Las cartas de Francisco Ayala sobre

La Torre

La Torre. Revista General de la Universidad de Puerto Rico. San Juan, 1953

El emblema de esta revista, que apareció por vez primera coincidiendo con el cincuentenario de la Universidad de Puerto Rico, es la torre que preside el edificio del campus de Río Piedras. Su director nominal era el rector Jaime Benítez.


Benítez puso en manos de Ayala su publicación, como una parte del catálogo de la Editorial Universitaria de Puerto Rico. En un breve manifiesto inicial puede leerse que la revista nace como “instrumento de acción espiritual” interesado en “los problemas vivos de nuestro tiempo”, y, aunque preocupada “por Puerto Rico y sus problemas”, dispuesta a actuar “en un mundo abierto”.

Ayala abandonó definitivamente la Universidad de Puerto Rico en 1958, pero la revista se ha seguido publicando hasta fechas muy recientes, aunque con altibajos en su calidad material y en la de sus contenidos.

cartas 41 al 45 de 75
FECHA
07/06/1957
REMITENTE
Arnaldo Orfila
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
Universidad de Puerto Rico
ORIGEN
Fondo de Cultura Económica
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Histórico del Fondo de Cultura Económica. Sección Autores, Expediente n.º 22

Carta de Arnaldo Orfila a Francisco Ayala (07/06/1957)

Sr. Francisco Ayala.- Director

Editorial Universitaria

Universidad de Puerto Rico

Río Piedras, P.R.

AOR:497

Junio 7, 1957.

Mi querido amigo:

Recibí su carta del 22 de mayo ppdo. y he consultado con Alí Chumacero, a quien Vd. conoce seguramente y que es el Sub-Gerente de Producción nuestro, sobre la posibilidad de que él se haga cargo de la tarea de preparar la bibliografía mexicana que a Vd. le interesa para su revista La Torre. Acepta su ofrecimiento y si Vd. quiere puede escribirle directamente a este mismo Fondo para formalizar el compromiso e indicarle más claramente cuál es su tarea y fecha de entrega de su trabajo.

Con respecto a la nota que Mills publicó contestando las críticas que le hicieron a su libro La Elite de Poder, debo decirle que apareció en la revista Dissent, volumen IV Número I, Winter 1957, cuya dirección es: Dissent Publishing Association, 509 Fifth Ave., New York 17, N.Y. Creo que si les escribe, no tendrán inconveniente en autorizarle su reproducción y a mí me parece sería muy interesante.

Como supongo que le será fácil conseguir la revista ahí o solicitarla en caso de que le autoricen su reproducción, no se la envío para no descompletar nuestra colección.

Hasta pronto pues, como siempre quedo su muy amigo.

Arnaldo Orfila Reynal

Director


FECHA
03/02/1958
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ángel del Río
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con anotaciones a mano y firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
The Hispanic Society of America

Carta de Francisco Ayala a Ángel del Río (03/02/1958)

Nueva York, 3 de febrero de 1958.

Querido Angel:

Vuelvo a escribirle, según me recomienda, para que reciba una oleada de aire fresco (y no está poco helado el que hoy tenemos), desde esta tierra que hoy respira, satisfecha de poseer su planetita artificial. Y lo primero, quiero darles a ustedes la noticia, que a lo mejor ya saben por Carmencita, de que nuestra hija ha resuelto seguir la misma senda, y va a casarse dentro de pocas semanas. Nosotros estamos muy contentos, no sólo por que ella lo está, sino también por las condiciones del muchacho, que nos parecen excelentes.

Por lo demás, esto ha venido a alterar nuestros planes inmediatos, que consistian en un viaje a Sudamérica. Hasta que sea la boda ya no hemos de movernos de aquí, como es natural; y después, no sé si quedará mucho tiempo para viajes, pues he aceptado ir a Middlebury, como supongo que usted ya sabe.

