Las cartas de Francisco Ayala sobre

Muertes de perro

Muertes de perro. Buenos Aires, Sudamericana, 1958.

Ambientada en un ficticio país caribeño, la novela describe los estertores de la dictadura de Antón Bocanegra, mediante la acumulación de perspectivas que proporcionan los documentos de todo tipo acumulados por el cronista Luis Pinedo.


Ha conocido numerosas ediciones y ha sido traducida a las principales lenguas. En el volumen Muertes de perro y otros documentos de Ayala en la Universidad de Princeton se estudia su génesis en detalle. Está recogida en el tomo I de las Obras completas del autor. El fondo del vaso, publicada originalmente en 1962, la complementa.

cartas 31 al 35 de 96
FECHA
02/11/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (02/11/1960)

2 de noviembre de 1960.

Querido Ricardo: 

Recibí con gran placer tu carta de 4 de octubre, pues deseaba tener noticias tuyas, y éstas son muy buenas, ya que se te ve contento y metido en trabajos: qué más se va a pedir.

Por lo que me dices, no son equivocadas mis impresiones de la realidad española. En cuanto al problema de la Iglesia, ¡habría tanto que hablar! Ahí tienes el caso de los obispos de Puerto Rico. Yo he pensado muchas veces en el sentido que tiene el hecho de que Jesús diera la jefatura de la iglesia a Pedro, es decir, a aquel de sus discípulos que se mostró más debil, más obtuso y más “falible”. ¿Qué quiso indicarnos Cristo con esa elección? ¿Que quien ya lo negó tres veces habría de seguir negándolo muchas más, y siempre? ¿Por qué? ¿Por ser piedra, y no espíritu? ¿Por ser humano? ¿Para que desconfiáramos y lo combatiéramos si queríamos de veras salvarnos? Es algo muy enigmático, ¿no te parece?

Todavía no he recibido la segunda edición del Galdós; pero [sic] que aquellos amigos cumplan tu encargo, y la remitan. Creo que te dije que ellos van a editar, y al parecer muy pronto, mis ensayos de crítica literaria. Espero tener pruebas (y a las pruebas me remito) en este mes o a principios del próximo.

Te agradezco el que sigas prestando atención a mi novela, y tengas la generosidad de decir lo que te parece de ella siempre que tienes oportunidad. Ya estoy terminando la nueva, que quedó suspendida durante mi viaje, y cuya última parte, aunque muy breve, me está dando bastante trabajo. Consta de tres: cada una de ellas, según una técnica distinta. En la primera se presenta, bajo la forma de un escrito inducido por engaño a un hombre simplón (todo esto es dificil de explicar; hay que leerlo), el espectáculo tropical de la gran vidorra; la segunda, para descargar la intensidad del estilo, está redactado en la forma pretendidamente objetiva, de información periodística; y la tercera, en que trabajo ahora, y donde el pobre tipo, escarmentado, se redime en el desengaño, tiene la forma –pesadísima y aburrida si no se tiene mucho cuidado– del monólogo interior. Espero que, en lo que resta de año, podré terminarla. Y va a ser un libro tan breve, si no más, que Muertes de perro. Me temo que el titulo va a ser, de todos modos, La gran vidorra. (Fíjate lo que son las coincidencias: he visto la última película de Fellini, que de una manera muy distinta, claro está, aborda el mismo tema fundamental, y que se titula La dolce vita).

Estoy verdaderamente deseoso de ver el número que estáis preparando y que todo hace suponer será espléndido. Miguel ha terminado la traducción de mi cuento, o lo que sea. Creo que esa especie de antología va a ser sensacional, dará mucho que hablar y orientará, que buena falta hace, al público de lengua inglesa (al público intelectual, claro está) acerca del estado de nuestras letras. Estando ahí quienes estáis, es de esperar que no falle lo que suele fallar en las publicaciones académicas: la distribución adecuada. Es menester que se entere la gente de que existe. Si yo puedo ayudar algo por mi parte, no hay que decir que lo haré encantado.

