Las cartas que mencionan el lugar

S.l.

cartas 36 al 40 de 776
FECHA
17/11/1949
REMITENTE
Pedro Muñoz Amato
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
Defensa 649, 5º F, Buenos Aires
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Pedro Muñoz Amato a Francisco Ayala (17/11/1949)

17 de noviembre de 1949

Sr. Francisco Ayala

Defensa 649

Buenos Aires, Argentina

Estimado Sr. Ayala:

Mucho hemos de agradecerle tenga usted de informarnos a su más pronta conveniencia si interesa usted que se ordenen algunos libros de texto para uso de los estudiantes que habrán de matricularse en sus cursos de Teoría Política, Sociología de la Cultura y Cambio Social.

Queremos ordenar con tiempo estos libros en tal forma que estén aquí para el comienzo del próximo semestre, a principios del mes de enero.

Muchas gracias por su atención a esta carta.

Cordialmente,

Pedro Muñoz Amato, Decano

amr

P.D. Agradeceremos tenga la bondad de llenar y devolvernos la forma en triplicado que le incluímos. (O.P.D.5)


FECHA
14/12/1949
REMITENTE
Pedro Muñoz Amato
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
Defensa 649, 5º F, Buenos Aires
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Pedro Muñoz Amato a Francisco Ayala (14/12/1949)

14 de diciembre de 1949

Sr. Francisco Ayala

Defensa 649

Buenos Aires, Argentina

Estimado Sr. Ayala:

Tenemos en la Biblioteca todas las obras que usted menciona incluyendo su Tratado de Sociología. Además, hay otros libros que probablemente usted quiera usar en sus cursos. Por ejemplo, hay varios ejemplares de la Historia de la Teoría Política, escrito por Sabine y traducido al español por el Fondo de Cultura Económica.

Reservaremos todos estos libros y cuando usted llegue podrá añadir los otros que considere necesarios.

He consultado a don José Medina y a otras personas sobre la cuestión del alojamiento y ya tenemos algunos planes que dependen, por supuesto, de las preferencias que usted exprese después de ver las distintas alternativas.

Cordialmente,

Pedro Muñoz Amato

Decano

PMA:amr


FECHA
11/02/1950
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Eduardo Mallea
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta manuscrita con membrete:] UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO / RIO PIEDRAS, PUERTO RICO / FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES / OFICINA DEL DECANO

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo Eduardo Mallea

Carta de Francisco Ayala a Eduardo Mallea (11/02/1950)

11 febrero 1950

Querido Eduardo: Libre, por excepción, de compromisos, voy esta tarde de sábado a darte noticias mías. Quizás parezca increíble, pero desde que llegué aquí no tengo momento disponible, entre las clases que tengo que dar, que son ¡ay! demasiadas, y las invitaciones y convites, que no me dejan. He encontrado a la gente muy amable, con un tono de afabilidad y –puede bien decirse– bondad de corazón que ya se ha perdido en tantos otros sitios y que hace “paradisíaca” esta isla. Yo estoy muy contento de mi experiencia por el hemisferio norte. Ojalá todas las etapas sean análogas.

He hablado de tí con mucha gente. Todo el mundo, por supuesto, conoce tu obra. Signo de los tiempos es que algunos hayan leido La Bahía en inglés por no hablar la edición original. Pero en la biblioteca de la Universidad estás bien representado.

Concha Meléndez, en cuya casa estuve comiendo, se me quejó de tu falta de respuesta a un pedido de ella. La consolé diciéndole que eso en tí era una enfermedad crónica conocida en todas las latitudes, pero que yo interpondría mi valiosa influencia para conseguir que le envies el ensayo en cuestión.

Parece que Ortega, cuya venida estaba anunciada para febrero actual, la posterga. Dicen que se le está gestionando el premio Nobel, en cuyo caso más fácil será que vaya al helado que al “ardiente polo” y deje el trópico por el septentrión. Quien llegó anoche, procedente de Colombia, es el setentón don Luis de Zulueta. Fué directamente desde el aeródromo a una fiesta bastante agradable donde estábamos reunidos unos cuantos, y me encontré, con gran sorpresa, después de veinte años, que estaba igual: con su pelo negro en forma de cepillo y su aspecto de grajo de película de dibujos.

Si me escribes aquí –a la dirección del membrete–, no tardes mucho en hacerlo, pues aunque esta gente quisiera retenerme en forma indefinida mi permanencia ya no será muy larga.

