Las cartas de Francisco Ayala sobre

Claudio Sánchez-Albornoz

Claudio Sánchez-Albornoz. Madrid, 1893-Ávila, 1984.

El historiador y político Claudio Sánchez-Albornoz fue ministro de Estado en la Segunda República. Exiliado en Argentina y posteriormente en Uruguay, en los años sesenta ostentó el cargo de presidente de la República en el exilio. Retornó definitivamente a España en 1983, un año antes de morir.


Durante su exilio en Buenos Aires mantuvo en las páginas de la revista Realidad un debate con Francisco Ayala sobre el “problema español”.

cartas 1 al 2 de 2
FECHA
02/11/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (02/11/1960)

2 de nov. de 1960

Querido Bayón:

Casi al mismo tiempo que a mí su carta última, le llegaron a Nina los libros. Me escribió, entusiasmada, a mi dulce destierro de Bryn Mawr, y tan pronto como regresé a la gran urbe fuí a verlos. Su entusiasmo está archijustificado. Son estupendos. Claro está que hasta ahora ni ella ni yo hemos podido sino acariciarles el lomo, y repasarlos; todo se andará, o se leerá, debidamente. De nuevo le agradezco mucho su bondad.

Me pregunta si saldrá pronto el libro de mis ensayos: espero que sí, pues me anuncian que pronto tendré pruebas; y yo a las pruebas me rindo. Calculo que en los primeros meses del año entrante estará listo. Pero no creo que le sirva de mucho, pues se trata de literatura; como no sea indirectamente, por cuanto procuro en algunos trabajos iluminar el proceso de la creación artística, y con ello hacer justicia al factor inventivo del genio individual, sin desconocer lo que las estructuras constituidas puedan pesar y de hecho pesan sobre él, ofreciendo cómodos cauces a la imitación tradicional, pero también formidables desafios a la originalidad del artista, para que se manifieste.

Lo que me dice usted se refiere a arquitectura, y lo encuentro muy estimulante. Creo que tiene usted mucha razón: en España sólo se encuentra una cosa plenamente lograda; es decir, perfecta: El Escorial; añadiría yo esa otra obra maestra, que es la Alhambra; y aún, salvando distancias, algo de lo que hizo Gaudí. Pero ¿qué tienen que ver entre sí esas cosas, y cómo se atan por el rabo esas moscas a España, de la que usted dice que es refractaria a la idea clásica de lo construido, etc? Yo no me cansaría de exhortar a usted en el sentido de que se olvide de que España es un país, o una nación, refractaria, o propicia a nada; es decir, que considere lo hecho como hecho, sin sacar consecuencias de carácter general, ni reducirlo a una unidad o un sistema; en primer lugar, porque las categorías mentales de lo nacional surgen en el siglo XIX y al aplicarlas retrospectivamente se está forzando la realidad histórica, muchas veces con habilidad e ingenio, y otras en forma tan burda como cuando, sin temor al ridículo, dice nuestro amigo Sánchez Albornoz que Séneca hablaría su latín con acento andaluz (hay que ser ganso, caramba); pero forzándolas de todos modos; y en segundo lugar, porque en materia de creación cultural puede explicarse mediante conexiones diversas lo hecho, en el sentido de aclarar cómo es que pudo hacerse... a condición de existir quien tuviera el talento, la voluntad y las ganas de hacerlo; pero en cambio es vano tratar de explicar “por qué” no se produjo lo que no se produjo. ¿Por qué no produjo Inglaterra una gran música, o una gran pintura? Pues, porque no. ¿Por qué produjo un gran teatro? pues porque se daban tales y cuales condiciones y hubo un cachafaz llamado Shakespeare. Inglaterra es lo que es como nación por efecto de cuanto produjo en todos los órdenes; cualquier sustracción o adición en ese abigarrado conjunto hubiera modificado su fisonomía; cada siglo, y hasta cada semana, la modifica. Imagínese que Cervantes hubiera muerto en el cautiverio, y que el Greco se queda en Italia, ambas, muy posibles contingencias. ¿Sería hoy España lo que es? Lo hecho pesa, y mucho, sobre lo que se hace; pero no lo predetermina, porque el campo de la historia es la libertad.

