Las cartas de Francisco Ayala sobre

Editorial Sudamericana

Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1939.

La Editorial Sudamericana surgió en torno al grupo de intelectuales argentinos encabezado por Victoria Ocampo, quedando la dirección editorial a cargo del exiliado español Antonio López Llausàs, quien pronto se convertiría en el propietario del sello. 


A la editorial Sudamericana le debemos las primeras ediciones de Los usurpadores y Muertes de perro, entre otras obras ayalianas. 

cartas 6 al 8 de 8
FECHA
11/11/1964
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Camilo José Cela
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa. Al pie, borrador manuscrito de la respuesta de Cela]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Pública Gallega Camilo José Cela

Carta de Francisco Ayala a Camilo José Cela (11/11/1964)

Nueva York, 11 de noviembre 1964

Mi querido Camilo:

He tardado algo en contestar a tu última carta porque tuve que ir a Méjico para tomar parte en una de esas reuniones internacionales que, si no salvan al mundo, por lo menos fomentan el turismo, y al regreso me la he encontrado esperando. En fin, te escribo.

Como ya te insinué en carta anterior, sin extenderme en detalles, estoy –o está la filial de Sudamericana– a vueltas con la censura (que sin perdón ni paliativos así hay que seguirla llamando) para que no ponga objeción a un volumen de mis novelas cortas donde se incluya "La cabeza del cordero", contra la cual parecía haberla. En fin, estamos jugando el bonito juego del ratón y el gato. Parece que, por no decir que cierran el paso a la tal indigesta cabeza, quieren fingir ahora que lo que vetan son las licencias de "El as de bastos". Y si el texto de la respuesta, cuya copia he pedido, permite hacerlo (ya te lo diré), yo te sugeriría dar en La Novela Popular el cuento o nouvelle "El regreso", que pertenece a La cabeza del cordero, y que no dejaría de llamar la atención del lector amigo. Pero de esto volveré a escribirte cuando reciba la copia del documento que he pedido.

De todas maneras, he empezado (y tuve que suspender por razón de mi viaje a Méjico) una novela corta, que se titulará Vicente de la Roca, con destino a tu colección. Creo yo que, si desecho pronto una pequeña gripe que me aflige en estos dias, la terminaré a tiempo de cumplir tu plazo. Creo, pues, que de un modo u otro puedes contar con colaboración mia. Y, según te digo, dentro de pocos dias volveré a escribirte con más precisiones: no quería demorar esta respuesta, que se limita a pedirte un pequeño compás de espera.

Hasta muy pronto. Te abraza cordialmente

Francisco Ayala.-


FECHA
10/04/1965
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / GRADUATE SCHOOL OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (10/04/1965)

10 de abril de 1965

Querido Ricardo:

Ya estaba extrañado de no recibir carta tuya, cuando por fin me llega la del dia 3 enterándome de que has estado fastidiado del intestino; y como nada precisas, y calificas de pequeña la intervención que has sufrido, deduzco que se trata de cosas más vejatorias y molestas que dignas de preocupación, y que de todos modos pertenecen al reino del pasado.

No dejes que las clases te coman, antes al contrario, debes usar a tus estudiantes como conejos de Indias para probar tus escritos, que van dirigidos a todo el mundo. El asunto sería llevar a las clases las cosas cuando las tengas en la etapa de borrador, e inmediatamente, sin esperar a que ello se enfrie, redactar la versión definitiva apenas las hayas soltado.

El otro dia recibí una larga carta de Marra-López quien me cuenta que el amigo Maravall ha sufrido un nuevo ataque de corazón (cosa que Soledad Ortega, la hija de don José, me corrobora); y me dice también el mentado Marra que, pese a las promesas que le habían hecho a José Antonio de darle carta blanca para la dirección de Cuadernos Hispanoamericanos, a los veinte dias de haberla asumido tuvo que volverla a dejar, pues eso de los plenos poderes era pura filfa, y engañifa del nene Gregorito. Ya ves, una vez más, qué dificil es levantar la costra hispánica; aunque, quieras que no, va saliendo de todos modos.

Me entere por informe fidedigno de que los otros Cuadernos, los de París, habiendo llegado al número 100, han tirado la esponja. Ya era de suponer que Arciniegas les daría la puntilla. La verdad es que eso, como tantas otras cosas, fue siempre de mal en peor, saliendo de Málaga para entrar en Malagón, o de Murcia para Tegucigalpa.

Ellis está tan ansioso por conocer tu opinión sobre su libro que si no le escribes pronto unas lineas te las va a escribir él, preguntándote, pues me pide tu dirección,y supongo que es para ese fin.