Comunica a todos los amigos mis saludos, –y no hago enumeración para no excluir a nadie–, transmíteselos también a Elena, y recibe un gran abrazo de

Ayala.-


FECHA
04/05/1950
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Pedro Muñoz Amato
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO / RIO PIEDRAS. PUERTO RICO / FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES / OFICINA DEL DECANO

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo Jaime Benítez. Universidad de Puerto Rico

Carta de Francisco Ayala a Pedro Muñoz Amato (04/05/1950)

4 de mayo de 1950

Memorandum a: Sr. Pedro Muñoz Amato, Decano

Facultad de Ciencias Sociales

DE: Profesor Francisco Ayala

ASUNTO: Curso de Teoría Política dictado por mí durante el segundo semestre del año académico 1949–50

Este curso abarca desde el Renacimiento hasta la época contemporánea. Como estaba destinado a un número relativamente corto de alumnos y éstos avanzados ya en sus estudios, después de algunos tanteos resolví enfocarlo de modo que asegurara la máxima cooperación activa por parte del grupo. Comencé haciendo una exposición sumaria de las distintas fases del desenvolvimiento político del Occidente desde el final del Siglo XV hasta terminada la Segunda Guerra Mundial, con referencias intensas a las manifestaciones doctrinales de ese desenvolvimiento. De manera que comencé a exponerles la formación del Estado Monárquico Absolutista y dentro de ella la significación que tuvieron el pensamiento de Maquiavelo, el del grupo de los llamados “políticos”, principalmente Bodin, y por último la reacción representada por los monarcómacos, tanto los de la línea protestante como de la línea católica de la Contrarreforma. De ahí pasamos a estudiar los acontecimientos particulares de Inglaterra, cuyo proceso político sería de trascendencia para el Continente Europeo poco tiempo después; siguió, por lo tanto, un estudio de los autores ingleses, sobre todo Hobbes y Locke. Pasamos luego a estudiar el Siglo XVIII francés, en el aspecto del desenvolvimiento de las ideas políticas, hasta llegar a la Revolución Francesa.

Una vez hecha esa explicación por mi parte, durante la cual se suscitaron temas de discusión en que participaron intensamente todos los alumnos, creí llegado el momento de encomendarles que cumplieran trabajos individuales que hasta cierto punto pueden considerarse de investigación, porque están realizados sobre los textos originales. Cada uno de los alumnos ha hecho una monografía sobre alguno de los principales autores cuyo pensamiento tiene relevancia en la historia de las ideas políticas, de manera que pronto se ha podido reunir una colección de tales trabajaos, de la cual paso a usted una copia mimeografiada. Como podrá ver, los temas tratados por los alumnos son los siguientes: “La República Francesa, la Declaración de Derechos y las Distintas Constituciones Francesas”; “Juan Bodino”; “Reflexiones Sobre la Violencia de Jorge Sorel”; “El Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau”; “Tratado Sobre el Príncipe Cristiano del Padre Rivadeneira”; y otros.

Si los repasa verá que la calidad de dichos trabajos varía en relación con las aptitudes de cada alumno, así como también con las dificultades específicas del respectivo tema; pero todos ellos suponen un esfuerzo serio y consciente e implican el resultado de haberse familiarizado el alumno con el pensamiento de un autor, extraído directamente de sus escritos originales; y ello, como profundización del cuadro general previamente obtenido de las explicaciones de clase. He entendido por eso que a pesar de aquellas diferencias, la importancia del esfuerzo realizado por todos y cada uno los hace acreedores por igual a una calificación alta como fin del curso.

La última parte de éste ha sido, en fin, dedicada a estudiar el proceso político del último siglo y medio, esto es, desde la Revolución Francesa hasta la Segunda Guerra Mundial, estudio para el cual el apoyo en autores ha tenido que ser menor y, en cambio, más decidido el apoyo en hechos políticos, por la simple razón de que, como es sabido, la teoría política carece para este último período de cultivadores tan eminentes como los de los tres primeros siglos de la Edad Moderna. No obstante, se han estudiado con cierta detención algunos de los autores modernos. Sirva de ejemplo Jorge Sorel, que ha sido objeto de uno de los trabajos especiales de los alumnos.

En general, y como resumen, puedo decir que he quedado satisfecho del espíritu con que los alumnos han trabajado, del esfuerzo cumplido por ellos, y de los resultados que pueden haber obtenido del curso.

Francisco Ayala.-

FA:amr


FECHA
18/05/1950
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Luis A. Arocena
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] Francisco Ayala

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Benson Latin American Collection, LLILAS Benson Latin American Studies and Collections, The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Luis A. Arocena (18/05/1950)

Buenos Aires, 18 de mayo 1950.

Mi querido Arocena:

Apenas ha alcanzado la postal, en cuyo texto reconocí no solo su letra, sino también su engolado y solemne estilo, a mitigar la indignación que ardía en mi pecho por el hecho de la defección de ustedes a la “cita de honor” que conmigo tenían en el aeródromo. Esa pieza epistolar ha transferido y concentrado mi enojo sobre la persona del joven Métraux, único culpable (al parecer) del indisculpable retraso. Espero no habrán defraudado mi secreta esperanza de que, con un espíritu inflexible, lo colmaran “sur place” de justas remontranzas y enérgicos denuestos, pues solo esa esperanza me conforta.

