personas y de profesores, que no sé si pueden ser consideradas personas, que, [sic] capaces de discutir a San Pablo sin saber que existió Cristo.

Tengo que confesarte que todavía no está en Puerto Rico la reseña de El fondo del vaso. Por ahora no he pasado de las notas de lectura, y tienes que culpar, no tanto a mi pereza, sino a un estupido deseo que siento con frecuencia de hacer algo distinto y muy especial cuando me ocupo de tus libros. Sabes que, aparte del afecto cada día mayor que siento por ti, mi admiración por tu obra es muy grande y me irrito pensando que no soy capaz de sacar de ella lo que siento que merece. Pero ya no vaciliré [sic] más. Tengo otra vez el libro entre manos y de esta nueva lectura saldrá, mejor o peor, la reseña en cuestión.

Me ayudará tu agente particular en Austin, que efectivamente hace doble servicio, pero que, por encima de todas las cosas, siempre que habla de ti se le dibuja una sonrisa llena de cariño. No vuelvas a pensar que un mundo en el que te encuentres personas como Jorge, Ines o Manolo Gil está del todo perdido. Esta chiquilla es para mí una ayuda inapreciable, pues tiene la honradez de decirme cuales de mis ideas le parecen claras y cuales turbias, con lo cual voy rectificando sobre la marcha algunas afirmaciones temerarias o expuestas sin la adecuada precisión.

Nuestros amigos boricuas son un caso patológico, en cuanto a correspondencia. Jorge está haciendo poco a poco el hombre que tiene sobre sí todas las responsabilidades: rectoría, editorial, librería, profesores que piden favores, lidias con los berrendos y, no te asumbre [sic], hasta director de la Biblioteca quisieron hacerle.

Voy a pedir el libro de Nora, que todavía no he visto. No tengo su dirección, pero puedes escribirle a Editorial Gredos, Benito Gutiérrez 29, Madrid, y le harán seguir tu carta.

Un fuerte abrazo de


FECHA
03/02/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa, con correcciones a mano y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (03/02/1963)

3 de febrero de 1963

Querido Ricardo:

Desde hace varias semanas tenía intención de escribirte, y se me ha pasado el tiempo sin hacerlo, primero porque me vi privado de máquina y ya se me ha olvidado el arte de la caligrafía; y luego por no saber si estarías todavía en Texas o ya en California. Ayer que pasó el dia con nosotros Manolo Gil, me dijo tener carta tuya fechada en Los Angeles, y hoy por fin te escribo, sin tener, por otro lado, nada muy especial, y mucho menos sensacional que comunicarte. Me imagino que estarás abrumado de quehaceres, no ya como siempre, sino quizás más que de costumbre, con el cambio de ambiente; pero eso no te exime de escribirme una larguísima carta que hace tiempo espero, sin perjuicio de que soy yo, creo, quien estoy debiéndote respuesta (lo creo así, aun cuando no estoy completamente seguro).

En estos días he estado leyendo el II y III tomos del libro de Nora y la Narrativa española fuera de España de Marra-López, donde sales a relucir de varias maneras repetidas veces. Yo también me veo, y con mayor despliegue, puesto que he reincidido contumazmente en la comisión de novelas, en semejantes espejos, y no me quejo del trato que me dan, pero observo la incapacidad en que se encuentran de reflejar todo lo que no tenga relación inmediata con nuestra aldeana península. Los españoles que nunca estuvieron en América parecen incapaces, en efecto, de captar su realidad; pasan por alto, con aprensión, todo lo que no tenga que ver con los ambientes españoles. Es curioso.

Supongo, Ricardo, que te llegaría en Austin un ejemplar de la nueva edición de Razón del mundo hecha en México, y que, si es así, habrás echado una mirada al prólogo, que es muy polémico, y donde reparto leña a varios amigos más o menos ilustres. Lo de don Américo me parecía ya obligado, porque, con todo su mérito, este hombre está cundiendo el disparate en forma dañosa, y era menester darle el alto con algo más que meras insinuaciones, que desatiende, o con las pamplinas patrióticas de Albornoz y demás merluzos. Creo que el viejo se habrá llevado un gran disgusto y habrá montado en cólera, pero eso estaba previsto, y en lo personal lamentado por mí de antemano, aunque considero la cosa bastante seria para sobreponerse a ese tipo de consideraciones. Dime, con tu habitual sinceridad, lo que te parezca de todo esto.

