Las cartas que mencionan el lugar

Buenos Aires

cartas 16 al 20 de 65
FECHA
30/11/1944
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Renato Treves
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] FRANCISCO AYALA

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
APICE. Università degli Studi di Milano

Carta de Francisco Ayala a Renato Treves (30/11/1944)

Buenos Aires, 30 de noviembre de 1944.

Querido Treves:

Ayer me dieron en Losada la liquidación de nuestro cheque. Resultan de ella 199,70. Como todavía han de pasar varias semanas antes de su venida, le envio su parte por giro postal, cuyo talón incluyo adjunto, por valor de 99.- pesos.

Respecto del número de ejemplares a pedir, creo mejor que sea usted quien le dirija el pedido, porque yo le he escrito pidiéndole tambien 100 ejemplares de mi Ensayo sobre la Libertad, y de esa manera se dosifica el pedido. Si nos da los cien ejemplares, no tengo inconveniente en que usted disponga de mas de la mitad, pues creo que con 25 o 30 ha de bastarme para distribuir a los amigos, tanto mas despues del amplio reparto que pienso hacer del otro cuaderno.

Hasta pronto. Un abrazo de

Francisco Ayala.-


FECHA
26/10/1945
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José Bianco
DESTINO
Buenos Aires
ORIGEN
Río de Janeiro
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Francisco Ayala

Carta de Francisco Ayala a José Bianco (26/10/1945)

Rio de Janeiro, 26 de octubre de 1945.

Sr. José Bianco.

BUENOS AIRES.

Mi querido amigo: Le agradeceré muy cordialmente tenga la bondad de publicar en Sur esas pocas líneas que van agregadas a esta carta. Creo que no debo dejar sin respuesta la insolencia del sujeto a que se refieren, cuyo artículo es reflejo de una actitud fascista que se tranquiliza bajo otras etiquetas, y cuya rabia declara el placer con que elementos tales forzarían el acatamiento de quien no se somete a su punto de vista. –El tono de mi respuesta tampoco podría ser otro, dada la índole del ataque.

Saludos afectuosos, y un abrazo de su buen amigo.

En una revista aparecida en Buenos Aires, Latitud, dedica el señor M.B. a mi libro Razón del mundo un comentario que me veo en el caso de recoger. Lamentaría dar con ello la sensación de que no puedo soportar una crítica adversa, aunque el tono injurioso de esa la hace, en verdad, intolerable. Y, desde luego, no me hubiera decido [sic] a solicitar para estas lineas la hospitalidad de Sur si no creyera que el caso tiene algo de ejemplar en relación con el debatido tema de la responsabilidad de los intelectuales.

Don M.B. ha interpretado mi libro como “la voz del acatamiento, disfrazado de purismo y neutralidad”. Cualquiera que lo haya leido reconocerá, sin embargo, la falacia de esa interpretación, pues que su significado es directamente el opuesto. Falso resulta asimismo el dilema en cuyos términos, a falta de mejor encierro, pretende encerrarme don M.B. (lógico infeliz) con intención denigratoria; falso, digo, porque es muy posible, en efecto, ser a la vez deshonesto y tonto, como el propio articulejo viene a demostrar con el ejemplo de su autor: deshonestidad es el aliñar como lo hace mis tesis en una ensaladilla de frases literales, entrecomilladas para prestar leguleyo disfraz de autenticidad a un sentido contrahecho; tontería, ofrecer las iniciales de su nombre a la evidencia que algunos otros resentidos han sabido rehuir refugiados en la murmuración, por no delatarse de rastacueros.

Y luego, todo ese amasijo de disparates: la grotesca imputación de nazismo hecha a la filosofía alemana y, de rechazo, a quienes la difunden –aún tratándose de hombres que por respeto de sí mismos y de las causas justas por las que luchan se nieguen a amonedar tales experiencias para la facil cotización de los partidos–; la transitada necedad de que “el deber supremo del intelectual como tal” sea “poner su inteligencia al servicio de causas justas” –como si ese no fuera mas bien el deber común de todo ciudadano–; y, en fin, las restantes inepcias, concentradas e impávidas, que, entre hilos de bilis, contiene el comentario, demuestran, creo, que mi libro ha cumplido su función social, punzando enconos todavía un año después de su publicación, y soliviantando bien avenidos confusionismos.

