Las cartas de Francisco Ayala sobre

Victoria Ocampo

Victoria Ocampo. Buenos Aires, 1890-Béccar, 1979. 

Como señala Ayala en el prólogo a la Autobiografía de Victoria Ocampo, sus valores singulares como escritora se vieron oscurecidos por su actividad como mecenas, ejercida desde una alta posición social.


Alentada por Waldo Frank y Eduardo Mallea, fundó en 1931 la revista Sur, que se editó en Buenos Aires hasta 1971 y sirvió de núcleo a un importante grupo de intelectuales, al que se incorporó Ayala nada más llegar al exilio. Una vez más había sido la tertulia de Ortega y Gasset en la redacción de la Revista de Occidente el lugar de inicio de una relación que se mantuvo hasta el final de la vida de Ocampo, por cuya villa de San Isidro, entregada a la UNESCO en 1977, desfilaron grandes celebridades de su tiempo, atraídas por su cosmopolitismo y su lucha a favor de la libertad.

cartas 11 al 13 de 13
FECHA
20/11/1965
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
París
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (20/11/1965)

20 de noviembre de 1965

Querido Damián:

Llegó su carta con el artículo, y como tenía aún por contestar la anterior, me refiero a ambas. Empezaré por el susodicho, que me parece excelente, y que haré llegar a las manos de la Revista de Occidente -suponiendo que una revista tenga manos- por el procedimiento más seguro y con la más vehemente recomendación. Supongo que tendrán mucho gusto en publicarlo. Me parece un error de parte suya hacer alusión en él a una segunda parte venidera, pues si su intención es ver de que la publiquen en la misma revista, hubiera tenido que entregarlas juntas para que así puedan decidir sobre ello; y si no han de publicar una segunda parte (cosa de la que, en todo caso, no estarían seguros antes de conocer su texto), claro está que a nadie le gusta anunciar una continuación que quede, o pueda quedarse, colgada. Pero esto fácil es de subsanar, y no constituye problema alguno. Ya le diré, pues, lo que haya.

Supe -ya que usted me habla de los difuntos Cuadernos- que Arciniegas anda por ahí (digo, ahora, por aquí) al parecer muy ‘baffled’ por el hecho de que una publicación cuya calidad tanto había mejorado bajo su dirección haya sufrido tal muerte. Sit transit... [sic]

Su libro, aún no lo recibí. Espero que el filosofo positivista a quien usted ha encargado que me lo remita, cumpla el encargo.

Lamento que, como el Virrey Osuna, tenga usted que desplazarse al dorado destierro de Napoles y Sicilia en busca de los magnates del siglo XVII; pero temo que no podré serle a usted de mucha utilidad en relación con personajes tan empingorotados, que están fuera de mi alcance, pues mi familiaridad con los Dos Reinos es nula.

El joven Manuel Puig hasta el momento no me ha llamado; y de Sarduy no tengo noticias hace un montón de meses. Si lo ve, dígale que no deje de escribirme. He leido en una revista mejicana una cosa suya que me ha gustado muchísimo.

No tengo apenas nada nuevo que contarle, pues apenas es novedad que Victoria Ocampo nos ha honrado con su visita, y creo que todavía está aquí, pues no se ha despedido; ni será nuevo -no lo es, desde luego- que Murena llega a fines de la semana próxima y estará por aquí unos cuantos dias, de paso para Europa donde, por supuesto, se encontrará con usted.

Los residentes, padre e hijos, no producimos news, porque nuestra vida es azacaneada, y tenemos que sudar los pesos con que nos ganamos el pan, a diferencia de ciertos enchufados que yo conozco, a quienes, nada menos en la Ville Lumière, les pagan para que escriban sus propias cosas confortablemente. Pero ¡así es la vida, y no hay que quejarse, pues también la mucha fagina tiene sus encantos, aunque otro no fuera que el de ver llegar el weekend para descansar un poco, recuperar fuerzas, y darse el gusto de escribirle papelitos azules a los buenos y queridos amigos oligarcones!

Saludos muy afectuosos de todos nosotros, y un gran abrazo

Ayala.-


FECHA
23/11/1965
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Eduardo Mallea
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Eduardo Mallea

Carta de Francisco Ayala a Eduardo Mallea (23/11/1965)

23 de noviembre de 1965

Mi querido Eduardo:

Llegó tu postal con las cordiales lineas en que das testimonio de tu recuerdo amistoso.