No te había contestado antes a tu carta porque quería explorar las posibilidades de invitación para una conferencia aquí (lo de Rutgers, ya veremos si cabe hacer algo). Aquí hay una dotación para conferencias en inglés que las pagan, no bien, pero menos mal; sólo que necesitan ser en inglés, y supongo que no te animarás a ello; caso contrario, podría intentarse. En el departamento suelen darse dos conferencias al año, y el pago es mísero, $50. Este año habíamos hablado a Angel (pues ya irás viento cómo son aquí, en este pais, las cosas: hay que fijar la fecha con varios meses de anticipación, por más ridículo que ello parezca),y Angel pidió a última hora que lo dejáramos para el segundo semestre, con lo cual eché mano de Paco Garcia Lorca, que vendrá el dia 22. Por cierto que me dieron la noticia de que no se disponía sino de $50 para todo el año; pero eso no puede ser, tendrán que arreglarlo. Si acaso, se podría decirle a Angel que te ceda el paso, pues a él creo que no le importa ni el oro ni la gloria que ello implica. Pero es menester que me digas cuándo es la conferencia que te han invitado a dar en un sitio que tu caligrafía no me permite descifrar (Avecherd?), y sobre esa base vamos a ver lo que puede hacerse. Escríbeme indicando fecha aproximada, y haré cuanto pueda para que coseches ese rico botín (oh,la tierra del dólar) y te envanezcas de haber hablado delante de media docena de encantadoras criaturas que, mientras te escuchan, tejen pullovers para sus novios y piensan en ellos. Fuera de bromas: eso sería la gran oportunidad para que hablemos hasta hartarnos, de lo cual tengo verdaderas ganas. De modo que dime eso, y hazlo cuanto antes.

Afectuosos saludos de Nina, y para ti un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
10/11/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Guillermo de Torre
DESTINO
Buenos Aires
ORIGEN
Bryn Mawr College
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca Nacional de España. Mss/22819/6

Carta de Francisco Ayala a Guillermo de Torre (10/11/1960)

10 de noviembre de 1960

Querido Guillermo:

El joven Miguel Gonzalez, que lo va a traducir, me ha dado a que lea tu ensayo sobre "La poesía española" destinado al Texas Quarterly; y esa lectura, que en este momento concluyo, me mueve a escribirte por fin, según tantas veces antes había pensado hacerlo, sin llevarlo acabo, desde mi regreso de Europa hace un par de meses. Para no pasar a otra cosa antes de haber terminado con tu artículo: me parece tan bueno, tan justo, tan completo, tan preciso y, en el mejor sentido, tan útil, que no quiero dejar de felicitarte por él, y de excitarte a lo que probablemente habrías de hacer de todos modos: publicarlo también en español.

Si he tardado tanto en decidirme a escribirte tras de mi ida a España, no ha sido sin causa, como ahora me doy cuenta. Es demasiado arduo comunicar en el reducido espacio de una carta las impresiones contradictorias que ese regreso ha producido en mí, tanto más, que aún no creo haber logrado digerirlas por completo, y cuanto más pienso en ellas, más desconcertado me siento. El viaje fue grato: las gentes con quienes me ví, y que más o menos son las que tú me sugerías en tu carta, fueron cordiales, simpáticas y abiertas; en varios puntos pude tocar, aparte de esos diálogos con intelectuales, con colegas, la raiz dolorosa del pais; en muchos, su costra increible. Y todo ello me ha dejado tan atónito, tan extrañado (fíjate en esta palabra: extrañado), que no me siento capaz de intentar siquiera una reacción inteligente. En fin, si pudiéramos hablar, trataría de aclararte, al tiempo que me lo aclaraba yo, por qué dejo en suspenso, por ahora al menos, la idea de hacer aquellas revista de la que teníamos hablado. Digo, por el momento; pues tampoco estoy convencido de que no hubiera de servir para nada importante. Es cosa de pensarlo, y de repensarlo; quizás tendría que volver allí de nuevo, cosa que no puede tener efecto de inmediato.

El resto del viaje fue por el continente y las Islas Británicas, que apenas conocía; al final, un poco cansado, y estropeado por el mal tiempo. Pero, en cambio, con el gusto de que nos acompañara nuestra hija, que usó sus vacaciones para recorrer con nosotros unos cuentos [sic] paises, en estudio de la arquitectura barroca.

Ahora, todos estamos de nuevo en la rutina cotidiana. Yo escribo algo; y creo que no tardaré ya mucho en terminar una novela, que en cierto modo continúa, y en cierto modo no, Muertes de perro. Quisiera disponer de más tiempo libre, pues ganas de escribir no me faltan...

Bueno, querido Guillermo, dale a Norah nuestros más afectuosos recuerdos, y recibe tú un gran abrazo de tu viejo amigo

Francisco Ayala.-


FECHA
12/11/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Nilita Vientós Gastón
DESTINO
Puerto Rico
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Nilita Vientós Gastón. Puerto Rico

Carta de Francisco Ayala a Nilita Vientós Gastón (12/11/1960)

Nueva York, 12 nov., 196[0]

Dra. Nilita Vientós Gastón

Puerto Rico.

Querida amiga Nilita:

Muchas gracias por la publicación, que me anuncia, en Asomante del ensayo de Enjuto sobre esa novela mía que está siendo muy afortunada. Todavía no he recibido el número.