Francisco Ayala.


FECHA
18/01/1946
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Claudio Sánchez-Albornoz
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Francisco Ayala

Carta de Francisco Ayala a Claudio Sánchez-Albornoz (18/01/1946)

Buenos Aires, 18 de enero de 1946.

Sr. D. Claudio Sánchez Albornoz.

CAPITAL.

Mi querido don Claudio:

Acabo de leer la puntada que me tira usted al final de su estudio sobre Jovellanos. Si usted se hubiera limitado al palmetazo por mi osadía e ignorancia, nada había que decir. Pero ¿cómo voy a quedarme callado, si se pone usted a discutir, y sus propios razonamientos corroboran puntualmente la tesis misma por la que me aplica aquel castigo? –Veamos: ante todo, el hecho de “nuestra postura tangencial en el mundo moderno”. Esa es mi herejía. Pero dice usted que “hace siglos que los enemigos del nuestro (imperio) cambiaron su odio por desdén hacia lo hispánico. Y no hemos podido romper hasta hoy la conspiración del silencio desdeñoso con que nos han cercado”. Hablando de nuestras discordias, afirma que “han apartado, cientos de veces, de las fecundas jornadas creadoras a que sus excelsos talentos empujaban, a cientos de grandes y geniales españoles, cuyas posibilidades de creación científica, literaria, técnica o económica naufragaban en la discordia nacional….”. Por último, “nuestro paletismo de papanatas lugareños nos ha llevado además, muchas veces, a dar por buenos los juicios peyorativos foráneos sobre España y sobre los valores españoles y nos ha movido a considerar justificados los silencios de los extranjeros”…O yo estoy muy obcecado, o esta es la descripción precisa de una situación marginal en el conjunto de la cultura moderna.

Pasemos ahora a mi segunda herejía: el hecho de “nuestra caida por obra exclusiva de las propias fuerzas de descomposición interna” tambien aparece descrito por usted mismo con no menor exactitud. “Los españoles mismos –escribe– hemos contribuido a forjar los eslabones de esa cadena, de varias maneras diferentes. Ante todo con nuestros terribles odios hispanos…que nos han arrastrado…a malgastar en bárbaras sañas personales, en revueltas estériles y en funestas guerras civiles, nuestras mejores energias y nuestros mas egregios valores humanos”, y que “han ido ahogando en flor todos los renacimientos sucesivos que nuestra infinita e increible vitalidad nacional ha provocado con frecuencia”. Etcétera. Pues bien: todo esto ¿no es la obra, precisamente, de las propias fuerzas de descomposición interna? No se me ocurre qué otra cosa pudiera ser. Por lo tanto, no entiendo bien en qué consiste su reproche.

De cualquier modo, nuestra pequeña discusión muestra que ni usted ni yo sucumbimos por completo a ese iberismo disolvente, puesto que, por encima de cualquier discordancia de opinión ponemos el afecto de amigos y la solidaridad cordial en ese lema suyo de paz y libertad, que yo tambien reclamo.

Y por que no crea que esta carta tiene una mera finalidad polémica, la aprovecho para ofrecerle la casa donde –por fín– nos hemos instalado: Defensa, 649, 5º F.

Atentos saludos, y un abrazo de


FECHA
07/05/1946
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Fidelino de Figueiredo
DESTINO
Sao Paulo
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con nota final y firma autógrafas]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Letters to Fidelino de Figueiredo (Collection 2034). Library Special Collections, Charles E. Young Research Library, UCLA.

Carta de Francisco Ayala a Fidelino de Figueiredo (07/05/1946)

Buenos Aires, 7 de mayo de 1946.

Sr. Prof. Fidelino de Figueiredo.

SAN PAULO.

