Las cartas de Francisco Ayala sobre

Américo Castro

Américo Castro. Cantagalo, Brasil, 1885-Lloret de Mar, Gerona, 1972.

Colaborador de Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos y de Giner de los Ríos en la Institución Libre de Enseñanza, en 1931 fue nombrado embajador de la República Española en Berlín.


Exiliado con motivo de la Guerra Civil, enseñó, entre otras universidades norteamericanas, en la de Princeton, donde creó escuela. Ayala, que coincidió con él en diferentes destinos, lo calificó como “una figura de fascinante interés en nuestra historia intelectual”, pese a discrepar de sus ideas sobre la realidad histórica de España.

cartas 16 al 16 de 16
FECHA
23/08/1972
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Vicente Llorens
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. Archivo Vicente Llorens

Carta de Francisco Ayala a Vicente Llorens (23/08/1972)

Nueva York, 23 de agosto de 1972

Querido Vicente:

Tu carta me llega reexpedida desde Madrid después que hemos pasado Nina y yo cerca de un mes en Méjico, donde nos encontramos con la triste sorpresa de la muerte de Max. Le había pedido yo que me hiciera reserva de habitación en un hotel, y su respuesta aun no me había llegado a la hora de emprender el viaje (la he encontrado también aquí a mi regreso); de modo que fuimos a verlo en su casa y nos encontramos con el cuadro del duelo familiar. Le habían enterrado el dia antes de nuestra llegada. Pocos dias después leíamos en el periódico la muerte de don Américo que (me dijo Peua, o Perpetua, la viuda de Max) había puesto un telegrama de pésame a la familia quizá el dia antes de morir él mismo. No he visto las reacciones de la prensa española a que te refieres, y lo del medioevalista bonaerense no deja de inspirarme curiosidad (lo tienes tú?). Sólo recibí un número de la revista Triunfo que se ocupa conjuntamente de los dos ilustres difuntos en un artículo que, si no libre de algún pequeño error, es inteligente y generoso. Lo tengo, y si –como espero– nos vemos antes de mi ida a Chicago, que será a finales de septiembre, te lo haré ver. Leyendo La gallina ciega de Max, libro sobre el que podría hablarse tanto, y cuyo interés es enorme, da escalofrió darse cuenta de la gente ahí mencionada que ha muerto en el ínterin, empezando (o terminando) con el autor.

Al mismo tiempo que esta carta, te envio un ejemplar de mi libro Confrontaciones, que sólo en parte es mio, como podrás ver, si es que el correo no decide perderlo, como ya hizo con el Gibson que me prestaste, según acredita la hoja adjunta, que te envio para que le pongas un marco en honor del U.S.Mail. Confrontaciones son interviews controladas por mí y diversas autocríticas. Ya me dirás lo que te parezca.

Recuerdos afectuosos a Amalia y demás familia, y un fuerte abrazo de

Ayala.-