Las cartas de Francisco Ayala sobre

Muertes de perro

Muertes de perro. Buenos Aires, Sudamericana, 1958.

Ambientada en un ficticio país caribeño, la novela describe los estertores de la dictadura de Antón Bocanegra, mediante la acumulación de perspectivas que proporcionan los documentos de todo tipo acumulados por el cronista Luis Pinedo.


Ha conocido numerosas ediciones y ha sido traducida a las principales lenguas. En el volumen Muertes de perro y otros documentos de Ayala en la Universidad de Princeton se estudia su génesis en detalle. Está recogida en el tomo I de las Obras completas del autor. El fondo del vaso, publicada originalmente en 1962, la complementa.

cartas 36 al 40 de 96
FECHA
20/04/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Arnaldo Orfila
DESTINO
Fondo de Cultura Económica
ORIGEN
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Francisco Ayala a Arnaldo Orfila (20/04/1961)

Nueva York, 20 de abril 1961

Dr. A. Orfila Reynal,

Fondo de Cultura Económica,

México, D.F.

Mi querido Orfila:

Le escribo en relación con cuestiones editoriales, a la espera de que, en ocasión próxima, probablemente durante el verano que viene, tengamos oportunidad de charlar ampliamente de todas las cosas que llenan e inundan a nuestro desagradable mundo actual.

Cuando en el año anterior visité España, convinimos con don Manuel Aguilar en publicar un tomo que contuviera todas mis novelas cortas y cuentos, desde el comienzo de mi actividad literaria hasta el dia. Muchas de esas pequeñas narraciones son hoy prácticamente inencontrables, están en libros agotados o en revistas difíciles de hallar; y ahora, después de la repercusión que tuvo mi novela Muertes De Perro (acerca de la que todavía sigue escribiéndose), y en vísperas de aparecer otra del mismo corte que por entonces preparaba y ya he terminado, entendíamos que un libro así tendría buenas perspectivas de venta. Varios estudiantes y críticos están haciendo tesis doctorales o estudios sobre mi obra literaria en su conjunto, y seguramente, si se le ofrece al público esa parte de ella reunida en un volúmen de cuidada presentación, éste ha de tener buena acogida. Contábamos desde luego con que la censura pondría algún que otro reparo; pero contábamos también con superarlos a base de persuasión e influencia, como otras veces se ha conseguido.

Sin embargo, después de meses, nos encontramos con que los censores han hecho esta vez tales destrozos en los originales que, de hecho, impiden la publicación del libro. Imagínese que hasta mis novelitas estetizantes de la época Revista de Occidente han sido objeto de mutilaciones absurdas. En tales condiciones, y a pesar de que Aguilar, ignoro con qué fundamento, espera cambios favorables en los criterios –si de criterios puede hablarse– de la censura española, yo doy por excluida toda utilidad de volver a someterle el libro.

Quisiera, pues, preguntarle a usted si no estaría dispuesto a editarlo en el Fondo. Sólo una de las grandes casas, con buen aparato de distribución como es el suyo, puede cumplir la finalidad que su publicación persigue. Como le digo, se trata de un volúmen que reuna todas mis novelas cortas, con exclusión de las extensas, desde aquellas que aparecieron en Revista de Occidente hasta una que saldrá en el próximo número de Cuadernos Americanos, precedidas acaso de un buen estudio, que podría serlo el de H. Rodríguez Alcalá en la Revista Hispánica Moderna. Según mis cálculos, el libro no resultaría excesivo, ni mucho menos: entre 500 y 550 páginas. Si, como deseo, su respuesta es afirmativa, le enviaré los originales para que estudie la edición sobre ellos.

Otra cosa: un germano-americano ha escrito un libro muy bueno estudiando seriamente el pensamiento filosófico de Unamuno. He pensado que acaso le interese a ustedes. Si en principio es así, dígamelo, para que le pida una sinópsis y se la envie a usted.

Y nada más por el momento, que ya es bastante larga esta carta. A la espera de sus noticias, le envía un gran abrazo su viejo amigo

Francisco Ayala.-

Francisco Ayala

54 W., 16th Street

New York 11, N.Y.


