Las cartas de Francisco Ayala sobre

Princeton University

Princeton University (Nueva Jersey).

Princeton fue el primer destino de Ayala en su trayectoria como docente de Literatura Española en universidades norteamericanas hasta su jubilación en 1976.


En el primer semestre del curso 1955-1956, Ayala fue contratado por mediación de Vicente Llorens como profesor visitante de la Princeton University, donde impartió un curso sobre civilización hispánica y otro sobre ensayo moderno; y en el mismo semestre del curso 1957-1958 lo fue de nuevo, esta vez en sustitución del propio Llorens; impartió entonces un curso sobre Francisco de Quevedo. En el libro Muertes de perro y otros documentos de Ayala en la Universidad de Princeton se estudia esta etapa.

cartas 26 al 27 de 27
FECHA
09/12/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (09/12/1963)

9 de diciembre 1963

Mi querido Ricardo:

Ahí va mi respuesta a la consulta confidencial que me haces. Yo creo que no debes excluir a Max Aub. En primer lugar, no hay duda de que pertenece a la generación, en cuanto comenzó escribiendo ‘deshumanizadamente’; en segundo lugar, ha escrito mucho, inclusive muchas novelas, y aunque la cantidad en sí misma no significa gran cosa, algo significa de todos modos, si se dan otros supuestos. Éstos se reducen, claro está, al de una calidad mínima, que tampoco sería justo negarle, aunque las valoraciones oscilen según los criterios y gustos personales. Para mí, las novelas de Max pecan en dos direcciones (y supongo que por esos pecados, y quizás otros, es por lo que a ti no te gustan). Una de las cosas que me hacen a ratos antipática su prosa es el empeño ‘deliberado’ de ser castiza. Sin embargo –y esto explicaría lo deliberado del empeño– no puede evitar, aunque muy de vez en cuando, el galicismo de construcción, que sería en ella como en su expresión oral el acento. Pero, así como éste es clamoroso, para detectar el galicismo en su prosa hay que tener el oido muy fino. Otra cosa que no me gusta en sus novelas es que están escritas un poco ‘a lo que salga’, pero ¿quien puede hacer demasiado hincapie en ese reproche, cuando hoy cree la gente que escribir es como mear o, según la cantidad de materia, cagar? ¿Cuantos novelistas se preocupan de dar una estructura a su composición, lógrenlo o no? Resulta, en lo que se refiere a sus novelas de la guerra, que lo que a Max le sale es lo primero que lleva adentro, o sea la visión combatiente, según la cual los caracteres son buenos o malos según su posición política, lo cual es falso en un plano superficial, aunque llevando las cosas a un plano más profundo pudiera no serlo tanto.

Me doy cuenta de que además, aunque esto no lo dices, te aterra un poco la enorme balumba de letra impresa que pesa sobre las seis letras de su firma. Pero quizás eso mismo –y ahí te brindo la solución ecléctica que buscas– te da una buena razón para seleccionar en cada género lo que está más logrado, y presentarlo en su aspecto mejor, haciéndole gracia de sus menos felices momentos. Nadie va a pretender que a autor tan copioso lo estudies en su totalidad, y ya está bien juzgarlo por lo mejor que ha producido, sobre todo cuando, como es el caso, se trata de un autor-pulpo, cuya producción carece de estructura interna y de verdadera evolución, o al menos, así me parece a mí.

A Eugenio le mandé una lista de personas, encabezada con tu nombre, a quien quería que remitieran El problema del... Me dice haber dado orden y quiero creerlo. Si todavía no lo ha hecho, yo te enviaré uno de los 5 ejemplares que me remitió a mí (por contrato me corresponden más, de manera que es otra razón para que haya cumplido mi encargo).

Con Emilio Gz. Lz. mis relaciones son más bien frias. De todos modos,lo llamaré para lo de Arocena. Ni en Princeton ni en Bryn Mawr tienen cursos de verano. Si lo que Arocena quiere es quedarse en este pais, y enseñar literatura, que lo diga claramente, y le buscaríamos sitio.

Saludos, y un abrazo

Ayala.-


FECHA
10/11/1965
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Vicente Llorens
DESTINO
Princeton University. Department of Modern Languages and Literatures
ORIGEN
New York University. Graduate School of Arts and Science
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF ROMANCE & SLAVIC LANGUAGES AND LITERATURE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. Archivo Vicente Llorens

Carta de Francisco Ayala a Vicente Llorens (10/11/1965)

10 de noviembre de 1965

(después del black-out)

Querido Vicente:

Nunca es tarde si la dicha es buena. Te llegó mi librito, lo leiste sin demora en gracia a su brevedad, te pareció bien en términos generales, y te suscita objeciones de detalle con las que yo mismo no estoy en desacuerdo. Es claro, por ejemplo, que omito en lo que pudiera llamársele pronóstico el elemento aleatorio de las personalidades, con su efecto benéfico o nocivo; pero siendo, como son, muy importantes los factores personales y debiendo entrar en la consideración de los acontecimientos históricos, imposible sería tenerlos en cuenta para los cálculos del futuro como no sea en la forma de una caución general: “a menos que...”. Por supuesto, nadie nos garantiza “cordura” en lo porvenir; pero ¿qué podría hacerse frente a la eventualidad de nuevas “locuras”, como no sea asumir una actitud conservadora cerrada? Y no falta quien así lo haga en España. Ahora, esa actitud es, a juicio mio y en vista de las condiciones objetivas, ella misma una manifestación de “locura”, que por otra parte no dejo de considerar como posibilidad en la pag. 74. Por lo demás, no me parece temible la amenaza de locuras demagógicas, porque la estabilidad creciente de la estructura económica hace muy improbable que los intereses constituidos abandonen el campo político y den oportunidad para que los demagogos hagan de las suyas... Pero todo lo relativo al futuro es pura especulación o –como le gustaba decir a nuestro admirado y funesto Azaña– 'ojalatería'.

Me alegro de saber que tantas manos se le tienden en España al amigo Tierno. Su confusión, pues, no es sino embarazo de elección, como decimos los franceses.

Me alegro asimismo de que esté arreglado todo lo de Murena. Creo que pernoctará ahí en Princeton, y supongo que irá solo, a menos que ligue por el camino alguna samaritana dispuesta a compartir su lecho y su leche, pues secretarias, no las tiene, que eso es para oligarcas, ni siquiera mujer propia y legal. Quedo a tu mandado para cualquier otra consulta.

Y nada más por hoy. Nuestros saludos afectuosos para Amalieta, y un abrazo para tí de

Ayala.-