Las cartas de Francisco Ayala sobre

Editorial Aguilar

Editorial Aguilar, Madrid, 1923.

Empresa fundada por Manuel Aguilar en Madrid en 1923. Tras la guerra civil, el sello fue conocido principalmente por su colección de obras completas en papel biblia. En 1946 la editorial abrió una oficina en Buenos Aires.


Francisco Ayala publicó en Aguilar durante el exilio su Introducción a las Ciencias Sociales (1952). En su primer viaje de regreso a España durante el verano de 1960 Ayala acordó con Manuel Aguilar “publicar un tomo que contuviera todas mis novelas cortas y cuentos, desde el comienzo de mi actividad literaria hasta el día”; finalmente, por problemas con la censura española, el volumen –titulado Obras narrativas completas – fue editado por la sucursal de Aguilar en México en 1969.

cartas 1 al 5 de 33
FECHA
29/04/1957
REMITENTE
Arnaldo Orfila
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
Universidad de Puerto Rico
ORIGEN
Fondo de Cultura Económica
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Arnaldo Orfila a Francisco Ayala (29/04/1957)

Sr. Francisco Ayala.- Director de la

Editorial Universitaria.

Universidad de Puerto Rico.

Río Piedras, Puerto Rico.

AOR:382

abril 29, 1957.

Mi querido amigo:

No sabía que estada Vd. de regreso de su viaje y me alegra haber recibido su carta del 15 del corriente.

Tomo nota de lo que me dice en relación con la Critica de la razon pura de Kant y me agradaría tener sus noticias cuando Carpio le informe sobre el proceso de su traducción. Yo le decía a Fernández Méndez que, desgraciadamente, la primera experiencia que hemos tenido con el Adam Smith no ha sido muy feliz. Confiados en la traducción de Franco enviamos a la imprenta los originales sin una revisión previa y cuando ya se habían compuesto bastantes galeras, los correctores nos llamaron la atención sobre los defectos que la traducción presentaba. Entregamos el original a Dn. Manuel Sánchez Sarto quien, en efecto, pudo comprobar que era necesario hacer una revisión a fondo y esta es la hora en que tuvimos que distribuir el plomo de la composición ya hecha para rehacerla a la vista de las correcciones que se le están haciendo. Así mismo, incorporaremos las notas de Canan que no estaban traducidas porque tenemos también en nuestra contra la circunstancia de que apareció en estos meses la edición de Aguilar de la misma obra.

De todos modos, le repito, que tendría mucho interés en la Critica de la razon pura de Kant y por ello espero sus noticias.

Sobre el libro de Abbagnano La filosofia de la existencia, debo decirle que no me decido a darle una respuesta favorable porque ya hemos publicado un Breviario de él y tenemos en archivo otro sobre la Filosofía de la Posibilidad que debemos editar este año o el próximo.

Me alegrará mucho saber que su viaje de descanso por Europa le fue muy grato y que Vd. y su familia se encuentran bien al retornar a sus tareas.

Le abraza su afmo. amigo.

Arnaldo Orfila Reynal.

Director


FECHA
02/10/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (02/10/1960)

N.Y., 2 de octubre de 1960.

Querido Ricardo:

Por el joven González he sabido de tus pasos en la tierra texana, e incluso de tus propósitos de escribirme, que ahora espero se cumplan con la debida amplitud, una vez que, reintegrado a la vida sedentaria, o semi-tal, tengo una dirección fija (o dos), que excluyen todo pretexto para el silencio epistolar. Yo tampoco te había escrito a tí por no saber dónde estabas. Lástima grande que tengamos que reducirnos a las limitaciones de la letra escrita, en lugar de poder expandirnos en la libre conversación que permitiría un intercambio de impresiones, noticias, etc., adecuado al volúmen de experiencia (como en ocasión memorable dijo el sabio amigo Recaséns Siches) realizada y acumulada en estos últimos meses. De España habría tanto que hablar, que más bien renuncio. Me he encontrado las cosas distintas de lo que pensaba, y no desde luego mejores que la imagen que me pintaba de ellas. En lo que hay de mejoría (eliminación de molestias policiacas externas) reside la posibilidad de reparar en el mal profundo, que está en la actitud, diversa en sus manifestaciones, pero concurrente en lo esencial, que tienen las gentes frente al régimen, y frente al mundo en general. Para resumirte mi impresión en una sola palabra: “deprimente”. Y en cuanto a las perspectivas... no hablemos. La República del Congo ofrece un modelo de lo que está preparando Franco para el dia remotísimo en que Dios quiera acordarse de él.