FECHA
22/07/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Eduardo Mallea
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Eduardo Mallea

Carta de Francisco Ayala a Eduardo Mallea (22/07/1961)

22 de julio de 1961

Querido Eduardo:

Ayer recibí tus Travesías, y dejé a un lado todo lo que tenía que hacer, seducido por las primeras páginas. El resultado es que hasta ahora, en que he terminado la lectura, y te escribo estas lineas, no he hecho apenas otra cosa que seguirte paso a paso y página a página a lo largo de un libro que me ha resultado fascinante, por su pureza, por ese modo simple y esa lograda naturalidad con que transmites en él lo difícil y refinado. Me ha conquistado ese volúmen de notas como sólo puede conquistar una gran novela; como novela lo siento; así se me aparece y así quedará en mi recuerdo; una novela a la que yo también asomo. Estas lineas, que siguen de inmediato a la lectura, son el resultado de esa atracción, con la que me has incluido en tu órbita espiritual por muchas horas seguidas, dejándome sin ganas de salirme hacia otros campos y otras cosas. Por consiguiente, dialogaré contigo hasta llenar la hoja.

Como el tema ha sido el de la actividad y creación literaria, reanudándolo por mi parte, aunque sea en un tono más bien informativo, te diré que hace meses concluí una novela, corta como la anterior, y ligada a ella de algún modo (aparte del vínculo que une a todas las obras de un escritor en la persona de éste). Se la envié al amigo López Llausás, y no sé cuándo la publicará. Yo desearía que fuese muy pronto, pues ahora hay aquí varias editoriales interesadas en publicar cosas mias, y no tengo juego, pues Muertes de perro está comprometida en Macmillan, y la traductora no termina de entregar su trabajo. (Pero estas son latas y majaderías del oficio, que yo, aunque no debiera, desdeño, o por lo menos, descuido demasiado. Aun para lo que más me importa, que es llegar a las personas cuya opinión estimo, querría que esa nueva novela, La gran vidorra, se publicara enseguida.)

Después he escrito unos pocos cuentos, de los que tal vez haya caido en tus manos alguno, pues se han publicado en diversas revistas; y este es el momento en que me siento un poco desorientado y como vacio, y cada vez más perplejo acerca del sentido que todo lo que uno hace pueda tener o no tener en la perspectiva de nuestro mundo. Quizás influye en ese estado de ánimo el calor excesivo, el vacio estival de Nueva York (estoy dando un curso de verano en Columbia University, pues, en vez de viajar y gastar dinero, necesito por el contrario ganar alguno en estos meses), y a la mejor quién sabe qué otros factores de los que no tengo clara conciencia. Pero el hecho es que tengo la desagradable sensación de inutilidad, y no es fácil con ella hacer nada en que realmente se crea, siendo en cambio muy posible, por paradoja, hacer todo aquello en que no se cree. Esperemos que un cambio de humor me favorezca en el futuro próximo; y si no, poco importa.

Siempre tengo el proyecto, y no sólo el deseo, de darme una vuelta por Buenos Aires para dentro de un año. Como en Estados Unidos todo hay que prepararlo con mucho tiempo, y hacer los planes por adelantado, desde ahora tengo que ocuparme de hacer posible ese viaje. Pero ustedes, ¿no vendrán antes por aquí? ¡Cuánto nos gustaría!

Reciban nuestros afectuosos saludos, y tú un gran abrazo de tu viejo amigo

Ayala.-


FECHA
22/07/1961
REMITENTE
Ilsa Barea
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, con firma autógrafa y con membrete:] 28 UPPER PARK ROAD / LONDON, N.W.3

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Francisco Ayala

Carta de Ilsa Barea a Francisco Ayala (22/07/1961)

Mi distinguido amigo:

Espero que me deje llamarle así, a pesar de su comprensible e inevitable irritación y rabia conmigo…

