Cartas recibidas de Ricardo Gullón:

Ricardo Gullón

1908 Granada Granada - 1991

Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid en 1929, fundó con Ildefonso Manuel Gil la revista Literatura (1934). Alternó la docencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con la práctica jurídica, tras una depuración de treinta meses por colaboración con el ejército republicano. 


En 1953 viajó a Puerto Rico, donde permaneció durante tres años. También enseñó Literatura Española en las universidades de Columbia, Chicago y Texas en Austin, entre otras. Ayala le dedica un capítulo de Recuerdos y olvidos.

cartas 21 al 25 de 44
FECHA
27/04/1964
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (27/04/1964)

27 de abril 1964

Professor Francisco Ayala

54W. 16th Street

New York, N.Y.

Querido Paco:

He esperado hasta ahora para contestar tu carta pensando en la buena vida que estarías dándote en Puerto Rico. Cuéntame las novedades que encontraste; aquél es terreno destinado a constante variación y sorpresa. De vez en cuando me llega alguna noticia confusa, incompleta y no acabo de saber lo que pasa. Las personas que podrían decir algo de sustancia, como Sebastián, no son capaces de escribir una línea, contagiados por la delicia ambiente. Como tu habrás estado en contacto con los altos poderes, habrás captado el secreto de los debates en curso.

Estoy entretenido leyendo primeras pruebas de mi libro unamuniano, y el mes próximo espero recibirlas paginadas. Si las [sic] esperanza no me engaña habrá ejemplares en junio y te podré dar uno cuando nos veamos.

Hubiera querido mandarte un borrador de lo preparado para el estudio comparativo entre El amigo Manso y Niebla, pero me es imposible, por lo mucho que tengo que hacer estas semanas. Mañana discutimos Muertes de perro en el mismo curso sobre invención del personaje. Presenté la novela galdosiana como antecedente de la de Unamuno, comparándolas no solo en líneas generales sino en detalle. No solo la referencia al personaje retuvo la atención, sino también las similitudes y diferencias en el modo de componer.

El otoño próximo, o tal vez a finales de verano, iré poniendo en limpio algunas de estas cosas, momento aún sin perfilar. Tengo tantos materiales dispersos que no puedo predecir la forma en que definitivamente aparecerán. Estoy casi decidido a incluir lo que a ti se refiere en un estudio general sobre la novela. El libro comenzaría con Alas y Galdós, seguiría con Unamuno, Valle-Inclán y Baroja, para desembocar en Ayala y Cela. Constantes referencias a lo extranjero, de Balzac a Faulkner y más acá.

He trabajado bastante, leyendo un par de libros por semana, y tomando infinidad de notas “frescas”. Quiero hacer el libro partiendo de mis puntos de vista actual [sic] y no de lo que pensaba hace años.

Un abrazo muy fuerte de tu amigo

Ricardo Gullón

RG/rr


FECHA
20/05/1964
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (20/05/1964)

20 de mayo 1964

Señor don Francisco Ayala

54 W. 16th Street

New York, N.Y.

Querido Paco:

No veía yo inconveniente en la idea de que hicieras sobre Galdós y Unamuno cúanto se te antoje; posiblemente tienes más y mejores ideas sobre el tema que yo. Sobre El amigo Manso he de dar una conferencia en Las Palmas; si me decido a escribirla te mandaré copia, entre otras cosas para que hagas las discretas observaciones que se te ocurran.

También me propongo tratar de los Episodios Nacionales; quiero decir algo de lo que pienso de ellos, que dista bastante de las opiniones circulantes. Y la tercera charla galdosiana que prepare es un nuevo comentario de Miau, considerado exclusivamente como obra de imaginación.

Envidio tus días puertorriqueños, entregado a la molicie. Tango ganas de que me cuentes las noticias que ahora celosamente recatas, y me reclamo pensando en que el verano próximo podremos vernos con frecuencia durante los meses que coincidiremos en España. Tu viaje es ya inminente. El mío no tanto; saldré de Nueva York de hoy en dos meses, después de impartir sabiduría a los mozos de Colorado.

Un amigo me dice que se ha publicado la traducción inglesa de Muertes de perro y que vió en New York Times un artículo donde te comparaban con los más grandes novelistas, filósofos y teólogos de la antiguedad y la modernidad. Enhorabuena, muy de corazón; la noticia me dió alegría grande. Este es el comienzo de tu salida a un mundo donde habrás de ganar (amén de sabrosos dólares) el reconocimiento que mereces.