En Madrid me encontré con algunos de los viejos amigos, y con otros nuevos (Laín, Ridruejo, y demás). Vi mucha, mucha gente. Entre ella, a Angel Ferrán, a quien visitamos en su casa acompañados de Bayón; y naturalmente,se habló de tí. Estuve también mucho con Jorge Campos, a quien encontré muy simpático. Taurus me va a publicar ahora un libro de ensayos y estudios literarios (todos los cuales, o casi, conoces tú perfectamente), y Aguilar va a hacer un tomo con todas mis novelas cortas, desde la época de Revista de Occidente hasta hoy. Esos son los dos únicos arreglos editoriales que he hecho allí durante aquellos dias. En Andalucía, de la que solo conocía mi Granada natal, reencontrada después de cuarenta años justos (qué barbaridad), Sevilla me fascinó; y me hubiera encantado el paisaje de la llamada costa del sol si hubiera podido levantar la vista de los cráteres que adornan la carretera, como por lo demás todas las de ese desdichado pais. Para qué voy a contarte la clase de emociones que me aguardaban en las piedras, árboles y aguas de Granada. Esto, que es el pasado, y convencerme de que España entera es también un pasado irrevocable, es lo que he sacado, como principal cosecha, de mi viaje. Estoy muy contento de haberlo hecho. Cuánto me gustaría que pudiéramos charlar de todo!

El resto del viaje, por toda Europa occidental, incluso Inglaterra (buen contraste todo ello –incluso Inglaterra, tan “vieja” en muchos aspectos– con la famosa piel de toro) fue agradable, llovido, cansado...

Y aquí me tienes de nuevo, trabajando de nuevo, tanto en lo profesional como en lo gustoso, es decir, en el cultivo de las letras, que es un entretenimiento inocente y barato.

De Puerto Rico he tenido noticias diversas, y en gran parte tristes. Ya había sabido meses ha la desgracia del pobre Manolín, y puedes creer que me afligió de veras. Ahora me dice Benitez, quien estuvo aquí en la semana pasada, que se ha quedado inhabilitado definitivamente. Y además, que Fernández Méndez se encuentra “mentalmente” enfermo, cosa que también había llegado a mis oidos por otros conductos puertorriqueños. Eso explica retrospectivamente algunas rarezas y anomalias de las que uno había podido darse cuenta atribuyéndolas a meros defectos de carácter. La muerte de Marrero es otra mala noticia; y no sé si es buena, que lo ha sucedido en el puesto la pelirroja Esther Rios. Los incesantes embarazos de Brunhilda, que desde algún punto de vista merecerán plácemes, perjudican tanto a la revista La Torre, de la que es directora y única responsable, como al problema poblacional de la Isla de la Simpatía; que –otra noticia– volverá a contar desde enero, si no hay novedad, con las luces filosóficas del gran Carpio. Bueno, majo, no podrás quejarte de laconismo por parte mia. Corresponde en forma debida, y serás recompensado con dilatadas respuestas.

Entre tanto, recibe un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
20/04/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Arnaldo Orfila
DESTINO
Fondo de Cultura Económica
ORIGEN
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Francisco Ayala a Arnaldo Orfila (20/04/1961)

Nueva York, 20 de abril 1961

Dr. A. Orfila Reynal,

Fondo de Cultura Económica,

México, D.F.

Mi querido Orfila:

Le escribo en relación con cuestiones editoriales, a la espera de que, en ocasión próxima, probablemente durante el verano que viene, tengamos oportunidad de charlar ampliamente de todas las cosas que llenan e inundan a nuestro desagradable mundo actual.