Sabiendo yo por Victoria, quien ha estado aquí con Angélica hasta hace un par de dias, que te proponías pasar por España, encargué a Ortega que te diera mis saludos. No sé si lo haría así, pero esos amigos me escriben muy complacidos de haber estado contigo. ¡Cuánto me gustaría conocer tus impresiones de ese viaje! Supongo que habrás tenido quizás tiempo de leer esa especie de mise au point sobre España que editó hace unos meses Sur (y que, como alguna que otra de mis cosas últimas, no te he enviado con dedicatoria, en este caso porque me parecía tonto hacerle hacer al libro un viaje de ida y vuelta, ya que cuanto yo escribo está dedicado a tí como el lector ideal a que puede aspirar uno, mientras que en otro caso, como un ensayo aparecido en Revista de Occidente, porque te llegaría la separata mucho después de haber tenido ocasión de leerlo en la revista misma.) Pero, volviendo a lo que te decía, me gustaría muchísimo poder confrontar impresiones, y eso con la calma y holgura que la conversación permite y está vedada en cambio a la comunicación epistolar, precaria siempre, y más cuando se vive, como vivo yo ahora, en un torbellino de obligaciones de trabajo que no sé ni cómo han caido sobre mí, y que me tienen absorbido –o mejor dicho, distraido, pues son majaderías superficiales y me sacan de lo que más importa en un tiempo en que ya uno cuenta con poco para hacer aquello que más le importa. Pero…

En esta semana anuncia su llegada Murena, y lo aguardo con deseo de ver si es posible que su permanencia aquí le sea grata. Va a quedarse muy pocos dias, quizás sólo quince, y de ellos no más de una semana en Nueva York.

Yo estoy pasando ahora momentos un poco difíciles en lo que se refiere a mi estado de ánimo y a mi relación con la obra que, por vocación o destino, pienso me correspondía haber hecho. En lo externo, todo marcha regularmente, es decir, no mal; pero la reflexión sobre el sentido o sinsentido de la propia existencia planea siempre por encima de las ocupaciones concretas, con sus posibles y sus imposibles.

Bueno, si tienes ganas y humor, escríbeme.

Nuestros más cariñosos saludos para ustedes y a tí un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
10/03/1966
REMITENTE
Damián Bayón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
París
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Damián Bayón a Francisco Ayala (10/03/1966)

París, 10 de marzo de 1966

Querido Ayala:

Recibida su carta “anual” y agradecida debidamente, créame. Yo, lleno de trabajo. En parte el número de la revista La Torre que de pronto es una torre que no contesta, después que mi compatriota, hélas!, de Delacre hace toda clase de compadradas, amenazas y quiere ser irónico y el pobre no consigue más que mostrar la hilacha. Alarmado ante lo que Ud. me dijo (pero sin citarlo) reclamo que contesten, paguen las colaboraciones, etc. Veremos qué pasa en la Islita.

Aparte de eso he tenido una buena noticia, por lo menos el principio de una: Francastel me indicó el momento oportuno de presentarme de candidato a la Recherche Scientifique que como Ud. sabe es aquí una institución gigantesca y todopoderosa. Les propongo trabajar en arquitectura espñaola [sic] y colonial del siglo XVII como “suite” a mi tesis que debe ser publicada -¡al fin!- este año. Tengo muchas posibilidades de sacar el cargo y me pondré a trabajar con posibilidad de asecnder [sic] en el escalafón. Devoto que tiene el doctorado de Estado es “maître de recherches” y gana como 600 dólares lo que aquí es astronómico. Yo que por ahora estoy en 260, tengo por punto de mira la barba del ilustre musicólogo.

Leo libros que no me gustan y así me va. Me atreví -con muchos cuidados- a decirle a Murena que en general Los herederos de la promesa me gustaba y que los líos de los jóvenes argentinos estaban allí presentes o difusos pero que encontraba que empezaba mal y que aunque me ruborizaba no entendía la escenas de “orgía” que me parecían un tanto inútiles. Poco tardó en que viniera carta cariñosa pero ofendida y paternal diciéndome que si yo opinaba de novela él iba a escribir sobre el Plateresco. Lo que me parece una razón mal encontrada porque la novela -mal que le pese a Murena... o a Cortázar- son para ser leídas por la gente y yo creo pasar el nivel del “common reader”, caro a Victoria Ocampo. Ahora lucho con el Banquete de Severo Arcángelo de Marechal, después de haberme aguantado a medias el último engendro de Mujica Láinez y una novelita de un joven Bianciotti que vive aquí (ah, por asociación de ideas: gracias por lo de Puig, ¿escribe bien? le diré que me mande algo). La crítica aquí habla con elogio de Los Comediantes de Graham Greene y por los comentarios se me pone que es una especie de Muertes de Perro en inglés. ¿Lo leyó? Yo lo voy a buscar en inglés.

Nina me había escrito comunicándome la fausta nueva. Ahora comprendo porque vienen Uds. en primavera. ¿Dónde terminaremos por encontrarnos? Yo pienso ir a Bs.As. si mi nuevo cargo me lo permite en setiembre y pasaré por N.Y. en octubre avanzado, de modo que veré al nuevo niño o niña según los deseos expresados por la futura madre. Hoy almuerzo con Monegal a quien ya le zampé mi primera entrevista con una escultora, parece que lo quiere bien. Veremos. Grandes abrazos a la familia, de