Carta de Francisco Ayala a Jaime Benítez (01/02/1957)
París, 1º de febrero de 1957.
Queridos amigos: Con el natural sobresalto acabo de enterarme –por
Enjuto, vía Schajowicz– de que Jaimito ha tenido un accidente automovilístico
serio. Innecesario es que les diga el efecto que me ha hecho la noticia. En
ocasiones así es cuando uno se da cuenta del cariño que le tiene a una
criatura, pues estoy verdaderamente consternado, pensando en el sufrimiento del
pobre muchacho, y en el de todos ustedes, por supuesto. En fin, las palabras
sobran. Ojalá que se reponga enseguida, como es de esperarse. Lo que sí
quisiera es tener alguna noticia directa, aunque sea breve, de cómo se
encuentra. Pónganme unas lineas enseguida, dirigidas esta vez a la Maison du
Méxique, etc., pues dentro de ocho dias salgo por fin de París con dirección a
Turquía y los paises árabes del Medio Oriente.
Salgo, digo, en singular, porque hace unos dias Nina fué para Nueva
York. No podía soportar la idea de dejar sola a nuestra hija por tanto tiempo,
y el viaje iba a resultar un sacrificio en lugar de gusto. Esto unido a dificultades
económicas, pues no son broma los pasajes, nos decidió a favor de esa solución.
Ahora, mi plan es permanecer algún tiempo entre mis antepasados musulmanes,
buscar luego la salvación espiritual entre los prosélitos de Buda, en la India,
visitar las Filipinas, cuya comparación con Puerto Rico me interesa mucho, por
razones obvias, y terminar pasando por el Japón, regresando por San Francisco,
y reintegrándome a la Isla de la Simpatía en fecha oportuna.
París está estupendo ahora, con un tiempo increíblemente bueno.
Baste decir que hace una temperatura más alta que en verano, –lo que no es
decir mucho, por lo demás. En fin, que el tiempo está de mi parte, salvo
pequeñas incidencias disculpables.
He escrito, por fin, un artículo sobre el problema universitario en
general, con particular referencia al de Argentina, y lo he mandado a La Nación de Buenos Aires; pero le he
enviado también una copia a Fernández Méndez, para que se la pase a usted y
vean si les parece indicado publicarlo también en La Torre. Aun en el supuesto de que el pudibundo diario argentino
se anime a publicarlo (y ya saben que estoy escarmentado), su alcance se limita
a ese pais; y creo que quizás convenga dar a publicidad en Puerto Rico las
observaciones que ahí hago, por lo que tienen de informativo, por lo que tienen
de admonitorio, y también por lo que tienen de confortador para nosotros, pues
nuestra universidad está a salvo de ciertos males diagnosticados ahí. En fin,
ustedes verán, y resolverán lo que les parezca.
Otra cosa: dias atrás me procuró Caillois para hablarme de las
ediciones que él hace y volver a proponernos que publiquemos en español la
serie “Conocimiento del Oriente”, donde ya han aparecido: Toukaram, Salmos del
peregrino y algún otro volumen. Yo he visto el programa de traducciones, y
en conjunto me parece poco atractivo para nosotros. No suelen ser obras
fundamentales, y me parece que sin haber publicado los grandes libros no es
caso de comprometerse a publicar los de segundo plano. La UNESCO se encargaría
de pagar los gastos de traducción, y nosotros cargaríamos con los de edición.
Se me ocurre que han pensado en nosotros para que hagamos el laudable papel de
cirineos en una serie que a poca genta puede interesarle, y desde luego no a
nuestro público. Mi criterio sería dejar que eso arrastre a lo largo del
tiempo, –un criterio, como ustedes ven, muy oriental, a tono con la colección.
Yo les envio a ustedes los papeles, y un ejemplar publicado, para que juzguen
por sus propios ojos y vean si, a lo mejor, ese plan le interesa a Mariano
Villaronga.
Por último, voy a referirme a un asunto que puede interesar a
Estudios Generales. He conocido a un joven (27 años) francés, profesor de
geografía e historia, que me dice haber enviado ahí, por sugestión de Enjuto,
sus datos personales para un eventual contrato; pero que hasta ahora no le han
contestado nada. A mí me ha hecho una impresión inmejorable, de persona seria,
modesta y valiosa. Si usted, Jaime, se acuerda de decirle a Quintero que le
conteste, sí o no, sería de buen efecto. Yo no le escribo directamente a
Quintero porque no tengo demasiado tiempo, ni podría tampoco darle más datos
que ya él tiene. El muchacho se llama Jean Pierre Donnadieu.
Termino, dándole mi dirección en Istambul por si no me pudieran
escribir a vuelta de correo. En tal caso sería: Francisco Ayala, American Express,
Istambul Hilton Hotel. ISTAMBUL, Turkey.
Denles mis saludos a todos, en particular a Jaimito, y reciban un
cordial abrazo de su amigo
Ayala.-