Por supuesto, ya se nos había ocurrido, en consulta con los amigos, que un buen puesto para mis propósitos sería Yale; y el mismo inconveniente, o circunstancia, que usted llama por su nombre, es lo que tapona ahí. Personlamente [sic], tengo buenas relaciones con él; pero según me dice Peyre, tanto Arrom como el chairman tienen cierto temor a la presencia de un bípedo en su ambiente. De cualquier modo, no está excluido. Pero he aquí que en Rutgers, cuyo emplazamiento geográfico es ideal para mí, no pudiendo ser Nueva York mismo, están interesados y parece que van a proponerme: sólo esperan la hora de aprobarse el presupuesto, pues han de crear la plaza de full professor que me ofrezcan; pero parece que las perspectivas son bastante firmes. El único que, según me dicen, sería algo “reluctante” es el viejo Charles Stevens. Si usted tiene relaciones con él, no estaría demás que le pusiera unas lineas diciéndole que sabe está en consideración la idea de incorporarme ahí, y lo que se le ocurra a usted en apoyo de la misma. En cuanto a Princeton, quisieran que me quedara; y si hubiera en el departamento alguien con iniciativa e imaginación, buscarían la manera; pues el problema es que son pocos los alumnos para tantos profesores. Pero de todas maneras, y a la expectativa de que las cosas se consoliden más tarde, me dicen que me invitarán para el año próximo, si estoy disponible: es decir, si no he hecho un arreglo permanente en otro sitio. De modo que sabe como están las cosas, en lo que a eso se refiere.

En Puerto Rico, la posición de Benítez parece definitivamente consolidada; pero la verdad es que sólo me escribe para pedirme algún favor u opinión; nadie se molesta en enviarme las cosas, ni siquiera las publicaciones de mi oficina; así es que sé –por un anuncio del N.Y. Times– que salió el número de La Torre dedicado a J.R.J.; pero no me ha llegado todavía; y la palabra “todavía” le indicará a usted que no dejo de ser un optimista. Allí nadie escribe, sino versos; toda la actividad se escapa por la boca, por la pluma o por la bragueta; y eso, cuando hay alguna actividad. Lo cual, lo dicho sea entre paréntesis, no está nada mal, hay que reconocerlo.

Yo también creo que el Premio Nobel puede muy bien darnos un día la news de segundas nupcias, envidioso del prestigio ganado por la otra gloria nacional. Después de todo, para lo que le cuesta, ¿por qué no? Él ni siquiera toca el violoncelo, de modo que para largar al aire místicos suspirillos de monja y tener quien le zurza los calcetines y le prepare las ingentes moles de comida que líricamente consume, bien puede considerar que París bien vale un sacramento del santo matrimonio. No en vano la palabra mejicana chingar, como el correspondiente verbo español castizo, poseen dos acepciones, de las cuales la directa compite desventajosamente con la figurada; y a ésta se atiene con encarnizamiento nuestro delicado vate de Moguer (sin Palos).

A propósito del sentido figurado de ese verbo: don Américo partió, breves días ha, cargado de fichas y libros, hacia Houston. A causa de tan erudita carga, hizo el viaje en tren; y como el tren que le convenía no tenía parada en Princeton obligó a un joven profesor y antiguo discípulo suyo a realizar gestiones para obtener de la compañía que se detuviera el convoy. Gestiones, por lo demás, infructuosas, pues la vividura norteamericana impide comprender a los encargados del servicio cuan señalado honor sería para la empresa rendirle tal acatamiento. Total, tracatá, a tomar el tren a Trenton...

Lloréns llegó, tan animado, después de su viaje: he pasado con él cinco dias, y ha sido un gusto recoger así, despacio, las impresiones y opiniones recibidas durante esa experiencia, tanto más viva por haberse cumplido tras los años de casi esclavitud en que su bondad lo tuvo. Las impresiones que usted me da sucintamente acerca de España, él las ha confirmado y extendido, explayándose debidamente.

Bueno, termino. Déle a Amelia nuestros cariñosos saludos, y reciba un abrazo muy cordial de

Francisco Ayala.-

420 E. 64th Street (Apt. E. 3j)

NEW YORK, 21, N.Y.

[Escrito a mano:] Perdone una carta tan mal escrita, y rómpala enseguida.


FECHA
16/09/1958
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José Luis Cano
DESTINO
Madrid
ORIGEN
Rutgers University
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] RUTGERS, THE STATE UNIVERSITY / DEPARTMENT OF ROMANCE LANGUAGES / NEW BRUNSWICK, NEW JERSEY [Mecanografiado:] 60, College Ave.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca del Centro Cultural de la Generación del 27

Carta de Francisco Ayala a José Luis Cano (16/09/1958)

16 de septiembre de 1958.

