Las cartas de Francisco Ayala sobre

Américo Castro

Américo Castro. Cantagalo, Brasil, 1885-Lloret de Mar, Gerona, 1972.

Colaborador de Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos y de Giner de los Ríos en la Institución Libre de Enseñanza, en 1931 fue nombrado embajador de la República Española en Berlín.


Exiliado con motivo de la Guerra Civil, enseñó, entre otras universidades norteamericanas, en la de Princeton, donde creó escuela. Ayala, que coincidió con él en diferentes destinos, lo calificó como “una figura de fascinante interés en nuestra historia intelectual”, pese a discrepar de sus ideas sobre la realidad histórica de España.

cartas 11 al 15 de 16
FECHA
20/02/1963
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (20/02/1963)

20 de febrero de 1963

Querido Paco:

Muchas gracias por tu carta que esperaba con impaciencia. Llegué a Los Angeles hace casi tres semanas y estoy metido en la rutina de trabajo corriente, que en este caso me ocupa más tiempo que nunca porque he decidido volver a leer todos los libros de mis cursos, cosa rara en un profesor, lo que parece demostrar que no acabo de serlo. Pero no es esto lo que me tiene fastidiado, sino un derrame sinovial que padecí hoy hace cuatro semanas, y que me tiene hecho la puñeta desde entonces. (Al dictarle lo de “hecho la puñeta”, le encantadora Inesita ha soltado un “Boy!” del tamaño del edificio, pero la verdad es que así estoy, y aún con cuatro pares).

El médico me ha dicho que se pasaría pronto, pero no hay tal. Estoy como el primer día, a pesar de que me extrajeron el líquido en seguida, y no sé qué hacer. Me muevo poco, pero me muevo, pues creo que la inmovilidad sería contraproducente, y en las circunstancias actuales sería difícil pasar una semana tendido en una butaca.

Lo de vernos en Madrid me parece de perlas. Es ciudad que se domina fácilmente con los medios ordinarios de locumoción [sic] y doy por supuesto que allí estarán algunos buenos amigos, aparte de Manolo y los Enjuto. Estaré un mes en España y más adelante pasaré un tiempo, relativamente largo, en Puerto Rico, para acabar de una vez con la edición de un curioso libro semi-inédito de Juan Ramón.

Vísperas de mi salida de Austin recibí Razón del mundo, del que no leí sino el prólogo, que es de veras polémico. A don Américo le habrás dado un disgusto notable, y tal vez se te enfade, aunque estuviste muy hábil en el modo de plantear las cuestiones. Ahora que el viejo maestro no se paga de habilidades cuando le tocan a lo que tanto le importa. Siento no tener aquí el texto para comentártelo con detalle.

No sabes cuánto envidio tu facilidad de trabajo. Verguenza me da cuando pienso que necesité trece meses para escribir el capítulo de El otro, y no lo he acabado. Ahora, Inés está luchando por recortar el monstruo y dejarlo en extensión razonable, pues le he tomado tal asco al capitulito, que no quiero ni verlo. La verdad monda y lironda es que me he dejado atrapar como un necio por el engranaje académico, y no sé cómo corregirlo. El próximo semestre tendré ocho tesis a mi cargo, y será ya el final. Por no hablarte de mi pereza, que se ampara en cualquier cosa.

Ines dice que te va a escribir inmediatamente y te manda recuerdos. Dáselos a Nina de mi parte y recibe un fuerte abrazo de

Ricardo Gullón

RG/am


FECHA
14/04/1963
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (14/04/1963)

14 de abril de 1963

Querido Paco:

En vista de lo que me anunciabas en tu carta sobre una posible invitación para enseñar en New York University, retrasé un poco la contestación, mas parece que los señores de esa administración no se animan. Por cierto, que de donde ha llegado es de Indiana University y ahora mismo voy a contestarles que no.

