Epistolario de Francisco Ayala

26/11/1962

DESTINATARIO: Ayala, Francisco REMITENTE: Gullón, Ricardo

FECHA
26/11/1962
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (26/11/1962)

26 de noviembre de 1962

Querido Paco:

Contesto a vuelta de correo tu carta última, pues de todas maneras pensaba escribirte hoy. Es más: creí que podría hacerlo durante los días de vacación, pero siempre me ocurre que por ffaz [sic] o por nefas en los días en que no tengo nada que hacer es cuando me encuentro más sujeto.

Tienes mucha razón en lo que me dices a propósito de Unamuno y Freud. Encontré citas de don Miguel que parecen calcadas del ilustre vienés y estoy seguro de que lo había, si no leído, barruntado. De otra manera no se explica las coincidencias. Con Freud ocurre que sus doctrinas se divulgaron tanto y tan temprano que se ha podido hablar de él sin haber leído sus libros. Este es achaque tan corriente que no vale la pena de insistir sobre él. Conozco centenares de personas y de profesores, que no sé si pueden ser consideradas personas, que, [sic] capaces de discutir a San Pablo sin saber que existió Cristo.

Tengo que confesarte que todavía no está en Puerto Rico la reseña de El fondo del vaso. Por ahora no he pasado de las notas de lectura, y tienes que culpar, no tanto a mi pereza, sino a un estupido deseo que siento con frecuencia de hacer algo distinto y muy especial cuando me ocupo de tus libros. Sabes que, aparte del afecto cada día mayor que siento por ti, mi admiración por tu obra es muy grande y me irrito pensando que no soy capaz de sacar de ella lo que siento que merece. Pero ya no vaciliré [sic] más. Tengo otra vez el libro entre manos y de esta nueva lectura saldrá, mejor o peor, la reseña en cuestión.

Me ayudará tu agente particular en Austin, que efectivamente hace doble servicio, pero que, por encima de todas las cosas, siempre que habla de ti se le dibuja una sonrisa llena de cariño. No vuelvas a pensar que un mundo en el que te encuentres personas como Jorge, Ines o Manolo Gil está del todo perdido. Esta chiquilla es para mí una ayuda inapreciable, pues tiene la honradez de decirme cuales de mis ideas le parecen claras y cuales turbias, con lo cual voy rectificando sobre la marcha algunas afirmaciones temerarias o expuestas sin la adecuada precisión.

Nuestros amigos boricuas son un caso patológico, en cuanto a correspondencia. Jorge está haciendo poco a poco el hombre que tiene sobre sí todas las responsabilidades: rectoría, editorial, librería, profesores que piden favores, lidias con los berrendos y, no te asumbre [sic], hasta director de la Biblioteca quisieron hacerle.

Voy a pedir el libro de Nora, que todavía no he visto. No tengo su dirección, pero puedes escribirle a Editorial Gredos, Benito Gutiérrez 29, Madrid, y le harán seguir tu carta.

Un fuerte abrazo de