También le agradezco su invitación a colaborar en el número 2 de 1961. Yo le ofrecería lo mejor que por ahora tengo inédito. Pero no sé si va a convenirle. Se trata de un cuento, más bien corto, cuyo título, “Violación en California”, indica ya que se trata de algo un tanto fuertecito, aunque sin malas palabras. Dará lugar a discusiones, supongo. Si en principio usted desea evitarlas, entonces procuraré darle otra cosa más gris. Si en principio se atreve, se lo mando. Usted dirá.

Sí, ya he visto el espectáculo que han dado los obispos, y el triunfo que le han ofrecido en bandeja a Muñoz. Yo me he alegrado de que hayan enseñado así la oreja, para que no se diga que el clero y la Iglesia españoles son distintos del resto, pues estos son dos American guys, y tan cerriles como el famoso cardenal Segura; les bastaría con disponer de un Franco de bolsillo para la Isla, y le harían comulgar a ustedes con las manos atadas, como lo han hecho en España.

Tengo ganas de poder echar ratos de conversación, como en el pasado. Usted no piensa venir por acá? Yo siempre quisiera dar una escapada a Puerto Rico, pero no sé cuando podrá ser.

Saludos afectuosos de Nina.

Cordialmente suyo

Francisco Ayala.-


FECHA
03/02/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Eduardo Mallea
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] RUTGERS · THE STATE UNIVERSITY / COLLEGE OF ARTS AND SCIENCES / NEW BRUNSWICK, NEW JERSEY

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Eduardo Mallea

Carta de Francisco Ayala a Eduardo Mallea (03/02/1961)

3 de febrero de 1961

Mi querido Eduardo:

Esta vez me toca a mí sentirme culpable y pedirte disculpas por no haberte escrito en tan largo tiempo. Es lo cierto que, últimamente, llovieron sobre mí cosas tan diversas, y tan apremiantes algunas de ellas –lo que en modo alguno significa importantes; muchas veces, todo lo contrario– que me han robado la calma indispensable para ponerme a escribir una carta que no sea de las exigidas por requerimientos prácticos inmediatos.

Y al decir esto, me doy cuenta de que la presente, en cierto modo, responde a un motivo de ese tipo, ya que te he hecho enviar directamente desde España un ejemplar de mi nuevo libro de ensayos (en gran parte, publicados en La Nación a lo largo de años), editado por Taurus bajo el título de Experiencia e invención, y como lo recibirás sin dedicatoria, esta carta quiere suplirte las palabras afectuosas que hubiera deseado escribir sobre la ahora impoluta portadilla.

He sabido que salió La vida blanca, así como una edición de La razón humana. He encargado a la biblioteca universitaria que adquiera ambos libros, pero todavía no han llegado; creo que muy pronto me daré el gusto de verlos.

Durante el verano pasado estuvimos en Europa, como creo que sabrás (me parece, aunque no estoy seguro de mi memoria, que les escribimos a ustedes una postal desde París; pero bien pudiera ser que todo quedara en la intención, y esas intenciones perduran más en el ánimo que el propósito cumplido.) Fuimos a España, cuyo estado presente me interesaba comprobar de visu, aparte de confrontaciones con el mundo de mi infancia y juventud, que he cumplido con la intensidad premeditada. Acerca de las impresiones recibidas habría materia para hablar interminablemente, y como una carta no puede serlo, más valdrá no entrar siquiera en el tema. En fin, gasté tiempo y el poco dinero disponible, y aunque no hice nada que se traduzca o pueda traducir en letra impresa, no lo doy por perdido. Entre otras cosas, dejé que se retrasara una nueva novelita que tenía entre manos, continuación en cierto modo, y en cierto modo, no, de Muertes de perro, y ahora, después de salir de otros apremios relacionados con la cuestion de panem lucrando, por fin la he terminado. Lleva el horrible título de La gran vidorra, que corresponde al tipo de horror que me propongo expresar en ella. A la política y miseria de la anterior ha sucedido, dentro del mismo ambiente, la prosperidad y el progreso. El resultado es La gran vidorra. Ya está en poder de López LLausás, y si como deseo la publica pronto, me darás tu opinión, que tanto estimo.

Aparte de eso, he escrito varios cuentos, varios de ellos impublicables, por lo menos en revistas de buena reputación y costumbres honestas. (Y de las otras, me parece que ya no queda ninguna). En fin, con esto te doy cuenta de mis actividades plumísticas, que son las únicas, casi, a que me dedico, aparte del aburrido oficio de enseñar al que continuará no sabiendo; y si quieres saber ahora acerca de los planes para el futuro inmediato, se reducen a seguir enseñando, como lo haré el próximo verano en Columbia University, y quizás dar una escapada a Puerto Rico, o a Méjico, para cambiar de paisaje y de aires. Poca cosa, según puedes comprobar.

