Correspondencia con Ricardo Gullón:

Ricardo Gullón

1908 Astorga, León - 1991 Madrid

Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid en 1929, fundó con Ildefonso Manuel Gil la revista Literatura (1934). Alternó la docencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con la práctica jurídica, tras una depuración de treinta meses por colaboración con el ejército republicano. 


En 1953 viajó a Puerto Rico, donde permaneció durante tres años. También enseñó Literatura Española en las universidades de Columbia, Chicago y Texas en Austin, entre otras. Ayala le dedica un capítulo de Recuerdos y olvidos.

cartas 16 al 20 de 166
FECHA
26/10/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano y con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (26/10/1961)

26 de octubre de 1961

Querido Ricardo:

Contesto a tu carta, aunque noticiosa, breve, en vísperas –casi– de un viaje a Alemania, donde me han invitado comme il faut, es decir, todos gastos pagos, para una especie de simposium sobre los problemas de América Latina. Siendo tiempo de clases, tendré que reducir mi excursión a tres semanas justas, tras de las cuales me tendrás aquí de nuevo el 26, Kruchef mediante. Ojalá me espere una carta tuya.

Ya veo que ves algunas dificultades en lo del número español de T.Q.; no me parecen graves, ni menos, insuperables. Creo que la idea tendría éxito.

Hace unos dias estuvo en casa Benítez; no me dijo que iba a ir a Texas –aunque Max Aub si me había escrito sobre este proyecto–; sí se sorprendió de saber que ahí está Borges, y me pidió la dirección para escribirle…

Mándame la separata de tu trabajo sobre Unamuno tan pronto como la tengas. ¿Sabes algo del 1  de La Torre? Yo, nada. Esa es la torre del silencio. Por noticias indirectas sé que en ella se encuentra de nuevo –nuevo Segismundo– el Carpius; pero habiendo descubierto sin duda que la vida es sueño, no se ha dignado ponerme unas lineas de mínima cortesía, cosa que no me extraña, pues esta ave, que ya era rara en la isla, tiende a pasar sobre la entera superficie de la tierra al catálogo de las especies desaparecidas. Lo que ello tenga que ver con las poluciones atómicas, u otras, lo ignoro.

Termino; y al releer tu carta y mi respuesto [sic], advierto que la separata que me prometías era la de tu ponencia, y no del trabajo sobre Unamuno. Tampoco conocía el contenido de esa ponencia, aunque sí me habías hablado de ella. Anyway, mandámelo todo.

Saludos, y un gran abrazo de

F. Ayala.-

[Escrito a mano:] 1 nº especial


FECHA
21/11/1961
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (21/11/1961)

21 de noviembre de 1961

Sr. D. Francisco Ayala

54 West Sixteenth Street

New York, N. Y.

Querido Paco:

Te escribo en vísperas de tu regreso de Alemania para que la carta llegue a tu poder, mejor dicho que te espere alla [sic] vuelta de este fabuloso viaje que estás haciendo de guagua. Espero que este viaje te habrá divertido y servido para estrechar lazos con los alemanes, y más bien con las alemanas.

Cuando estuve en Méjico me dijo Max Aub que él, Benítez y tú vendríais aquí en el mes de noviembre para asistir a una reunión de especialistas en televisión universitaria. Como sé que en ese ramo nadie te echa la pata, la cosa me pareció verosímil y el pretexto estupendo para pasar juntos unos días que hubieran sido muy agradables. Pero en cuanto llegué aquí me enteré de que la ilusiones de Max habían ido más allá que las realidades. Hubo, a primeros de noviembre, una reunioncilla de ese tipo, pero a Max le desconvidaron a última hora, por intervención de uno de esos cuya raza si volara oscurecería el sol. Ramón, puso pies en pared, y el desafuero se rectificó parcialmente, volviendo a invitarle para el mes de febrero.