Con igual puntualidad que saliera, llegó mi avión a la pista Pistarini, donde, después de haber dado gracias a Dios por haberme permitido volver a pisar su aplastada tierra, me encontré con la familia y amigos allí concentrados a mi espera. Cinco días han pasado desde ese momento, y aún ando reanudando contactos, viendo gente, respirando el aura de la gran urbe. He hallado a Buenos Aires como me la dejé, más o menos –más bien menos–, y ya habrá oportunidad de que les cuente impresiones detalladas a mi regreso, pues en otro caso tendría que llenar muchas páginas, y entonces sería un artículo, un libro, un tratado, cosa que nunca hago sin mucho trabajo y mediante módico estipendio. Verbalmente, en cambio, lo doy gratis. Por eso, no le extrañe que reduzca esta carta a lo meramente personal. De ello, le diré en primer término que el mismo día de mi llegada, y no más de dos horas después de aterrizar, ya estaba llamando a su madre para darle las noticias de ustedes. Se alegró mucho de saberlas, porque estaba inquieta. Yo le transmití las seguridades que usted me dio de abstenerse de fallecer por ahora, en vista del precio elevado que los sepelios tienen en el trópico, razón que constituye suficiente disculpa para la grosería de no complacer los deseos de una dama como la que casi se comidió a darle el pésame por adelantado a su familia. Aunque la verdad nunca es demasiado creíble, me parece que quedó convencida su mamá de que no había lugar a temores. Dentro de un par de días iré a visitarla.

También llamé, al otro día, a la mamá de Amalita; fui al otro día para entregarle el encargo, y no la encontré, pues según me dijo luego por teléfono había tenido que visitar a una alta dama. Hoy viene a tomar el té con nosotros, de modo que espero conocerla personalmente dentro de un rato.

Díganle a Pepita que ayer estuve viendo a su hermano, y también le hice entrega del paquete encomendado. Su papá está varado en Chile, pues se encuentra cortada la línea por el mal tiempo. cuando venga me avisarán para que les cuente de ellos.

He hablado por teléfono con el Dr. Ferdinandy, en Mendoza, y de acuerdo con él le he remitido los datos de Métraux, que él va a utilizar en debida forma. Le recomendé celeridad. Él viene a verse conmigo dentro de unos cuantos días, y entonces quizás ya podamos comunicar a nuestro amigo alguna impresión, positiva o negativa. Vamos a ver cómo los cuyanos reciben la idea.

He conversado con Caminos, y le he sugerido la posibilidad de venirse conmigo para ahí; es difícil, pero lo va a pensar. Como él es soltero y joven, tal vez se anime a entrar como instructor. No deje usted de comunicarme cualquier novedad, sea noticia o chimento, que pueda interesarme en relación con el curso. ¿Las mañanitas gustaron a su destinatario? – Yo voy a escribir a Benítez y a Mellado, pero no antes de tener algo concreto que decirles, pues ahora, en verdad, estoy recién llegado, y sería escribir en vano.

No deje de comunicarme cualquier noticia que pueda recibir de nuestro amigo de Venezuela. Yo, por supuesto, no hago ningún sondeo hasta tener alguna seguridad, positiva o negativa, pues las cosas deberán encararse según esta sea. Con las personas a quienes he hablado lo he hecho en forma evasiva, postergando para más adelante una conversación a fondo, y haciendo una atmósfera de cierto misterio, que en este caso como en tantos otros sirve para enfatizar y disimular el vacío, siquiera sea hasta que se cambie en un contenido. El hecho es que tanto con Gonzalete como con algunos otros lo único que he dejado establecido es mi regreso próximo, y un prometedor “hablaremos”.

Dígale, por favor, a Millas que ayer estuve con Francisco Romero, y hablamos ampliamente de él; por supuesto, Romero tiene la más elevada idea de su talento, sin que yo tratara de disuadirlo. (Digo, del talento de Millas; del propio... ça va de soi).

No dirá que no le escribo con latitud. Me atrevo a hacerlo, porque sé que está en vacaciones. De otro modo, no le robaría su importante tiempo.

Dé mis afectuosos saludos a Amalia, y usted reciba un cordial abrazo de su amigo

Ayala.-

Dígale a Serrano que en este momento me llegan sus líneas; y le contestaré con toda diligencia lo antes posible. Pensaba escribirle hoy mismo, pero ahora lo postergo hasta poder decirle algo respecto de lo que me encarga.

Cuando vea a Granell, dígale también, por favor, de mi parte que entregué a Bianco su trabajo. Ya tendrá noticias.

Otra cosa: se me ocurre que, si fallara nuestro catalán quizás podría inventarse alguna combinación con López; pero tendría que ser sin tardanza, pues él sale dentro de quince días para uno de sus viajes continentales, y habría que urdirlo todo, por lo menos en principio, con anterioridad. Dígame.