Epistolario de Francisco Ayala

01/04/1968

DESTINATARIO: Bayón, Damián REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
01/04/1968
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (01/04/1968)

1 de abril de 1968

Querido Damián:

Ahí va papelito azul, aunque estoy de todos los colores con la cantidad de trabajo que, no sé cómo, se ha acumulado sobre mí en las últimas semanas. En fin, para que no pasen más dias son [sic] contestarle, le escribo a toda prisa antes de salir para California donde se espera con ansiedad lo que yo pueda decir sobre la novelística cervantina en varias de las universidades locales.

¿Cómo quiere usted que, así no más, me suelte yo a hablar sobre el Greco? ¿O se cree usted que yo soy el Happy de Baker y no hay sino ordenarme hablar, y hablo? Amigo, hay que echar la moneda para que la máquina funcione; o si no, ¿en qué mundo se cree que vivimos? Usted me envía un pasaje (ida y vuelta) a París (o si lo prefiere, a Buenos Aires), nos encontramos, y charlamos de lo que usted quiera. Entonces, a lo mejor tampoco se me ocurre nada; pero esos son los riesgos que tiene toda inversión de capitales.

En cuanto a editor para su libro, me extraña que usted pida ayuda, ni siquiera consejo, pues es un libro que los editores españoles han de quitarse de las manos, aunque más no fuera, por su tema. El único embarras que usted va a tener es el del choix. Por lo pronto, la Revista de Occidente, con la que usted está en relaciones magníficas, debe ser la primera opción. O una de las primeras, a juicio mio.

Todavía no sabemos cuales van a ser nuestros pasos en la tierra durante el próximo verano. A mi vuelta de California trataremos de planear las cosas, y se lo diré, para que coincidamos.

Veo que usted viaja más que... yo, y es cuanto hay que decir. Aproveche la juventud, que luego se pasa y llega el momento en que ni puedo [sic] uno tirarse de los pelos, porque no le quedan.

Saludos de todos, y un abrazo

Ayala.-