Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (14/02/1964)
14 de febrero
de 1964
Querido
Ricardo:
Recibo
tu carta, y como estos dias he pensado en tí por diferentes motivos, ninguno
especial ni urgente desde luego, te contesto a vuelta de correo.
No,
aun no me ha llegado De Goya al arte
abstracto; ya venirá [sic], supongo.
La
noticia que tienes por Brunhilda de mi vuelta a Puerto Rico es, como de
costumbre, imprecisa. Tengo ganas de ir a darme un garbeo; tengo la indicación
de Benitez de que se proponía invitarme a uno de esos cachipunes o mesas
redonda que de vez en cuando organizan; pero… eso es todo hasta el momento. Si
voy, será por una semana, y ello antes de mayo, pues en mayo parece ser que la
NYU va a enviarme a España a dar lo exámenes de sus criaturos, con lo cual me
pagarán el viaje, y no voy a decir que no. Ya ves lo que son los rumores.
Quizás
tengo buena memoria para algunas cosas que me interesan, en compensación de
tenerla pésima para otras muchas que deberian interesarme. Lo de Androcles lo
recordaba muy bien; pero no tu –al parecer– principal motivo de desagrado hacia
los 20 playeros o maricones de playa, pues lo cierto es que no presencié la
representación de Santa Juana. Por supuesto que hubiera querido mencionarte, en
vez de aludirte, en ese prólogo; pero no me pareció discreto hacerlo, tanto más
que esas páginas debian aparecer primero, como en realidad aparecieron,
publicadas en España (y sin retaceos, ni tachaduras, por cierto) en el primer
número de Tiempo de España, que
dirigió Aranguren.
Me
alegro de que Javier se encuentre contento ahí. No dejes de darle cariñosos
saludos de mi parte. Creo que tiene verdadero talento, a pesar de lo cual le
pronostico un buen porvenir en este pais y en este mundo.
No
entiendo bien a qué artículo sobre el realismo te refieres; aunque ahora ya
caigo: el de la Revista de Occidente.
Claro que te enviaré uno en cuanto me lleguen las separatas. Se trata del
realismo… socialista.
Si
se recibe ahí la Revista de la Universidad de México podrás ver en el último
número una carta mia a Rodríguez Alcalá donde digo unas cuantas cosas que me
interesaba decir acerca de mis propias cosas, sobre todo en respuesta indirecta
a unas sandeces que se han publicado en Buenos Aires. Mi carta no brilla por su
modestia, desde luego, pero creo que digo cosas, y desde luego me interesaba decirlas,
aunque ya debería estar escarmentado uno de que ‘a palabras sordas, oidos
necios’. Le han puesto el título de ‘Carta de Atlántico’ (?).
Y
a propósito de necedad: no me extraña lo que me cuentas sobre el libro de esa
señora acerca de Unamuno. Y me ha hecho gracia la manera reservada con que apunta
al entusiasta recomendante. Si siempre usas de tales reticencias, es seguro
que, como dicen en mi tierra, no morirás de cornada de burro.
Y
nada más por hoy. Con los saludos de Nina, recibe un abrazo de
Ayala.-