Mi querido amigo:

¡Cuanto le agradezco su carta, y la bondad con que se ha apresurado a satisfacer mi ruego! Ya recibí carta del prof. Azevedo con los datos que le pedía, muy a tiempo para incluirlos en las pruebas del libro.

Espero que ya estará en viaje para Rio el tomo del “Jovellanos”, muy voluminoso, como usted verá, y bastante desigual, con cosas muy buenas, y otras anodinas.

He leido su carta a algunos amigos de aquí, que lo estiman a usted, y sus opiniones acerca de la marcha del mundo han venido a coincidir con el juicio general, aquí, entre los españoles. Varía el tono emocional, según temperamentos, pero hay coincidencia en la apreciación de los hechos. Quizás habrá leido usted en los periódicos que nuestro don José Ortega ha dado -¡al fín!- una conferencia pública en Madrid, celebrando la extraordinaria salud de España, y haciendo las acostumbradas exhortaciones, así como tambien las acostumbradas promesas de tratar “mas adelante” ciertos temas. Es penoso. Pero, sobre todo, es un síntoma de que la situación se percibe allí como muy firme y estable… dentro de la inestabilidad del mundo. Imagínese: despues de las insensateces de Francia, ahora se inicia allí una reacción, y tambien nuestros amables vecinos se convertirán, por si era poco, en un nuevo puntal del franquismo… Y es el que caso [sic] que yo tengo unas ganas locas de volver a Europa, de cualquier manera, por mas que no pueda entrar en España sin riesgo grave, que no pienso correr en modo alguno.

En fín, querido amigo: deseo que siga afirmandose su salud, y le envio un cordialísimo abrazo. Su amigo

Francisco Ayala.-

¿No podría enviarme los recortes de esos artículos sobre El miedo de la Historia?

[Escrito a mano:] El otro día dí su dirección a Rafael Dieste, que creo le escribirá sobre cuestiones editoriales.


FECHA
10/06/1946
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Fidelino de Figueiredo
DESTINO
Sao Paulo
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Letters to Fidelino de Figueiredo (Collection 2034). Library Special Collections, Charles E. Young Research Library, UCLA.

Carta de Francisco Ayala a Fidelino de Figueiredo (10/06/1946)

Buenos Aires, 10 de junio de 1946.

Sr. Prof. D. Fidelino de Figueiredo.

SAN PABLO.

Mi querido amigo:

He leido con mucho placer sus artículos sobre el Miedo de la Historia, cuyo envio le agradezco cordialmente. En ese placer hay, sin duda, como suele ocurrir, un ingrediente subjetivo que matiza la apreciación objetiva muy decisivamente: el de la coincidencia con las ideas ahí expuestas. Me parece un trabajo espléndido, y me he sentido entusiasmado tanto por su claridad como por su valentía. ¿No piensa usted darle mayor difusión? Se me ocurre que encajaría bien en esos Cuadernos del Colegio de México que han publicado ya números sobre temas parejos a ese. No sé si continúan apareciendo, pero dentro de algunas semanas estará aquí Cosío Villegas y, si usted me autoriza, le hablaré de ello y le entregaré para que los examine los recortes que usted me envió. Creo que, completado el trabajo, podía componer un librillo de enorme interés.

Lo de Ortega es lamentable. ¡Qué lástima! Además de todo, su íntima desazón le hace estar desagradable con la gente que, por razón natural, tiene que serle más próxima. Lo de Ferrater es solo un episodio. Su estada en Buenos Aires registra muchos otros, semejantes.

He sabido que el pobre Antonio Espina pudo escapar de España y se encuentra en París. Estoy esperando carta suya. Veremos qué cuenta, y qué se propone hacer.

Estoy proyectando con otros amigos una revista que aspiramos a que sea de gran tono. Desde luego, contamos con usted. Cuando el proyecto haya alcanzado mayor madurez –creo que será en breve– volveré a escribirle especialmente sobre el asunto.

Reciba entre tanto un abrazo cordial de su buen amigo

Francisco Ayala.-