La solución que has encontrado para llevarte a Manolo me parece magnífica, y puedes imaginar cuanto siento no poder estar a vuestro lado para tantas y tantas cosas como juntos podríamos intentar. Es una pena, pero no creo pueda hacerse nada. Con fecha 28 de abril me notificaron oficialmente el aumento de sueldo y será difícil que pueda ir a otro sitio, no siendo a California, donde parecen desear retenerme y pagarme más que aquí.

Agnes y Javier, a quien dí tus saludos, corresponden a ellos cariñosamente; la primera se lamenta de que la tienes olvidada porque hace meses que no la [sic] escribes.

Un abrazo muy fuerte de

Ricardo Gullón

RG/rr


FECHA
11/02/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con membrete:] STANFORD UNIVERSITY / STANFORD, CALIFORNIA / DEPARTMENT OF MODERN EUROPEAN LANGUAGES

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (11/02/1965)

11 febrero 1965

Querido Paco:

Empiezo por dárte la enhorabuena por la futura traducción al alemán de La cabeza del cordero. Eres un tío muy grande y dentro de poco te harán una estatua (yacente) en Granada. Para eso no hace falta sino que te decidas a ingresar en la categoría de cadáver ilustre, que ya sabes que en nuestra tierra es las más estimada y respetada.

Espero con impaciencia la novela corta que has publicado en la colección celesca, pues el hecho de que la censura, astuta como honesta, haya querido pulir tu prosa me hace pensar que pusiste en el cuentecillo más picante del que reconocías. Yo me atasqué nada más empezar por escrúpulos de conciencia y ahora se me ha ido la aventura al cielo y no estoy en humor narrativo.

Si te digo la verdad, se me está desarrollando una insospechada alergia a la pluma. Salvo los artículos escritos con ocasión del centenario unamuniano y alguna reseña que Canito me pidió, hace ahora un año en que no escribo nada. Estoy lleno de notas, de apuntes y a veces hasta tengo alguna idea, pero a la hora de la verdad me siento como paralizado. También puede influir la circunstancia de que si algo interesante se me ocurre lo desarrollo de palabra en las clases y con eso me parece haber cumplido.

He leído muchísimo sobre el modernismo y sigo leyendo sobre la novela contemporánea. Me hinché a tomar notas machadescas durante todo el mes y ahora estoy valleinclaneando a más y mejor. Pero no me hago grandes ilusiones.

Como Javier se ha convertido en colaborador asiduo de no sé qué periodico de Madrid, Informaciones, me parece, tal vez es allí donde deba publicar las cosas que sobre tu obra he escrito. Como él es todo lo abundante que yo quisiera ser, tal vez convenga decirle por donde debe cortar.

Volvieron a ofrecerme el puesto permanente en Stanford y reiteré la negativa. El Departamento es demasiado pequeño y ligado, o por mejor decir, dependiente del alemán. Los estudiantes son francamente buenos puesto que aquí sólo aceptan a los mejores, pero la facultad es mínima y hay pocas ocasiones de cambiar impresiones con los colegas. Para conversación, lo que se dice conversación, voy a Berkeley, donde Montesinos te recuerda con simpatía y genuina estimación, literaria y de la otra.

Por supuesto, San Francisco es una de las pocas ciudades interesantes que van quedando. Las gentes son diversas, algunas tienen personalidad muy acusada y se come espléndidamente. He comido pescado tan sabroso y rico como hacía años no lo cataba en este bendito país. ¡Y que librerías! San Francisco será factor decisivo en que mi sindineritis crónica se haga, además, aguda.

Recuerdos a Nina y para ti un fuerte abrazo de


FECHA
03/04/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con párrafo manuscrito en el reverso y con membrete:] STANFORD UNIVERSITY / STANFORD, CALIFORNIA  94305 / DEPARTMENT OF MODERN EUROPEAN LANGUAGES

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (03/04/1965)

3 de abril de 1965

Querido Paco:

Esta vez he tardado en escribirte, porque pasé el mes de marzo un tanto fastidiado, con una porción de cosas intestinales, que acabaron llevándome al hospital y a padecer una pequeña intervención quirúrgica. Ya estoy otra vez yéndo a la Universidad y haciendo vida normal, o casi. Se me ha acumulado un montón de cartas, pero es la tuya la primera que cojo para contestar, pues además de ella he ido recibiendo en los últimos días los nuevos frutos madurados en el frondoso árbol de tu cacumen.