Siempre tenemos en la mente la posibilidad de que, algún dia, se animen a darse una vuelta por acá. Nos gustaría tanto su visita…Y creo que es sólo cuestión de decidirse, que me parece, para tí y en tu caso, la más difícil de las cuestiones. Si Elenita tuviera entusiasmo, a lo mejor se animaban.

Nina me encarga de transmitir sus cariñosos saludos. Y yo les envio un gran abrazo, esperando que no tarden demasiado en venir sus noticias. (Desde luego, haz caso omiso del membrete: la dirección personal es 54 W., 16th St., New York 11, N.Y.)

Cordialmente, tu viejo amigo

Francisco Ayala.-


FECHA
11/02/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada. Las dos últimas líneas y firma autógrafas]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (11/02/1961)

11 de febrero de 1961

Querido Damián:

Contesto a su carta y, ante todo, lo [sic] agradezco el ofrecimiento de enviarme un resúmen de las clases de Bataillon que, desde luego, me interesan muchísimo, como todo lo que él escribe. Si puede hacerlo con comodidad y no excesivo sacrificio, mándemelo; en otro caso, absténgase, pues por ahora he dejado el tema de la novela picaresca, y él siempre publicará lo que está haciendo. Mis trabajos están en el libro Experiencia e invención, ya publicado por Taurus, y del que he visto un ejemplar que me remitieron, prometiendo otros nueve para completar la espléndida suma de 10 que dan al autor. De ellos le reservo a usted uno; pero ya veremos cuando llegan, porque a éstos, para decirlo finamente, se les pasea el alma por el cuerpo. Creo que el libro queda bien, con gran unidad interna.

Me pregunta por La gran vidorra. Pues ya se concluyó, y la he enviado a López Llausàs. Estoy, pues, en la fase en la que uno se resiste a hablar del libro. Ya hablará él, por sí mismo, si quiere, y no tardando mucho (espero). Sigo haciendo algunas cosillas, cortas de extensión, si no de intención, y en eso me entretengo. Lo malo es que algunas resultan decididamente impublicables; digo, no sé si eso será lo malo, o lo bueno.

La novela de Cortázar aun no la conozco. Mandé que la compraran en Bryn Mawr, pero aun no ha llegado. Por lo tanto, mal puedo darle una opinión. Me temo, sin embargo, a juzgar en parte por las impresiones que ya usted me dió, y en parte porque se trata de algo que esta sucediendo mucho hoy en dia, que el defecto de no calcular adecuadamente el tamaño de la pieza perjudica demasiado a muchas obras de arte (literaria). Hay cosas -estilos, concepciones, incluso temas- que podrían ser sumamente agradables si no se presentaran en forma desmesurada, pero que pierden la gracia e incluso invitan al bostezo cuando se nos ofrecen en un desarrollo canceroso. Inclusive para dar literariamente la impresión del tedio, es necesario no aburrir, del mismo modo que para dar la impresión del lenguaje hablado, vivo, es necesario huir de la reproducción gramafónica de lo que la gente efectivamente dice. De no ser así, el mejor novelista del mundo sería un tape-recorder, o un Sánchez Ferlosio.

Aqui se publicó un número dedicado a España del Atlantic Monthly, que no está mal, pero tiene sus bemoles. Si usted tiene oportunidad de echarle una mirada ahí en cualquier Linconl Library u otro sitio, no deje de hacerlo. A mí se me ha ocurrido escribir unas cuantas puntualizaciones de poca consecuencia, pero que en cierto modo son resultado de mi ida a España en el verano pasado. Ya lo verá usted en su momento.

No sé si le dije que Enjuto publicó por fin en Asomante su artículo sobre Muertes de perro, que queda muy bien. He sabido de ellos por breves y eufóricas lineas en una carta que me escribió Gullón desde su compañía. Tengo ganas de darme una vuelta por Puerto Rico, y quizás lo haga en el verano, antes o después del curso de idem, que voy a dar este año en Columbia University, para reponerme de gastos excesivos en el año anterior: de modo que mis vacaciones, si tal puede llamárseles, se reducirán a 15 o 20 dias de trópico amable.

Recibí de Carpio una carta larga, pero malhumorada; y por otros conductos he sabido también de su estado de animo escasamente jovial.

[Escrito a mano:]

Lo lamento por ambos conyuges.

Y nada más por hoy, sino un abrazo de

Ayala.-