No recuerdo si te dije en mi carta anterior que, por mor de los indispensables dólares, he aceptado dar un curso de verano este año en Harvard, donde deberé estar no más tarde que el 6 de julio. Por consiguiente, sólo tengo un mes desde el final de las clases hasta esa fecha, breve lapso que aprovecharé para visitar Madrid y pasar unos dias en París. Aun el viaje no está esquedulado (tal vez vaya también a Italia por cuatro o cinco dias), pero sí resuelto. Iré solo, pues estando aquí nuestra hija, es claro que la madre renuncia al susto de levantar el vuelo, y yo al gasto de que lo levante.

Supongo que no sabes que murió el hijo de López Llausás, el director de la Editorial Sudamericana, un muchacho magnífico, con 43, padre de seis hijos; y por la forma en que viene la noticia da la impresión de que se hubiera suicidado. No sé si lo conocías, o si conoces al padre; yo era muy amigo de esa familia, y me aflige pensar cómo estará el pobre viejo, que precisamente acababa de pasar un arrechucho de corazón.

No tengo mucho que contarte, y eso, como has visto, no demasiado bueno por cierto. Pero te escribo enseguida para darte ocasión a que me contestes sin demora, y me digas qué vas a hacer durante el verano, para que podamos comunicar como de costumbre y, a lo mejor, vernos. De mí, ya sabes.

Recibe los afectuosos saludos de Nina, y un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
23/09/1970
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Manuel Andújar
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] THE UNIVERSITY OF CHICAGO / CHICAGO. ILLINOIS 60637 / DEPARTMENT OF ENGLISH / 1050 EAST 59TH STREET

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de Estudios Giennenses. Diputación de Jaén

Carta de Francisco Ayala a Manuel Andújar (23/09/1970)

23 de septiembre de 1970

Mi querido Andújar: Por fin, aquí en Chicago, he podido leer con cierta calma sus novelas, de las cuáles sólo la primera alcancé a terminar en Madrid. Ya entonces le dije algo sobre mis impresiones de lector, cómo me había interesado el modo en que usted altera la perspectiva de la narración y el punto de vista del narrador. Pero este es un aspecto técnico en el que tan sólo nos fijamos los del oficio. Lo importante –pues el novelista no escribe para sus colegas sino para el público en general– es el resultado, esto es, la manera en que usted consigue prender la atención del lector y solidarizarlo con los destinos imaginarios de sus personajes. Las tres novelas son excelentes desde este punto de vista, y supongo que la reacción del público será muy favorable. Para mí El destino de Lázaro es el más atractivo. Es un personaje estupendo. A través de las tres obras, usted consigue transmitir una visión de España que es muy personal y por eso mismo muy real, auténtica. Entiendo bien lo del "realismo simbólico"; no le falta razón a Rafael Conte, su enfoque es justo. Pero, amigo, qué amargo regusto deja esa España que usted nos denuncia y entrega… Su obra hace impacto, y esa es la mejor seña de su calidad.

Hablando ahora de otro asunto: Yo espero a conocer los términos de su conversación con Aymá para escribirle de acuerdo con las sugestiones que usted me haga. Desde luego pienso ir a España tan pronto como pueda; pero en ningún caso podría estar ahí a comienzos de diciembre (mis clases terminan el 20). Si, en cambio, a comienzos de enero, y pasar en Barcelona el tiempo que convenga. A mí me parece, por otra parte, que el comienzo de enero es mejor fecha, pasadas las fiestas navideñas, para actividades de promoción literaria, que inmediatamente antes de esas fiestas.

Le escribí a Ortega recordándole una conversación que tuvimos en la que parecía concordar en que, no pudiendose publicar por ahora en España La cabeza del cordero, convendría meter en la colección Historia de macacos, que editó la Revista y (por razones que él me explicó) no se vende. (Creo que esto se lo conté a usted en Madrid). Pues me contesta diciendo que "mientras no se agote, cosa que no puede tardar, no es momento de hacerlo". No me explico cómo dice que no puede tardar en agotarse el libro, cuando en verdad no circula, ni ha circulado nunca. Pero es formidable que no quiera darlo en la colección de bolsillo por respeto a la edición original (y difunta entre sus manos) cuando este fue el argumento que esgrimimos frente a Editorial Sudamericana para publicar en Alianza Muertes de perro y El fondo del vaso. Me imagino que no le gustaría que yo diera el libro ahora en otra colección de bolsillo. La cosa me ha producido alguna irritación, no se lo oculto a usted, pero le ruego que mantenga el asunto rigurosamente reservado. Se lo digo al amigo como un desahogo, y nada más. Cuando yo vaya, veremos qué se hace, pues como recordará, tampoco quisieron publicar las cosas de vanguardia que usted consideraba oportunas editorialmente. Entonces, ¿qué? En fin, ya hablaremos de todo esto.

Le agradezco que me haya enviado el recorte de Insula. ¿Ellos mandar el número? Ni lo piense. Sería romper una inveterada costumbre.

De acuerdo con la sugestión que me hace, escribo a Pillado agradeciéndole su comentario.

Y nada más por hoy. Saludos, y un abrazo de

Ayala.-