Creo –y esto lo hablamos ayer con Manolo– que no será aquí, sino en Madrid, donde nos encontraremos todos en junio, pues nosotros pensamos ir para allá no bien terminen las clases. Tengo intenciones de comprar en Madrid un pisito... pero no voy a hablarte de estos planes que pertenecen más bien a la divagación de la charla que a los términos siempre reducidos de una epístola, siquiera sea redactada en prosa vil. Creo que los Enjuto también concurrirán a la Puerta del Sol y sus aledaños para esas fechas.

No hago nada en estos dias, digo nada que me importe de veras. He escrito varios artículos de encargo, pero no es por eso el no producir nada de creación, sino porque, la verdad sea dicha, nada se me ocurre por el pronto. En cambio, darle al molinillo de la política, de la crítica, etc., ya le doy, para alimentar las voraces prensas.

Escribe pronto, pues tienes quien te ayude mecanográficamente a pedir de boca.

Recibe un fuerte abrazo (y saluda a Sánchez Reulet y demás amigos de ahí cuando los veas en nombre mio)

Ayala.-


FECHA
20/02/1963
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (20/02/1963)

20 de febrero de 1963

Querido Paco:

Muchas gracias por tu carta que esperaba con impaciencia. Llegué a Los Angeles hace casi tres semanas y estoy metido en la rutina de trabajo corriente, que en este caso me ocupa más tiempo que nunca porque he decidido volver a leer todos los libros de mis cursos, cosa rara en un profesor, lo que parece demostrar que no acabo de serlo. Pero no es esto lo que me tiene fastidiado, sino un derrame sinovial que padecí hoy hace cuatro semanas, y que me tiene hecho la puñeta desde entonces. (Al dictarle lo de “hecho la puñeta”, le encantadora Inesita ha soltado un “Boy!” del tamaño del edificio, pero la verdad es que así estoy, y aún con cuatro pares).

El médico me ha dicho que se pasaría pronto, pero no hay tal. Estoy como el primer día, a pesar de que me extrajeron el líquido en seguida, y no sé qué hacer. Me muevo poco, pero me muevo, pues creo que la inmovilidad sería contraproducente, y en las circunstancias actuales sería difícil pasar una semana tendido en una butaca.

Lo de vernos en Madrid me parece de perlas. Es ciudad que se domina fácilmente con los medios ordinarios de locumoción [sic] y doy por supuesto que allí estarán algunos buenos amigos, aparte de Manolo y los Enjuto. Estaré un mes en España y más adelante pasaré un tiempo, relativamente largo, en Puerto Rico, para acabar de una vez con la edición de un curioso libro semi-inédito de Juan Ramón.

Vísperas de mi salida de Austin recibí Razón del mundo, del que no leí sino el prólogo, que es de veras polémico. A don Américo le habrás dado un disgusto notable, y tal vez se te enfade, aunque estuviste muy hábil en el modo de plantear las cuestiones. Ahora que el viejo maestro no se paga de habilidades cuando le tocan a lo que tanto le importa. Siento no tener aquí el texto para comentártelo con detalle.

No sabes cuánto envidio tu facilidad de trabajo. Verguenza me da cuando pienso que necesité trece meses para escribir el capítulo de El otro, y no lo he acabado. Ahora, Inés está luchando por recortar el monstruo y dejarlo en extensión razonable, pues le he tomado tal asco al capitulito, que no quiero ni verlo. La verdad monda y lironda es que me he dejado atrapar como un necio por el engranaje académico, y no sé cómo corregirlo. El próximo semestre tendré ocho tesis a mi cargo, y será ya el final. Por no hablarte de mi pereza, que se ampara en cualquier cosa.

Ines dice que te va a escribir inmediatamente y te manda recuerdos. Dáselos a Nina de mi parte y recibe un fuerte abrazo de

Ricardo Gullón

RG/am