Ahora escribió Miguel González preguntando detalles sobre una supuesta reunión de profesores de español en esta Universidad. Supongo que vuestro despiste arranca de que se ha señalado Austin como sede para la celebración de la asamblea del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, en 1963. No hay otra cosa, y puede suponer que si la hubiera, tu nombre sería uno de los dos o tres que pondría yo en primera línea. En definitiva, nada mejor que estas oportunidades para dedicarse tres o cuatro días a la sabrosa comilona y el culto intercambio de conocimientos.

Creo que no iré a Nueva York estas navidades, pues he tenido que atender muchos gastos en España y no puedo permitirme lujos turísticos. Confío en que podremos vernos en otro momento, pues tengo una invitación de Yale para ir a soltar un reóforo y si puedo combinarla con alguna otra por esa zona, iré y me detendré un fin de semana en Nueva York. La lástima ha sido que acababa de renunciar a ir a Wellesley, cuando me llegó la otra invitación, pero todo se arreglará.

De Puerto Rico sé que el número de Unamuno fué enviado a Méjico, y he pedido que me envíen las pruebas desde la imprenta para que no salgan tan abrasadas de erratas como los trabajos que he leído en los últimos números de La Torre. Por cierto, que ya deba estar en la calle el número 34 en el que se inserta mi reseña de tu libro, pero todavía no me lo han enviado. Eugenio me debe carta, y no me ha contestado ni siquiera a la que más le importa: la edición del libro juanramoniano que firma y cobra conmigo. No sé qué tiene el aire borinqueño que seca las estilográficas y paraliza las maquinillas.

Acabo de leer en Papeles tu estupendo “Baile de máscaras”, que está lleno de gracia en la observación y en la narración. Se me ocurre que vendría muy bien añadirle aquel sucedido de un martes de Carnaval en el Teatro Pereda, Santander, cuando el cogorza de Samperio cayó, no se sabe cómo, en una platea del entresuelo en donde, observándolo todo muy serios, estaban tres famosos médicos de la ciudad, y el tipo, sin inmutarse, les dijo: –“¿Y qué, ustedes, como siempre, hablando del peritoneo?” Otras anécdotas soportaría el inocente papel, pero te ruborizarías si las escribieras. Queden para otra ocasión.

Un fuerte abrazo de 


FECHA
06/12/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (06/12/1961)

6 de diciembre de 1961

Querido Ricardo:

Aquí tengo tu carta para contestarla, y lo hago hoy por fin, a pesar del enorme trabajo acumulado por razón de mi ausencia, y a pesar de que los bacilos de la grippe, que han invadido mi organismo desde hace días, me disuaden de toda actividad que no sea la pura contemplación.

El viaje fue bueno. Tuve suerte con el tiempo (weather) particularmente durante los dias finales, que pasé en París a pretexto de dar una conferencia. Tampoco estuvo mal en Alemania, y la reunión o coloquio resultó bastante bien, aunque se echó de menos la presencia de Julián Marías, omisión lamentable y dificil de explicar, siendo los invitantes alemanes, que están en todo. Menos mal que tú has desagraviado al filósofo con la cariñosa alusión que le dedicas en tu artículo de Papeles, trabajo que, aun sin ese rasgo, sería admirable de todos modos, y que he leido con extraordinario placer. Haces ahí muchas puntualizaciones justas, y desde luego estoy de acuerdo con su tesis general.

Lamento que, en el mismo número, te hayas precipitado a leer mi “Baile de Máscaras”, pues está mutiladísimo por la censura; y como Cela me ha prometido hacer las correspondientes separatas con el texto íntegro, que te remitiré oportunamente, podrás percibir entonces cual es el hilo sutilísimo que une esas diversas perlas o pildoras rabelaisianas que, de todos modos, parecen haberte divertido.

