Correspondencia con José Bianco:

José Bianco

1908 Buenos Aires - 1986 Buenos Aires

Autor de una obra muy corta pero cada vez más valorada, Bianco fue, entre 1938 y 1961, jefe de redacción de la revista literaria argentina Sur, fundada por Victoria Ocampo, en la que Ayala publicó numerosos artículos y cuentos especialmente durante la década de 1940.

cartas 1 al 1 de 1
FECHA
26/10/1945
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José Bianco
DESTINO
Buenos Aires
ORIGEN
Río de Janeiro
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Francisco Ayala

Carta de Francisco Ayala a José Bianco (26/10/1945)

Rio de Janeiro, 26 de octubre de 1945.

Sr. José Bianco.

BUENOS AIRES.

Mi querido amigo: Le agradeceré muy cordialmente tenga la bondad de publicar en Sur esas pocas líneas que van agregadas a esta carta. Creo que no debo dejar sin respuesta la insolencia del sujeto a que se refieren, cuyo artículo es reflejo de una actitud fascista que se tranquiliza bajo otras etiquetas, y cuya rabia declara el placer con que elementos tales forzarían el acatamiento de quien no se somete a su punto de vista. –El tono de mi respuesta tampoco podría ser otro, dada la índole del ataque.

Saludos afectuosos, y un abrazo de su buen amigo.

En una revista aparecida en Buenos Aires, Latitud, dedica el señor M.B. a mi libro Razón del mundo un comentario que me veo en el caso de recoger. Lamentaría dar con ello la sensación de que no puedo soportar una crítica adversa, aunque el tono injurioso de esa la hace, en verdad, intolerable. Y, desde luego, no me hubiera decido [sic] a solicitar para estas lineas la hospitalidad de Sur si no creyera que el caso tiene algo de ejemplar en relación con el debatido tema de la responsabilidad de los intelectuales.

Don M.B. ha interpretado mi libro como “la voz del acatamiento, disfrazado de purismo y neutralidad”. Cualquiera que lo haya leido reconocerá, sin embargo, la falacia de esa interpretación, pues que su significado es directamente el opuesto. Falso resulta asimismo el dilema en cuyos términos, a falta de mejor encierro, pretende encerrarme don M.B. (lógico infeliz) con intención denigratoria; falso, digo, porque es muy posible, en efecto, ser a la vez deshonesto y tonto, como el propio articulejo viene a demostrar con el ejemplo de su autor: deshonestidad es el aliñar como lo hace mis tesis en una ensaladilla de frases literales, entrecomilladas para prestar leguleyo disfraz de autenticidad a un sentido contrahecho; tontería, ofrecer las iniciales de su nombre a la evidencia que algunos otros resentidos han sabido rehuir refugiados en la murmuración, por no delatarse de rastacueros.

Y luego, todo ese amasijo de disparates: la grotesca imputación de nazismo hecha a la filosofía alemana y, de rechazo, a quienes la difunden –aún tratándose de hombres que por respeto de sí mismos y de las causas justas por las que luchan se nieguen a amonedar tales experiencias para la facil cotización de los partidos–; la transitada necedad de que “el deber supremo del intelectual como tal” sea “poner su inteligencia al servicio de causas justas” –como si ese no fuera mas bien el deber común de todo ciudadano–; y, en fin, las restantes inepcias, concentradas e impávidas, que, entre hilos de bilis, contiene el comentario, demuestran, creo, que mi libro ha cumplido su función social, punzando enconos todavía un año después de su publicación, y soliviantando bien avenidos confusionismos.

Francisco Ayala.