Va sin decir, como decía don Manuel Machado en sus juventudes, que El rapto y las historietas que publicaste en Papeles han sido el mejor lenitivo para mis dolores, pues me reí leyéndolas más de lo que puedes figurarte. Tengo idea de que había leído ya las páginas que sirven de prólogo a El rapto, pero en todo caso quizá el mayor acierto de la novelita consiste en cómo armonizan y explican indirectamente el cuerpo del relato. Pocas veces has mostrado con más precisión tus dotes de observador de la realidad, escogiendo con instinto muy seguro los detalles significativos.

La noticia de la muerte del pobre Salazar Chapela me impresionó muchísimo. Aunque hace años, sin motivo alguno, por pura pereza, habíamos dejado de escribirnos, tuve con él larga relación epistolar, culminada en las semanas que pasé en Londres en 1956. Era un tipo estupendo, de los más simpáticos y graciosos que he conocido; generoso, además, como pobre. Esos jóvenes cabreados que escriben en España novelones aburridísimos, jamás han llegado ni a la cuarta parte de lo que logró nuestro amigo en Perico en Londres y Desnudo en Piccadilly. No he podido escribir el artículo que se merece, pues mi estado de ánimo en estas semanas no ha sido el más propicio.

Todo lo que he conseguido es poner en limpio unos fragmentos de algo que escribí hace dos años para uno de los capítulos que al fin no cupieron en el libraco unamuniano y dictar parte de uno de los capítulos del libro sobre técnicas de la novela de que te hablé hace años. A veces pienso si esta alergia que se me está desarrollando no es parcialmente debida a que lo mejor de mí mismo lo pongo en las clases y en el trabajo con los estudiantes. Empiezo a sospechar que puede haber algo de eso. Después de haber explicado un libro, con minuciosidad y paciencia, varias veces, cuando me pongo a escribir sobre él todo tiene el aspecto del dejà vu. Voy a tratar de romper ese embrujo y de romperlo con Tirano Banderas.

No he vuelto a ver a Montesinos, pero un amigo común que estuvo con él la semana me dice que sigue quejándose, y el hecho de que Nora no pueda separarse de él me hace temer que esta vez las aprehensiones del viejo amigo tengan más fundamento del que quisieramos.

He leido aproximadamente la mitad del libro de Ellis y me parece un trabajo excelente. En cuanto lo termine, le pondré unas líneas.

La danza académica no para. A mí me ofrecieron un puesto perma- [sigue en el reverso, a mano] nente en Santa Barbara, y aquí me han insistido hasta extremos que me abruman, pero no aceptaré. Creo que N.Y. es casi lo único que me interesa, y eso para estar al lado de los amigos como tú, como Manolo y como Ernesto. Lo de Paco García Lorca no me ha sorprendido tanto como a tí, pues alguien me indicó hace tiempo que podría ocurrir algo por el estilo. Supongo que se habrá llevado un disgusto y me da pena.

Recuerdos a Nina y un abrazo muy fuerte de 


FECHA
14/10/1965
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (14/10/1965)

14 octubre 1965

Professor Francisco Ayala

54 West 16th

New York, New York

Mi querido Paco:

Al [sic] última hora, de regreso de Holanda y España, no pude quedarme en Nueva York. Estaba demasiado cansado y no tanto físícamente como de otra manera, más difícil de combatir. Llegué en un estado de ánimo poco propicio a la comunicación ni aún oral, pues no me gusta fastidiar a los demás con las chinchorrerías de lo que a uno le ocurre y es el caso que me cayó encima tanto trabajo académico que si en verdad me ha impedido hacer nada para mí, contribuyó a arrancarme por la fuerza de la inacción y desgana que podería [sic].

Todo esto te lo digo únicamente para que entiendas por qué no he escrito hasta hoy, pese a haberte recordado mucho.

Mary Lewis Dewey vino haciéndose lenguas de ti y te recordamos mucho en un par de reuniones a las que asistió la simpática muchacha. Muy de verás deseo hablar contigo y no tengo idea de cuando eso podrá ocurrir. Me siento inquieto, no tengo tiempo para trabajar en las cosas que me interesan, y llega el final del día, y luego de la semana, sin haber hecho nada. Y eso una vez y otra, y sin que se vea la posibilidad de cambio. Pensando en lo tranquilo que pasé en Stanford los meses que estuve allí, me pregunto si no cometí un error volviendo a un departamento con tantos estudiantes, y donde son tantas las cosas que en realidad uno debe hacer.

Escríbeme sin tener en cuenta la brevedad de esta carta, pues te prometo ser más pesado en una próximo [sic]. Díme como está Manolo a quién tengo ganas de dar un abrazo.

Dale recuerdos y para ti un abrazo de,

Ricardo Gullón

RG/mbg