Las cartas de Francisco Ayala sobre

Eduardo Mallea

Eduardo Mallea. Bahía Blanca, Argentina, 1903-Buenos Aires, 1982. 

Además de escritor, traductor y periodista, fue director del suplemento literario del diario La Nación de Buenos Aires, donde acogió las colaboraciones de Ayala desde su llegada al exilio. Aunque pertenecía al grupo que promovió la revista Sur, fue suya la propuesta de publicar Realidad. Revista de Ideas (1947-1949).

cartas 6 al 7 de 7
FECHA
18/01/1957
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Jaime Benítez
DESTINO
S.l.
ORIGEN
París
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Francisco Ayala a Jaime Benítez (18/01/1957)

París, 18 de enero de 1957.

Queridos amigos Lulú y Jaime:

Pueden imaginarse lo “desapontados” que quedamos al comprobar, después de tanto haberlo esperado, que Jaime había renunciado a venir. Y, en verdad, no fuimos nosotros sólos quienes nos impacientábamos esperándolo, pues además de Caillois, que estaba avisado, y los jóvenes Enjutos, que lo sabían por nosotros, también José Bergamín, por un lado, y Eduardo Mallea (ahora embajador ante la Unesco) por el otro, tenían ganas de conocerlo personalmente… Bueno, no vale la pena de darle más vueltas a eso, que es agua pasada. Hablemos mejor de lo presente y lo venidero, que interesa más.

Nuestro propósito al quedarnos una pequeña temporada en París era (como les decía en mi carta anterior), 1º descansar un poco los molidos huesos, después de tan continuo viaje; y 2º escribir yo alguna cosa, para que no se me olvide el ejercicio de las letras a fuerza de practicar exclusivamente el oficio de chofer. Respecto de lo primero, realmente hemos descansado –y yo, personalmente, más de lo que quisiera, pues ahora me he tenido que pasar una semana en la cama con la grippe correspondiente–; y en cuanto a lo segundo, he escrito, sí, pero menos de lo que me proponía, en parte por la circunstancia de la susodicha grippe, y en parte por culpa del buen tiempo, que está siendo delicioso, fresco o incluso muy frío, pero claro y seco, de modo que quién se mete en casa a borronear cuartillas estando ahí al lado los Campos Elíseos y todo lo demás?

En definitiva, creo que se acerca ya el momento de asomar siquiera las narices, ya que no zambullirse, en el mundo no-occidental, para ver con qué se come eso, y no saberlo sólo por los periódicos. Estamos trazando un plan ambicioso, que consiste en visitar por lo pronto los países musulmanes “potables”, empezando por Turquía, y luego seguir hacia la India, detenernos allí algún tiempo, ver alguna gente, algunas universidades (para lo cual ya estoy haciendo las conexiones), y luego seguir hacia las Islas Filipinas que desde hace mucho tiempo y por razones obvias me interesan bastante; en fin, saltar hasta el Japón y quedarnos allí durante la última etapa de la licencia, para regresar dando la vuelta al mundo. De esa manera, le habré echado una mirada al mundo que ahora comienza a levantar cabeza, después de haber recibido aquí impresiones contradictorias de las que hablaremos despacio cuando vuelva y podamos sentarnos a charlar bajo el palo. Qué les parece el plan? Verdad que es bonito? Sólo presenta un inconveniente, contra el cual estoy luchando en estos momentos, y es mi escasez de $$$, pues, a pesar de nuestras proverbiales habilidades administrativas, aquí es todo tan caro que, en definitiva, no nos alcanza lo que tenemos para cubrir los gastos, aumentados todavía por la instalación de nuestra Nina, que ahora empezará a trabajar, pero que hasta ahora, y a pesar de la beca… De modo que, en estos momentos, mi principal actividad intelectual consiste en combinar y urdir, apelando a las posibles fuentes de aprovisionamiento. La cuestión es que debemos comprar todo el trayecto de avión de un golpe, pues si no resulta mucho más caro, y para lograr esta indispensable economía hay que tener el dinero en mano ahora. De eso me ocupo; si puedo conseguirlo pronto, volaremos a Turquía de aquí a 15 o 20 dias. Por supuesto, les avisaré siempre de nuestra dirección en cada momento y lugar.

