Epistolario de Francisco Ayala

02/06/1950

DESTINATARIO: Arocena, Luis A. REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
02/06/1950
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Luis A. Arocena
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Buenos Aires
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] Francisco Ayala

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Benson Latin American Collection, LLILAS Benson Latin American Studies and Collections, The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Luis A. Arocena (02/06/1950)

Buenos Aires, 2 de junio 1950.

Mi querido Arocena:

Según le anunciaba en mi carta anterior, paso a informarle del nuevo paso producido en nuestro asunto. Ayer estuve conversando de nuevo con el amigo López, que me confesó hallarse interesado en poner bases en diferentes puntos exteriores, y por ello, muy vivamente, en nuestra propuesta. Por consiguiente, conversamos despacio, o divagamos, sobre la manera de organizarlo, y sobre los gastos de implantación, que convinimos en estimar serían bajos (hablamos de unos $3.000). También examinamos las ventajas de Río Piedras y la conveniencia de dar al local comodidades que lo hagan un centro de reunión. Entonces, y al mencionar la cuestión de la tercera persona buscada, me preguntó para qué necesitábamos un socio más. Le expliqué que ello respondía a nuestro plan inicial, y las circunstancias que nos obligaban a utilizar como gerente, no un empleado, a cuya merced pudiéramos estar sino un socio cuyo interés sea concurrente; pero que siendo él el tercer socio, instalado aquí, podíamos utilizar para aquel puesto a un empleado habilitado con participación en los beneficios, de manera que se consiguiera muestra finalidad a menos costo. Yo había sugerido, a propósito de personas, a este muchacho, Vázquez, a quien yo no sé si usted conoce, pero del que creo hice yo mención de pasada alguna vez cuando consideramos posibles candidatos para la eventualidad de que el catalán fallara. Este Vázquez está trabajando en Losada desde la fundación; es un trabajador incansable; tiene una fidelidad de perro; es absolutamente honesto, y bastante capaz. Lleva a su cargo, no solo la corrección, sino la brega con las imprentas, y el regateo de precios, es decir, la discusión y el trato con el exterior, tomando las cosas siempre muy a pecho. Yo lo había sondeado previamente, y me dijo estar dispuesto a tentar la aventura que yo le propusiera, pues tiene derecho a dos años de licencia en la universidad, de la que es empleado, durante cuyo tiempo puede verse si la cosa marcha hasta el punto de renunciar al puesto. Cuando le sugerí a López la candidatura le pareció ideal, sencillamente; me hizo tan solo la objeción de que no quisiera que Losada crea que él se lo saque, a lo cual me ofrecí a aparecer yo como el malo, pues nada me importa. López cree que incluso es aún mejor que Aznar; y además tiene la ventaja de que su familia se reduce a la mujer y una niña todavía de medio pasaje. En eso estamos. Yo he de volver a hablar con López (en eso hemos quedado) dentro de la semana próxima, para establecer las bases generales del acuerdo, que luego formalizaríamos ahí en P.R., al constituir la sociedad. Él está dispuesto a ir si hace falta (tanto es su interés en el asunto). Pero, claro está, no puedo yo ni siquiera establecer un acuerdo de principio sin contar con la conformidad de usted. Le ruego que me escriba sin demora dándome su opinión. A mí me parece que las bases del acuerdo pudieran ser algo como lo siguiente: Tres socios, usted, López y yo. Un gerente habilitado, con el porcentaje que López, más experimentado, convenga con Vázquez en presencia mía. Aportaciones metálicas iguales en principio, a reintegrar de las primeras ganancias. López se encargaría de servirnos desde aquí los libros en la forma que conviniéramos y según las conveniencias, sin cobrar por esta gestión nada, pues ello sería su contribución permanente a la gestión del negocio; de manera que los precios de compra, aquí, serían los que regirían ahí, incorporándose al acervo común. En los trabajos de imprenta o edición que la sociedad proporcionara a la Imprenta tendría aquella un (?) % de ganancia limpia. – Estas son las cosas que a primera vista se me ocurren. Usted podrá completarlas, corregirlas y mejorarlas, si está de acuerdo en la fórmula general. En este último caso, le ruego que me escriba una carta para mostrársela yo a López, o incluso dirigida a él, expresando su conformidad con lo hablado, y proponiendo las bases en la forma que le parezca más conveniente. Nuestro convenio respecto del suministro de libros ha sido que ninguna casa, sea Losada, Bajel, Nova o ninguna otra tendrá situación de privilegio, sino que las utilizaremos a todas en igualdad de condiciones, es decir, aprovechando lo que en mejores condiciones se nos ofrezca.

No se le ocultará que estoy verdaderamente contento y entusiasmado con este sesgo, pues, a pesar de lo que pudiera parecer desde algún punto de vista, las ganancias van a ser mucho mayores, puesto que el socio que tendremos es pujante, y luego significa un punto de apoyo aquí, nada despreciable, sobre todo cuando ya llevemos algún tiempo ahí, con lo cual se pierde contacto inevitablemente. A López se le ocurren además otras posibilidades, desde ahí, que pueden en efecto acometerse sin miedo cuando ahí [sic] detrás una potencia como la que él representa.

Para terminar, una buena noticia. El Banco Central ha elevado de siete y pico a ocho y pico el tipo de cambio para exportación de libros.

Reciba un gran abrazo de su amigo

Ayala.-

¿Quiere preguntar a Frondizi si ya hizo la tradcción [sic] del librejo? López va a mandar el presupuesto que me encargó Colón, y estando las cosas como están, es bueno que esa relación quede ya entablada.