Espero que desistas de tu resolución de no ir a Nueva York estas Navidades, y que, de todos modos, si no vienes ahóra, vendrás pronto. No sé cómo te arreglas para que te lluevan las invitaciones a dictar conferencias. Organízate un circuito ad hoc, y ven para acá, pues es muy confortante el verse con los amigos verdaderos, y además, no sería imposible que estuviera en algún sitio u otro Julián Marías, con lo cual tendrías nueva oportunidad de ilustrarte.

Me conforta la noticia de que vas a tener en tus manos las pruebas del número unamunesco de doña Torre, como garantía contra el desatino. Aprovecho para rogarte muy encarecidamente que tan pronto como recibas el paquete, desgloses un artículo debido a la pluma primorosa de Francisco Ayala, y se lo remitas al autor, quien te lo devolverá por el correo siguiente, corregido –y (te lo prometo) no aumentado–, de modo que tú ahorres trabajo, y yo me dé el gustazo de leerme una vez más, que es de los pocos placeres que aún le van quedando a uno en la edad provecta.

Y concluyo (no he recibido aún La Torre con tu reseña, que espero con impaciencia), rogándote que no seas avaro de tus cartas, y que, dándote por felicitado con ésta en razón de las próximas navidades, utilices el [sic] oportunidad de devolverme dicha felicitación para desplegar tus habilidades epistolares prolijamente.

Un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
13/12/1961
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (13/12/1961)

13 de diciembre de 1961

Sr. D. Francisco Ayala

54 West Sixteenth Street

New York, N. Y.

Querido Paco:

Como ves no tardo en contestar tu carta última y empiezo felicitándote por partida doble. En primer término para desearte unas pascuas muy plácidas y productivas, en todos los aspectos. En segundo término por tu paso a New York University, del que me enteré ayer por carta de Rodrigo Molina. Puedo asegurarte que me alegro como si de cosa propia se tratara, pues sé que tu deseo era instalarte definitivamente en Nueva York, donde estoy seguro que te ha llevado el reconocimiento general de tus méritos y talentos, etc., etc. Tendrás así más tiempo para trabajar, y por esto no te felicito a ti, sino que me felicito, pues los partos de tu ingenio se multiplicarán y disfrutaré leyendo cuanto vaya saliendo de tu pluma.

No puedo comprender que pudieras pasar un mes en Alemania y París, regodeándote a tus anchas, siendo así que había faltado en el Congreso el aventajado ex­-filósofo don Julián Marías. Quizá no le han invitado, o no ha podido asistir, por la multitud de tareas, unas propias de su sexo y otras impropias, que le esperan en este continente. Espero que durante las navidades le agasajes y mimes para que te de buena nota cuando redacte tus informes de fin de curso.

Espero con impaciencia esa separata de tu cuento en los Papeles. Me interesa sobre todo comparar la versión completa con la publicada en la revista, pues quiero ver si consigo calar un poco en la cretinizante Censura española. Nunca se puede saber lo que van a tachar y lo que no, y tu cuento, aun mutilado, tiene gracia y está preciosamente escrito. Lo que me jeringa contigo es que, sin querer, comparo tu facilidad y tu gracia de pluma con el trabajo que me cuesta sacar adelante esos ensayos y articulejos que por ahí pululan. No sé cómo moños te arreglas para escribir como quien se bebe un vaso de buen vino.

Estoy sudando para poner en pie los capítulos de Unamuno dedicados a El otro y Teresa. No te chotees, pero lo que tu dictarías a Brunhilda, tu secretaria igualmente avispada, entre taza y taza de café, me lleva semanas de sudores, malos humores, dolores de cabeza y de otras partes, y por cierto, que, escribiendo de Unamuno, no me entendiste bien lo que te dije respecto a las pruebas de La Torre. Van a mandarme las mías y las del artículo que traduje, pero de tu joya privada nada se ha dicho. Creo prudente que le pongas unas líneas a la hermosa señora Molinary, para que te lo manden y puedas darle tú mismo un vistazo. Ya sabes cómo se la gasta por los pagos boriquas.