Y termino con ese brillante lugar común, porque con esto se acabó el carbón; digo, el papel. (Aún me queda para decirle que el amigo Cortázar no ha dado señales de vida, ni tampoco, hasta ahora, Murena; qué raro; parece que se los hubiera tragado la tierra.)

Saludos muy afectuosos, y un abrazo de

Ayala.-


FECHA
14/10/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
París
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada. Nota aclaratoria y firma autógrafas]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (14/10/1961)

14 octubre 1961

Querido Damián:

Recibí su carta, tan generosa como suelen serlo todas las suyas, y luego el sobre con recorte de Le Monde, que me han interesado mucho, naturalmente. Al mismo tiempo, me ha llegado el número de La Nación que trae su excelente artículo sobre el Escorial, con el merecido, aun cuando benévolo y aun suavísimo palo al burro de Sánchez Albornoz. No hay que decir que lo he leído con deleite.

Le contestaré a sus preguntas sobre mis opiniones literarias: el libro de Cortázar todavía no lo he leído (y a lo mejor esto constituye ya un juicio, aunque implícito y hasta inconsciente, dado el aprecio y la verdadera estimación que siento por Julio. Hay ahí una sospecha, que tiene relación con la importancia que le suelo reconocer al tamaño en la obra de arte, de que no ha ido con tacto, y ha rebasado las medidas, -pero esto requeriría más largas explicaciones de las que caben en una carta-. Respecto del libro de Elvira, lo que le dije a ella, y quizás ella le habrá repetido, es exactamente lo que pienso: sin ser una obra de arte lograda, es una novela ‘seria’ e ‘imprescindible’, que contrasta con las pamplinas increibles en que abunda la literatura narrativa con tanto afán cultivada en Argentina. Es ante todo una cuestión de actitud, y hasta si se quiere una cuestión moral, que le hace volver la espalda a la monería literaria, con lo cual puede llegar a hacer buena literatura, pues no carece de dotes.

De esto, y de otras muchas cosas, quizás vamos a poder hablar pronto, pues quizás me decida a dar ese salto a Alemania, donde estaría desde el 5 hasta el 19 de noviembre, y ese dia me iría a París para pasar ahí una semana. Aunque no es seguro, pero sí probable. Si por fin lo hago, le escribiré a tiempo para que me encuentre a la llegada y combinemos todo del modo más conveniente. Después de pensarlo, ¿por qué no? Eso me permitiría cambiar de aires por un tiempito, y quizás sea bueno para la salud. Caso de hacerlo, quizás me convendría dar en París una conferencia o dos sobre ‘Unamuno, novelista’ que tengo escritas y todavía inéditas, si es que los amigos del Congreso por la Libertad, etc., me las patrocinan o consiguen que alguien me las patrocine (es decir, me las pague, hablando en plata; pues ello me ayudaría a costear la estada en París, a la que, por supuesto, no me convidan los alemanes.) Si usted, que tiene ahora, por lo que veo, vara alta con ellos*, hace un sondeo en forma ‘tentativa’, se lo estimaré mucho. Lo que veo es su noticia de que va a encargarse en Cuadernos del Balcón donde el pobre Serrano Plaja se ha puesto tan en evidencia (qué cretino, y aun tarado, es ese pobre Serrano Plaja: dicho sea inter nós, pues no tengo contra él hostilidad ninguna, ni me gustaría que esta opinión mía cundiera). En fin, me alegra el saberlo, por usted en primer término, y enseguida por la revista, que tendrá una cosa menos de qué avergonzarse, y más de qué enorgullecerse.

Y termino estas líneas, porque cuando hay perspectivas, aunque no sean seguras, de un próximo encuentro y dilatadas conversaciones, se quitan las ganas de teclear en la máquina.

Saludos muy cariñosos de todos nosotros, y un abrazo

[Escrito a mano:]

de Ayala.-

*no los alemanes, sino los del Congreso mentado