En Austin tengo un jefe magnífico, buen amigo y muy preocupado por el departamento; tengo además una research assistant personal, que me alivia enormemente todo el trabajo; está, finalmente, el buen Ramón Martínez López que es un hombre buenísimo y muy inteligente, con quien se puede contar en todas las ocasiones. Me faltáis, en cambio, vosotros, y hay días que daría cualquier cosa por poder comunicarme con una persona como tú, que tan bien me conoce y por quien siento afecto profundísimo.

De todas maneras os agradezco a Rodrigo, a Ernesto y a ti vuestra propuesta y buenos deseos. Como verías por la postal que te escribimos en San Francisco, pasé allí muy buenos días y fuimos a Palo Alto donde hablé a los graduados en Stanford University. Es posible que en algún momento pueda ir allá a pasar un semestre, y de fijo resultaría muy agradable. Con Montesinos tuve larga conversación, libaciones y alimentos terrestres. Está magnífico de todo, incluso de memoria, aunque no sé por qué se queja de que le falta.

Inés envió a La Torre su estupendo ensayo, siguiendo tu consejo, o, para ser más exacto, yo mismo se lo remití a Jorge para que lo publique. Me dice esta niña que no te manda ahora una copia porque no la tiene y, en buena parte por culpa mía, anda escasa de tiempo para preparártela. Inesita es tu mejor propagandista y ha sabido leer en el fondo de tu persona mejor que muchos pseudo varones que pasan de los cuarenta.

Acabo de comprar el libro de Nora y estoy leyéndolo. Ha hecho un esfuerzo grande y es probable que en futuras ediciones corriga [sic] algunos fallos que ahora se observan. En lo que a ti se refiere es lástima que no haya leído las novelas. Me ha sorprendido que recuerde las tentativas que osé en mis verdes años, y la generosidad con que las comenta.

Díme si don Américo se dió al fin por enterado de tu prólogo. Que lo ha leído, casi me atrevería a asegurarlo. Tal vez piense que lo mejor será dar la callada por respuesta. Sigue en Austin, donde el próximo semestre tendremos a Arocena para explicar Historia de la cultura hispanomericana.

Recuerdos a Nina y para los dos de Inés muy afectuosos, y un gran abrazo


FECHA
21/04/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (21/04/1963)

21 de abril de 1963

Querido Ricardo:

Recibí tu postal y carta subsiguiente; pero no la fotografía del Buda colosal que, como lo decía el poeta romano Marcial (ojo, no español; romano), presenta el dedo de enmedio. A pesar de faltarme ese inapreciable testimonio gráfico, no quiero dejar de darte el peritaje técnico que de mí solicitas acerca del posible significado esotérico del mencionado gesto, que tanto recogijo te ha producido y tanto ha de haber escandalizado, supongo, a tus bellas acompañantes. Si es así, no hay motivo ni para lo uno ni para lo otro. Se trata de obscenidad sagrada, y basta.

Ante todo, quisiera oponerme a la interpretación obvia de que ese Buda es una estatua al Dr. Miró Cardona, en cuya encarnación deberíamos ver el último avatar del dios. Si se hubiera tratado de representar la justa cólera del doctor hubiera hecho falta, no un Buda apacible que hace la peseta para bendecir al mundo, sino una imagen de la diosa Shiva, haciendo cortes de mangas con sus brazos innumerables, frenéticamente. La verdad es que ese Buda representa a Kruchef, y el dedo que exhibe en estado de erección no es sino la punta de lanza cubana con que señala a nuestro blando y ya húmedo seno. Pero no olvides que esta es una interpretación esotérica, y por lo tanto debes abstenerte de divulgarla.

En efecto –hablando ahora de cosas más serias que la historia universal– la gente NYU no se han animado a sustituir a Casalduero, quizás por considerarlo insustituible, quizás porque esas cosas deben meditarse durante varios años. Ya se verá lo que acontece en el próximo quinquenio.

De todos modos, pronto nos veremos en Madrid. Nosotros tenemos pensado el viaje para el 31 de mayo, pero no sabemos dónde hemos de alojarnos. Dime cuales son tus planes concretos, y quedemos en comunicar a través de Ínsula, o la Revista de Occidente, u otro contacto, de modo que nos encontremos antes de que la mera casualidad nos junte.