Dícenme que doña Fela quiere organizar una corrida de toros, e inmediatamente se me ha venido a las mientes la dificultad que tendrá para seleccionar el ganado, con tanta abundancia y competencia. Ignoro quienes serán los diestros encargados de trastear a los elegidos.

Dame las noticias que tengas sobre este acontecimiento sensacional.

Tampoco yo he recibido el último número de La Torre. No me extraña. Escribí el prologo para modernismo. Ordené todo el libro. Puse la firma de Eugenio junto a la mía, mandé el original a la imprenta y Aguilar, editor honrado, me pagó la mitad del anticipo y, según mis instrucciones, puso a disposición de nuestro amigo el resto del dinero. Pues bien: ni una palabra a mí, ni una palabra a Aguilar. ¿Puedes entender esto?

Recuerdos a Nina y para ti un fuerte abrazo de


FECHA
28/12/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] BRYN MAWR COLLEGE / BRYN MAWR, PENNSYLVANIA / DEPARTMENT OF SPANISH

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (28/12/1961)

28 de diciembre de 1961

Mi querido Ricardo:

Mucho te agradezco tu felicitación por mi paso a la Universidad de Nueva York que tendrá efecto en el año académico próximo. Es, en verdad, una cosa que me conviene desde todos los puntos de vista, puesto que, viviendo aquí, no tendré que hacer los viajes semanales que, en un futuro más o menos próximo, quizás me hubieran resultado cansados en exceso; de modo que estoy contento.

Espero que para estas fechas ya te haya llegado, completo, el "Baile de máscaras", y hayas podido seguir la secuencia que la censura había roto. También yo recibí tu separata del artículo, cuyo único punto censurable (y claro está que lo hemos comentado los amigos con la natural tristeza) es el ataque que diriges (sic) en él contra el arte pictórico de inocentes criaturitas cuyo único pecado es el original de llamarse pluralmente Marías.

Me halaga, pero también me indigna, que me supongas dotado de facilidad literaria. Paciencia es lo que tengo, pero también me cuestan sudores los partos del ingenio, y sin duda no menos que a tí. Verbigratia: acabo de poner el punto final a un nuevo cuento, “El as de bastos”, más impublicable que los anteriores: consta de seis hojas, y me ha costado no menos de 15 dias de trabajo. ¿Facilidad? Sí, sí.

Siguiendo tu sabio consejo escribí a Puerto Rico (pero no a Mrs. Molinary, que ya ni contesta, sino a Jorge) para que me envien las pruebas. Me dice que Geño, tan geñal siempre, se niega (y esto va también a cuenta tuya), aunque Enjuto no desespera de arrancárselas a último momento y, en otro caso, promete corregir tu trabajo y el mio él mismo, por aquello de que del mal el menos.

Lo de las corridas de toros que doña Fela planea es primera noticia para mí. Según parece, no ha cundido tanto la alarma entre las presuntas víctimas. Pero yo creo que tampoco hay motivo para ella, pues los animales que allí se crían son mansos, y están, o se creen, exentos, como no sea para las charlotadas. En cuanto a los propósitos de dicha doña (cuyas actividades anuncia impúdicamente en dicho apelativo), no entiendo que se encaminen a conseguir indirectamente el estado de viuda; siempre sería uxoricidio; y si se echan al corral, tentativa.

El número de La Torre no me lo mandan, ni me lo mandarán. Lo he reclamado. He escrito al filósofo Carpio, que no me contesta; y esto tampoco me extraña mucho pues, según me informa Enjuto, el número unamuniano se encuentra detenido a la espera de que el mencionado filósofo acabe de escribir un artículo destinado a completar y cerrar con broche de oro tan precioso conjunto. Así es que será para el cincuentenario de la muerte de don Miguel. Lo cual, nada importa, pues todos escribimos para la eternidad.

Nilita está por acá, y vino a vernos. Siempre tan simpática.

Felicidades por las fiestas. Y que el año próximo no sea sólo cuestión de un dedo. Abrazos

Ayala.-