Hemos leido con mucho interés los papeles descriptivos de su misión relacionada con el premio Nobel a Juan Ramón. Muy bueno ha sido que los franquistas no hayan podido capitalizar el precio de nuestro “jenial” poeta; por cierto ya acusaron el golpe en sus periódicos (Mundo Hispánico, por ejemplo).

Bueno, ocurre que cuando uno tiene muchas cosas que quisiera comunicar, el espacio de una carta se hace breve, y se termina por no decir nada. Ya tendremos ocasión de charlar infinitamente a nuestro regreso.

Vieron que salió en Sur mi artículo sobre el Nacionalismo sano y el otro? A Victoria no la he visto; nos hemos desencontrado como quien juega al ratón y al gato, y ahora ella estará de regreso en Buenos Aires.

Termino. Muchos y muy cariñosos saludos a todos en la casa, y algunos fuera de ella (administren estos últimos a su discreción). Para ustedes un fuerte abrazo de su amigo

Ayala.-

En mi anterior les decía que me dirijan cualquier correspondencia al American Express, rue Scribe, 9, pues ya no estamos en la Ciudad Universitaria. Seguramente han traspapelado esa carta, pues el telegrama y luego la carta de Jaime, venían a la antigua dirección. Ahora vivimos en el Hotel Sévigné, 6 rue Belloy, París 16e; pero es preferible el American Express, por si de pronto cambia uno de alojamiento.


FECHA
23/11/1964
REMITENTE
Damián Bayón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
París
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Damián Bayón a Francisco Ayala (23/11/1964)

París, 23 de noviembre de 1964

Querido Ayala:

Entre dos págnias [sic] de una eterna escritura que nadie ve y nadie lee me acuerdo de Uds. con cariño y saudade. ¿Qué es de sus buenas vidas? Inmediatamente los veo in mente: Ud. escribiendo algún misterioso libro y Nina atareada con las “relaciones exteriores” de la casa. ¿Qué saben de los chicos? Sé que Nina se queja de no tener noticias mías pero a la muy tranquila no se le ocurre siquiera ponerme unas letras.

¿Estuvo en México? ¿Vió a Murena? Cuente hombre cuente. De Murena recibí una carta que vino caminando pues era del mes pasado. Me cuenta algunas cosas buenas pero siempre saben a poco, por ejemplo que Victoria Ocampo le escribió a Malraux reclamando porque no la consultaron cuando fue De Gaulle...

El otro día estuve en una conferencia de Maravall en mi Escuela. Habló de la idea de progreso en la España de los siglos XVI y XVII. Muy bien, después le retrucaron Braudel y Bataillon. Se acordaba de mí pero como él había venido para la Conferencia de la Unesco no me atrevia a molestarlo con invitaciones a mi casa. Le hicieron prometer que va a volver durante este curso para hablar de las comunidades.

París no da abasto de exposiciones. Hay una de arte negro, otra de collages, otra de naifs y me falta salas nuevas del Museo Guimet con cosas del Nepal y del Tibet, en fin la locura. Me apresto a ver Puntilla y su valet, de Brecht por el excelente T.N.P. Ya vi un Ricardo III bastante bueno, Les ailes de la colombe (un Henry James), una Vida es sueño interesante y no sé qué más. Todavía no me decido por El desierto rojo de Antonioni que ha sido criticada duramente por nuestros dictadores Cortázar. Que, por suerte, me invitan de tiempo en tiempo con gente interesante. Yo, para no ser menos, tengo mañana en mi casa a Miguel Angel Asturias que vuelve del Congreso de los Negritos en Berlín.

A Borges lo vi de lejos, lo escuché divirtiéndose la mar con la poesía gauchesca. Pero había un mar de gente. Aurora habló con la “novia” que según ella no pasa de “secretaria” -y por una vez debe ser cierto- y dijo cosas sensatas: que le gusta estar con gente joven y que la madre ya está tan delicada que el pobre se hace mala sangre cuando viaja con ella. Aquí ha sido la apoteosis, por fin están entendiendo algo al personaje (no bien todavía). En cambio al loco de Mallea a quien me aprestaba a ver pasó como exhalación. Arciniegas me dijo que estaba... y ya se había ido. Escriba y “largue”. Abrazos numerosos de