Cuando en el año anterior visité España, convinimos con don Manuel Aguilar en publicar un tomo que contuviera todas mis novelas cortas y cuentos, desde el comienzo de mi actividad literaria hasta el dia. Muchas de esas pequeñas narraciones son hoy prácticamente inencontrables, están en libros agotados o en revistas difíciles de hallar; y ahora, después de la repercusión que tuvo mi novela Muertes De Perro (acerca de la que todavía sigue escribiéndose), y en vísperas de aparecer otra del mismo corte que por entonces preparaba y ya he terminado, entendíamos que un libro así tendría buenas perspectivas de venta. Varios estudiantes y críticos están haciendo tesis doctorales o estudios sobre mi obra literaria en su conjunto, y seguramente, si se le ofrece al público esa parte de ella reunida en un volúmen de cuidada presentación, éste ha de tener buena acogida. Contábamos desde luego con que la censura pondría algún que otro reparo; pero contábamos también con superarlos a base de persuasión e influencia, como otras veces se ha conseguido.

Sin embargo, después de meses, nos encontramos con que los censores han hecho esta vez tales destrozos en los originales que, de hecho, impiden la publicación del libro. Imagínese que hasta mis novelitas estetizantes de la época Revista de Occidente han sido objeto de mutilaciones absurdas. En tales condiciones, y a pesar de que Aguilar, ignoro con qué fundamento, espera cambios favorables en los criterios –si de criterios puede hablarse– de la censura española, yo doy por excluida toda utilidad de volver a someterle el libro.

Quisiera, pues, preguntarle a usted si no estaría dispuesto a editarlo en el Fondo. Sólo una de las grandes casas, con buen aparato de distribución como es el suyo, puede cumplir la finalidad que su publicación persigue. Como le digo, se trata de un volúmen que reuna todas mis novelas cortas, con exclusión de las extensas, desde aquellas que aparecieron en Revista de Occidente hasta una que saldrá en el próximo número de Cuadernos Americanos, precedidas acaso de un buen estudio, que podría serlo el de H. Rodríguez Alcalá en la Revista Hispánica Moderna. Según mis cálculos, el libro no resultaría excesivo, ni mucho menos: entre 500 y 550 páginas. Si, como deseo, su respuesta es afirmativa, le enviaré los originales para que estudie la edición sobre ellos.

Otra cosa: un germano-americano ha escrito un libro muy bueno estudiando seriamente el pensamiento filosófico de Unamuno. He pensado que acaso le interese a ustedes. Si en principio es así, dígamelo, para que le pida una sinópsis y se la envie a usted.

Y nada más por el momento, que ya es bastante larga esta carta. A la espera de sus noticias, le envía un gran abrazo su viejo amigo

Francisco Ayala.-

Francisco Ayala

54 W., 16th Street

New York 11, N.Y.


FECHA
17/05/1961
REMITENTE
Arnaldo Orfila
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
Fondo de Cultura Económica
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Arnaldo Orfila a Francisco Ayala (17/05/1961)

Sr. Francisco Ayala

54 W. 16th Street

New York 11, N.Y. – U.S.A.

AOR:363.

Mayo 17 de 1961.

Mi querido amigo:

Al regreso de un viaje por Sudamérica me encuentro con su carta del 20 de Abril. Me entero de los problemas que se le han creado con motivo de la edición de sus obras, que prepara la Editorial Aguilar en España.

Me ha producido Vd. una gran contrariedad porque no puedo resolverle el problema que me plantea. Los problemas editoriales que Vd. bien conoce, se multiplican y agrandan cuando se agranda la Editorial, y es el caso que hemos tenido que resolver con carácter general no adquirir nuevos compromisos editoriales hasta no avanzar en la satisfacción de los hasta ahora contraídos, salvo los casos de excepción en que nos obliguen a violar esa regla para satisfacer exigencias de las colecciones en marcha, o bien, por la necesidad de continuar planes previamente establecidos. El pavoroso problema de las reediciones de los 330 libros agotados, nos agrava la situación.

Sabe Vd. que la literatura entró tardíamente a nuestra Editorial y con poco ímpetu pues solo mantenemos activamente las obras de autores nacionales. Por excepción se han hecho algunas publicaciones en Tezontle, que por otra parte, no alcanza la difusión que nos interesaría.