A Inesita dile que me alegro de que ya su trabajo esté en lo alto de La Torre, de donde caerá a su debido tiempo hasta el llano de la pública avidez lectora. Que no se preocupe de hacerme una copia, pues espero vivir lo bastante para leerlo en letras de molde.

Don Americo no ha dado señales de vida, pero tampoco ha de haberlo matado el disgusto, pues se hubieran sabido las de su muerte. De seguro habrá optado –pues yo también estoy seguro de que lo habrá leido– por guardar un prudente silencio acerca de mi cautelosa aun cuando severa rociada; y si es así, ello demostraría que, impulsivo y todo, sabe cuidarse y escarmentar en cabeza albornozada.

Me alegro de que Arocena vaya por ahí el año pr´xmo [sic]. Es buen muchacho.

A I.M.G. lo veo con la debida periodicidad. El miércoles próximo vienen a vernos. Está muy contento, y la gente muy contenta con él, loado sea Franco.

Recuerdos muy cariñosos y un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
22/04/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Guillermo de Torre
DESTINO
Buenos Aires
ORIGEN
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca Nacional de España. Mss/22819/6

Carta de Francisco Ayala a Guillermo de Torre (22/04/1963)

22 de abril de 1963

Querido Guillermo:

Hace ya bastantes dias, o más bien semanas, recibí una carta de López Llausás donde me hablaba de los libros que ya están en El Puente y me pedía uno a mí. Yo le contesté que en su dia te prometí a tí entregar un original, y hasta te dí el título, que mereció tu aprobación. Me gustaría que me dieras algunas indicaciones para que eso marche.

Es el caso que, a final de mayo, vamos a España, donde pasaremos una gran parte del verano. Y el original para ese libro estará compuesto por una serie de ensayos, todos ellos apuntando al tema América y España, que he ido reservando en mi carpeta para integrar ese volumen. (El último de ellos es el que he enviado a la Revista de Occidente cuando me han pedido colaboración, y trata del concepto del honor). Quisiera que me digas, concretamente, si –como supongo– hay que presentar los originales a la censura previamente en doble copia. Si es así, yo necesitaría que me los pasaran a máquina previamente. Y creo que en Madrid la casa editora misma podría encargarse de ello, si tú me dices a quien debo dirigirme cuando esté allí y previamente le han dado ustedes instrucciones al efecto. El volúmen será, como me dice don Antonio, de unas 200 páginas en 8º. Se trataría, pues, de decirme con quien debo hablar en Madrid, y que esa persona sepa que deben sacar copias del original que yo le entregue, y presentarlo a la censura. Te ruego que me contestes pronto, pues ya es poco el tiempo que falta para nuestro viaje, y los últimos dias serán para mí de mucho trabajo y lio.

Tuve ganas de haberte escrito cuando estabas en España, pero no lo he hecho por ignorar tu dirección. De todos modos, no era para nada especial, sino por el mero gusto.

Dime si has recibido la nueva edición de Razón del mundo que ha editado la Universidad Veracruzana con adiciones y un prólogo donde trato el famoso 'problema de España' dando algún palo, no sólo al consabido Albornoz, sino también a don Américo, que hasta ahora no ha resollado. Yo pedí que te enviaran un ejemplar, y espero que lo habrán hecho. En otro caso, dímelo, y te mandaré yo directamente uno, pues creo que va a interesarte lo que digo. (También hay una galleta para el joven Marichal).

Habrás visto el libro de Marra-López. Yo le escribí reprochándole algunas ligerezas, y sobre todo el parti pris contra la literatura de nuestra preguerra, que me parece absurdo y se lo digo, pero al mismo tiempo felicitándole por la valentía del libro, y por el éxito al parecer extraordinario que ha tenido. Me gustaría conocer tus impresiones directas del ambiente, pues supongo que todavía estabas allí cuando salió el libro a luz. A ver si te animas a escribirme una carta larga dándome tu visión fresca de las cosas españolas. Me será muy útil, pues yo hace ya cuatro años que estuve allí, y por poco tiempo; de modo que tu información me resultará inapreciable.