Primero: lo que Salazar Chapela me indica que Vd. cree, a causa de The Horns of Fear, no es así. En esto, al menos, soy completamente inocente. Faber & Faber de Londres me encargaron con la traducción de la novela de A. M. de Lera unos seis meses o más antes de que Vd. se puso en contacto conmigo, y terminé la traducción al principio del año pasado. En Inglaterra se publicó hace muchos meses. Es una novela corriente que traduje como “bread and butter work” y que no tiene comparación en ningún sentido, ni en importancia ni en calidad literaria ni en problemática de traducción, con Muertes de perros [sic], y no se me hubiera ocurrido dar prioridad a aquel trabajo. Sólo que tuve que terminarlo antes de empezar algo nuevo, y en mi correspondencia original mencioné algo de mis obligaciones anteriores. No quiero que Vd. tenga esa sospecha ni un día más. Ya tiene bastantes razones para quejarse de mí, pero sería un [sic] falta de lealtad absoluta, cosa de la que no creo ser capaz.

Segundo, y esto digo como “captatio benevolentiae”: desde semanas tengo terminada la tercera (sic!) versión de mi traducción de Muertes de perros [sic]; la he dado a la misma amiga inglesa que siempre ha revisado mis traducciones de las obras de mi marido, porque es la revisora en la que tengo más confianza. Desafortunadamente ella tambien tiene mucho trabajo, se llevó el texto en sus vacaciones, y es sólo la semana que viene que nos reuniremos para discutir algunos puntos de duda de estilo. Después, probablemente habrá que recopiar unas cuantas páginas. Pero el trabajo me parece hecho, contra viento y marea. Y ¡tanta marea!

Y ahora empiezo mi explanación, si tiene la paciencia de leerla. He pasado por dos de los años más difíciles, no sólo en el capítulo salud, de este período de mi vida. Ya sabe que tengo diabetis [sic]. Ésta, suele ser una enfermedad clemente, pero por varias razones, entre ellas una alergia contra la insulina, la mía es difícil de “controlar” como dicen los médicos. He tenido nada menos que dos colapsos, uno muy serio el otoño pasado. Ahora, la causa siempre ha sido exceso de trabajo y de tensión. Durante meses no he podido hacer nada, prácticamente, que leer y dictar algunas reseñas para continuar unas modestas ganancias. Algunas semanas que se prolongaron a meses ni abría cartas, para evitar excitaciones, etc. etc. Por añadidura he tenido muchos problemas personales que no le interesarán: ha sido una batalla que he ganado pero que ha costado mucho tiempo, muchos nervios…y que me tenía inmovilizada para trabajos más creativos. Todos mis amigos, y todos [sic] las editoriales también, o tenían que dejarme por imposible o tener paciencia. La verdad es que trataba demasiadas veces a reempezar con el trabajo, y en primer lugar con la traducción, dificilísima, de Muertes de perros [sic], cuando no hubiera debido hacer nada, y siempre terminó en fracaso físico.

Me dirá por qué no le he escrito sobre todo esto antes. La contestación es simple. No quería dar excusas y más excusas, sino decir: he hecho esto, aquí está. Creía haber llegado al punto hace unos seis meses, pero no me gustó el resultado de mis trabajos tantas veces interrumpidos, y otra vez lo rehice todo. El experimento de usar el dictáfono salió mal, porque para ello los problemas del estilo de Muertes de perros [sic] (“A Dog’s Death”, ya que el plural es imposible en inglés) son demasiado sutiles. Tuve que escribirlo por máquina [sic], yo misma; aquí entró otra dificultad… los dolores artríticos en dos dedos de mi mano derecha y a veces en el brazo entero, que se empeoran rapidamente cuando escribo mucho. Etc. etc.

No puede imaginarse, creo, la preocupación constante que todo esto me había causado durante el año pasado y el corriente. Desde unos cuatro meses estoy mucho mejor de salud, pero no completamente en un equilibrio estable. Es por esto que he evitado enfrentarme con las cosas menores, como la correspondencia, que ya me parecía una montaña demasiado inacesible [sic].

A veces pensaba si no debiera decir que otra persona terminara la traducción, pero francamente, no creía esto una buena solución. Creo sinceramente que el resultado final, que ya esta en vista –aun si la última tarea de corrección y de copiar no está completamente terminada– justificará la enorme y desesperante espera.