Sr. D. José Luis Cano

Madrid.

Mi querido amigo:

Calculo que para estas fechas ya estará usted de regreso en Madrid, después de su veraneo. Y yo por mi parte me encuentro medio instalado aquí. En lo sucesivo mi dirección será esta del membrete, según usted ya la tiene (y si no, copiela, por favor). Basta con poner Rutgers University, 60, College Ave., NEW BRUNSWICK, N. J. [Escrito a mano:] USA

Bueno, en realidad sólo quería darle las gracias por su carta, que tan interesante me ha resultado por el cuadro que en ella pinta. Es interesante, y desoladora. Pero temo mucho que lo dicho por usted no sea sino demasiado cierto. Yo deseo y, al mismo tiempo, temo el momento en que vuelva a España, –cosa que ha de ocurrir en cualquier momento...

He usado las direcciones que usted me da para hacer remitir ejemplares de Muertes de perro. Aquí el libro esta produciendo bastante impresión (y al decir aquí, digo a este lado del Atlántico). Ya han aparecido varios artículos, entre ellos, uno que ha escrito Gullón para La Torre.

Me escribió, en efecto, Campos pidiéndome un original para Taurus, que le he enviado, y que destinan a una colección nueva titulada Ser y Tiempo. Se trata de ensayos más bien sociológicos, porque los de crítica literaria de que disponía estaban ya en poder de la Editorial Gredos, que me contrató un volumen.

No me cuenta acerca de sus planes, salvo que va a publicar un volumen también en Taurus. ¿Qué cosas tiene entre manos?

Reciba un cordial abrazo de su amigo y compañero

Francisco Ayala.-


FECHA
10/02/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (10/02/1960)

10 de febrero 1960

Mi querido Ricardo:

Llegó, que todo llega en este mundo, el número de La Torre con las cartas cruzadas entre Juan Ramón y Zenobia. Las he leído con enorme interés. ¡Cómo se dibujan las respectivas personalidades desde el comienzo! Tu estudio de introducción es –no habría que decirlo- excelente y, desde luego, oportuno. Creo que en relación con esas cartas no se plantea el problema que con otros papeles del poeta, puesto que él las escribió pensando en la publicidad y en la inmortalidad y en el monumento; y esto es lo que, à son insu, les da enorme interés. La actitud es la misma que tuvo respecto de la creación poética. Vivía, si a eso puede llamársele vivir, en función de ella; y el sublime farsante lo hacía todo con vistas a la extrapolación estética. El resultado, paradójicamente, era rebajar el valor estético de sus perlas artificiales. ¡Qué contraste con la poesía de Machado, a quien le brotaban sin buscarlo ni procurarlo las perlas naturales de su verso como excrecencia del vivir! Por cierto, para Machado hubiera sido afrentoso y terrible el hecho de que sus cartas a Guiomar alcanzaron al público, y aun a tercera persona, aunque ésta lo hubiera sido en verdad, y no la vieja alcahueta de doña Concha Espina. Pero es que él era un hombre, y tenía sindéresis. Por eso, paradójicamente también, interesan más sus cartas: uno sabe que no estaban marcadas.

Lo que ocurrió con Delaware es que el Sr. Roberts estuvo en la convención de Chicago, y allí se encontró con Martinez López, quien dejó saber que ya estabas tú comprometidos con ellos. Seguramente desistió, entonces, el otro de escribirte. Por cierto que el dicho Martínez pasó por aquí con la familia hace unos dias, de camino para España, y estuvimos juntos unas horas durante las cuales, cómo no, te recordamos con el cariño que mereces.