No sé cual será mi dirección en Madrid. Desde allí contestaré a la carta que espero me escribas pronto a Nueva York, y entonces podrá darte unas señas. Si algo quieres para allá, dímelo.

Nuestros más cariñosos saludos a Norah y a los chicos, y para tí un abrazo de tu viejo amigo

Francisco Ayala.-

Max Aub me escribe que va otra vez a Europa para ser jurado del Prix International des Editeurs; y Salazar Chapela está en Ginebra trabajando por un mes para la sucursal de las Naciones Unidas.


FECHA
25/06/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Madrid
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] Hotel Tirol / MARQUES DE URQUIJO, 4 / MADRID - 5

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (25/06/1963)

25 de junio de 1963

Querido José María:

En medio del tráfago de la capital de las Españas, encuentro breves minutos para dedicarlos al cultivo de nuestra amistad, que por lo demás no necesita, creo, de tales abonos epistolares para mantenerse lozana.

Tras breve estancia en París, donde pude convencerme de que no es imposible de todo punto que algún dia llegue a publicarse cierto libro de decisiva importancia y de que sus autores perciban modestos y ya para entonces depreciados emolumentos por su valioso esfuerzo, vinimos a España. Aquí, el cambio experimentado por el pais en todos los órdenes es impresionante, al menos para mí que hacía tres años no había estado aquí, y que, empezando por el estado de la carretera número 1, hallo todo mejorado considerabilísimamente. De los amigos comunes y vulgares he visto a varios. Julián Marías nos obsequió con nutridos volúmenes de su prosa, –y otro amigo, al que tú no conoces, me largó, quizás para contrarrestar, el titulado Sobre la esencia, cuyo autor es el yerno de don Américo. Con Carlitos Clavería y consorte hicimos buenas ausencias de los Ferrater. Tierno sigue siempre, aunque cortés y sutil, durísimo en sus posiciones monárquicas. La Revista de Occidente –oh, milagro– se ha convertido en revista de quiosco favorecida por el aura popular sin perder nada de su viejo empaque y dignidad arcaizante. Junto a ella, varias publicaciones donde se alternan las efigies de Brigitte Bardot y Pablo VI muestran la nueva pujanza de la industria revisteril. Y a propósito del nuevo pontífice: el dia siguiente de su elección corrió por Madriz [sic] cual reguero de pólvora un chiste según el cual a Montini lo han hecho papa, y a Franco papilla. Como puedes ver, la industria del chiste, también sigue prosperando. Aranguren, a quien he visto una vez y espero ver en estos dias de nuevo, sigue siempre inteligentemente cariñoso: también te recordó con deferencia. De su revista proyectada aun no se sabe cual será la suerte, aunque es de esperar que vea la luz pública, y quien sabe si no acusará demasiado los efectos de la droga deformante o mutilante que tanto ha dado que hablar en el pasado próximo. (No recuerdo su nombre: ¿taliomilina, o cómo?). En fin, puedes ver que, amén parientes y camareros de restaurant, hemos visto y aun frecuentado a muchos ilustres personajes durante las semanas que aquí estamos.

En la próxima iremos a Lisboa en busca de la amada prole; y estando allí, recorreremos Portugal hacia el norte, via Galicia, mediante cuyo rodeo volveremos a Madrid, calculo yo que hacia mediados de July. Siendo así, no me escribas ya a la dirección del membrete, que es tan fugitiva como su imagen, sino a la más permanente de Marqués de Cubas 6, tercero derecha, donde me tendrás a tu disposición con la relativa permanencia de las cosas humanas. Dispones, pues, de un plazo prudencial para escribir una larga epístola donde me relates los trabajos y los dias, diccionariles y calurosos respectivamente (aunque por mi parte no te he hablado del calorazo brutal que nos aflige o nos conforta en estas latitudes), y de cuanta cosa tengas a bien comunicarme. Entre tanto, recibid nuestros cariñosos recuerdos, y un gran abrazo de

Ayala.-