Ojalá que Vd. dirá lo mismo.

Le saluda muy cordialmente

Ilsa Barea


FECHA
28/07/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Camilo José Cela
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] FRANCISCO AYALA / 54 WEST 16TH STREET / APT. 4F / NEW YORK 11. N. Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Pública Gallega Camilo José Cela

Carta de Francisco Ayala a Camilo José Cela (28/07/1961)

28 de julio de 1961

Muy estimado Cela:

Mi amigo Rodrigo Molina me entera de que ha acogido usted en las páginas de Papeles de Son Armadans un estudio que él ha escrito sobre mi novela Muertes de perro, y el grato deber de darle a usted las gracias me ofrece la oportunidad, deseada desde hace tiempo, de ponerme en contacto personal con usted y rogarle que me cuente en el número de sus amigos, como lo vengo siendo a la distancia desde hace ya no pocos años. Durante el pasado, la circunstancia de estar preparando uno de mis estudiantes, bajo mi dirección, una tesis sobre sus novelas me ha hecho tenerle a usted presente con gran frecuencia. Espero que una próxima ocasión nos reuna para charlar cómodamente.

En cuanto a sus Papeles de Son Armadans, es una revista admirable que, desde luego, sigo siempre con el mayor interés. Si tiene usted gusto en ello, me será muy grato darle alguna colaboración.

Por correo aparte le envío un libro de ensayos que supongo no habrá llegado antes a sus manos. Si desea recibir algún otro de mis escritos que por tal o cual razón sea difícil conseguir ahí, dígamelo, y se lo remitiré igualmente.

Y desde luego, dispongo [sic] de su afectísimo amigo

Francisco Ayala.-


FECHA
05/08/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ilsa Barea
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Francisco Ayala

Carta de Francisco Ayala a Ilsa Barea (05/08/1961)

5 de agosto de 1961

Mi distinguida amiga: Recibo su carta de 22 de julio, y veo por ella que mi creencia de que usted hubiera pospuesto la traducción de Muertes de perro para hacer otra no correspondía a la realidad. El hecho de haberle escrito varias cartas a lo largo de todo este tiempo sin obtener respuesta alguna me parece que disculpa y aun justifica aquella sospecha mía. Ahora veo, por lo que usted amablemente me explica, cuáles han sido las causas, no sólo de su demora, sino también de su silencio, y créame que las lamento muy sinceramente. Tal vez si, durante mi viaje del pasado verano a Inglaterra, hubiera tenido yo la suerte de poder encontrarme con usted, hablando nos hubiéramos entendido y quizás hallado juntos alguna manera de evitar que el trabajo se retrasara tanto…Pero, en fin, ya éste se encuentra, como usted me dice, prácticamente concluido, y no tiene objeto volver sobre el pasado. Lo que sí le he de rogar a usted ahora es que haga llegar a Macmillan sin más demora el original, para que al comenzar septiembre, tras las vacaciones estivales, puedan ellos disponer por fin su publicación.

Estoy seguro de que su trabajo habrá ido tan brillante como cuantos salen de sus manos, y de que, según me dice al final de su carta, habrá que dar por bien empleada después de todo “la enorme y desesperante espera”. En lo que sí insisto, ya que por diversas razones me parece importantísimo, es en que para esa fecha, 1º de septiembre, la traducción se encuentre aquí, en Nueva York. Es éste un momento que pudiera resultar favorable para el libro, y tanto dicha editorial como otras esperan a ver la reacción que suscita en el ambiente para emprender, si es favorable, la publicación de otras obras mías, entre ellas una nueva novela, ligada a Muertes de perro, que ya debe de estar imprimiéndose en la Argentina.

Durante este verano actual, y fuera de tres semanas que pasé en Puerto Rico, no he podido salir de aquí, pues mis finanzas andaban demasiado temblequeantes; de modo que estoy trabajando para echarles un remiendo. Quizás el año próxima [sic] pueda permitirme otro viaje a nuestro viejo mundo, y tener el gusto de verla, si no es que antes usted no se decide a venir por acá.

Muy cordialmente suyo