El pobre Molina está preocupadísimo con su artículo. El tiene justificadas suspicacias; digo, justificadas en general, no en en este caso específico, pues seguramente no se da cuenta de que las resistencias que halla su excelente estudio no se deben (si son intencionadas y no resultado de la necedad ambiente, como bien pudiera ocurrir) a que mi libro ha tenido ya demasiado éxito, y eso despierta la envidia de gentes que sólo creen puede reconocerse a un escritor a condición de que se haya muerto previamente, o al menos de que esté muerto en algún modo, y no inquiete, ni moleste, ni diga cosas desagradables. Dado que yo no pienso en morirme por ahora, ni menos dejar de escribir con punta, pues de otro modo no me tomaría el trabajo, ciertos elementos prefieren, consciente o inconscientemente, silenciarme. Por suerte, hay otra gente, y al parecer no demasiado escasa, que tiene la magnanimidad bastante para decir lo que piensa cuando piensa bien de algo: y me refiero en particular ahora a Rodríguez Alcalá, que no contento con su magnífico artículo de Cuadernos Americanos, ha publicado otro, muy generoso, en el último número de la Revista Hispánica Moderna, donde, por cierto, cita tu nombre. Quizás lo habrás visto. Volviendo a Rodrigo, me dijo que tú vas a enviar su trabajo a los Papeles de Cela. Puedes creerme si te digo que me alegraré de que se lo publiquen, más que por mí mismo, por él. Necesita absolutamente esa confortación.

Recibí de Jorge una carta, muy contento con su nuevo puesto como ayudante del Rector. Lo felicité, aunque sería al Rector a quien habría que felicitar.

No dejes de escribirme, y pronto. Déjame conocer tus planes conforme se concreten. Los nuestros consisten en volar hacia España directamente en los últimos dias de mayo o primeros de junio; estar unos pocos en Madrid, y luego ir a Andalucía, y ver un poco aquello. En julio, probablemente, ir a Berlín, donde me han invitado a dar unas clases; en agosto a Inglaterra, y en septiembre, según estemos, y según hayan ido las cosas, se verá que se hace. Todo está aún, como ves, bastante elástico, salvo acaso el proyecto de colar directamente a España, y aun éste pudiera tener variantes todavía.

Saludos muy afectuosos a todos los amigos, y para ti un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
13/02/1960
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Jorge Enjuto
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] FRANCISCO AYALA / 54 WEST 16TH STREET / APT. 4F / NEW YORK 11 N. Y.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Francisco Ayala a Jorge Enjuto (13/02/1960)

13 de febrero de 1960

Mi querido Jorge:

Esta vez le escribo en su calidad de ayudante ejecutivo para tres asuntos, que le ruego atienda por su debido orden.

1º Nina Ayala necesita, para el expediente de su habilitación profesional en Nueva York, un certificado de su examen de ingreso a la U.P.R., que tuvo lugar en el año 1950. ¿Me lo podría hacer enviar? Le resarciré de los gastos, si los hubiere. Fíjese que no se trata de una hoja de estudios, que esa ya debe tenerla, sino de un certificado especial del examen para ingresar en la universidad.

2º Me entero de que entre los invitados a ese symposium al que Victoria Ocampo no va a poder concurrir, no figura H. A. Murena. Me pregunto quien habrá hecho la selección de nombres, pues se da el caso de que Murena es, sin disputa, el joven más destacado de su generación. (Sin disputa, digo porque se trata de un hecho obvio); y además, entre sus diversas obras figura un libro, El pecado original de América, que trata el tema de las peculiaridades culturales de este Continente. Si se agrega todavía que es colaborador asíduo de La Torre, es comprensible que se extrañe del hecho de no haber sido invitado. Parecería una preterición intencionada, y quizás lo sea, aunque no por parte de ustedes. A lo mejor es todavía tiempo, y quiere don Jaime, subsanar este lapso. Por si acaso, ahí va su dirección: H.A. Murena, San José, 910, 7º, D., Buenos Aires, Argentina.

3º Hace años que no me mandan el estado de mi fondo en la Asociación de empleados del Gobierno de P.R.; supongo que será por no haber comunicado mi domicilio, aunque bien pudieran habérmelo seguido remitiendo ahí, a la Universidad. Creo que la cosa depende de Pancho. ¿Querría usted pedir que me lo envien, y dar mi domicilio de Nueva York? Debo de tener un capitalazo en intereses acumulado.

Ya he visto en la solapa de Asomante el anuncio de su artículo para publicar en uno de los números próximos. Díle a Nilita que no lo demore tanto que vaya a servir de necrología, pues para la ocasión ya escribirá usted otro ad hoc.

Al matrimonio rectoral le escribiré uno de estos dias. Hágaselo saber.

Saludos al Gato, y abrazos

Ayala.-