Por todo ello es que me veo obligado, muy a mi pesar, a decirle que no podemos darle a Vd. la solución al problema que nos plantea. Esta desagradable explicación me sirve también frente al amable ofrecimiento del libro que me sugiere sobre el pensamiento filosófico de Unamuno. Por ahora tampoco podría dar una respuesta afirmativa.

Me agradará saber que continúa Vd. trabajando agradablemente en sus tareas docentes y literarias y con mis atentos saludos a los suyos, le envío un afectuoso abrazo.

Arnaldo Orfila Reynal.


FECHA
13/12/1961
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (13/12/1961)

13 de diciembre de 1961

Sr. D. Francisco Ayala

54 West Sixteenth Street

New York, N. Y.

Querido Paco:

Como ves no tardo en contestar tu carta última y empiezo felicitándote por partida doble. En primer término para desearte unas pascuas muy plácidas y productivas, en todos los aspectos. En segundo término por tu paso a New York University, del que me enteré ayer por carta de Rodrigo Molina. Puedo asegurarte que me alegro como si de cosa propia se tratara, pues sé que tu deseo era instalarte definitivamente en Nueva York, donde estoy seguro que te ha llevado el reconocimiento general de tus méritos y talentos, etc., etc. Tendrás así más tiempo para trabajar, y por esto no te felicito a ti, sino que me felicito, pues los partos de tu ingenio se multiplicarán y disfrutaré leyendo cuanto vaya saliendo de tu pluma.

No puedo comprender que pudieras pasar un mes en Alemania y París, regodeándote a tus anchas, siendo así que había faltado en el Congreso el aventajado ex­-filósofo don Julián Marías. Quizá no le han invitado, o no ha podido asistir, por la multitud de tareas, unas propias de su sexo y otras impropias, que le esperan en este continente. Espero que durante las navidades le agasajes y mimes para que te de buena nota cuando redacte tus informes de fin de curso.

Espero con impaciencia esa separata de tu cuento en los Papeles. Me interesa sobre todo comparar la versión completa con la publicada en la revista, pues quiero ver si consigo calar un poco en la cretinizante Censura española. Nunca se puede saber lo que van a tachar y lo que no, y tu cuento, aun mutilado, tiene gracia y está preciosamente escrito. Lo que me jeringa contigo es que, sin querer, comparo tu facilidad y tu gracia de pluma con el trabajo que me cuesta sacar adelante esos ensayos y articulejos que por ahí pululan. No sé cómo moños te arreglas para escribir como quien se bebe un vaso de buen vino.

Estoy sudando para poner en pie los capítulos de Unamuno dedicados a El otro y Teresa. No te chotees, pero lo que tu dictarías a Brunhilda, tu secretaria igualmente avispada, entre taza y taza de café, me lleva semanas de sudores, malos humores, dolores de cabeza y de otras partes, y por cierto, que, escribiendo de Unamuno, no me entendiste bien lo que te dije respecto a las pruebas de La Torre. Van a mandarme las mías y las del artículo que traduje, pero de tu joya privada nada se ha dicho. Creo prudente que le pongas unas líneas a la hermosa señora Molinary, para que te lo manden y puedas darle tú mismo un vistazo. Ya sabes cómo se la gasta por los pagos boriquas.

Dícenme que doña Fela quiere organizar una corrida de toros, e inmediatamente se me ha venido a las mientes la dificultad que tendrá para seleccionar el ganado, con tanta abundancia y competencia. Ignoro quienes serán los diestros encargados de trastear a los elegidos.

Dame las noticias que tengas sobre este acontecimiento sensacional.

Tampoco yo he recibido el último número de La Torre. No me extraña. Escribí el prologo para modernismo. Ordené todo el libro. Puse la firma de Eugenio junto a la mía, mandé el original a la imprenta y Aguilar, editor honrado, me pagó la mitad del anticipo y, según mis instrucciones, puso a disposición de nuestro amigo el resto del dinero. Pues bien: ni una palabra a mí, ni una palabra a Aguilar. ¿Puedes entender esto?

Recuerdos a Nina y para ti un fuerte abrazo de