Cartas enviadas a Emilio Orozco Díaz:

Emilio Orozco Díaz

1909 Granada - 1987 Granada

Fue catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, reconocido internacionalmente por sus estudios sobre el Siglo de Oro y las vinculaciones de la literatura y las artes plásticas. Orozco invitó por vez primera a Francisco Ayala a intervenir públicamente en su ciudad natal, Granada, en 1977.

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FECHA
25/05/1974
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Emilio Orozco Díaz
DESTINO
Granada
ORIGEN
Madrid
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] The City University of New York / Graduate Center: 33 West 42 Street, New York, N.Y. 10036 / Ph. D. Program in Spanish

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo familiar

Carta de Francisco Ayala a Emilio Orozco Díaz (25/05/1974)

Madrid, 25 de mayo de 1974

Sr. D. Emilio Orozco Diaz,

Granada.

Mi querido amigo:

Hasta hoy no ha llegado a mis manos el volumen Novela y novelistas con su estudio de El jardín de las delicias, de cuya existencia sólo hace un par de meses tuve noticia. Esa es la razón de que no le haya escrito a usted antes. ¿Por qué no me envió usted en su momento una copia del original? No se hubiera demorado tanto mi placer de conocer tan espléndido trabajo, ni el cumplimiento de mi gustoso deber de darle las gracias a su autor. Más aún, ese placer no se hubiera visto entorpecido por las numerosas erratas tipográficas que estropean el texto impreso, tanto más lamentables cuando se trata de uno tan preciso y precioso como éste.

Puede usted imaginarse la alegría del escritor que encuentra su obra examinada con tal profundidad y una simpatía que no excluye sino aumenta la sagacidad crítica de quien posee la más seria preparación para ejercitarla. Es un regalo único y un placer incomparable. ¿Para qué decirle lo que usted bien sabe?: que su estudio es el análisis más completo y más exacto de cuantos se han hecho de esa obra mia. Veo en él subrayadas y puestas de relieve muchas cosas que al escribir me divertía en hacer sumamente elusivas como desafio al lector, pero que indefectiblemente ese lector especialísimo que es usted ha sabido captar hasta el fondo. Sería cuestión de hacer un ensayo comentando las virtudes del suyo, pues desde los fundamentos teóricos hasta la detectación de las conexiones minísculas [sic] y más secretas, pasando por el descubrimiento del esqueleto estructural, está ahí dicho todo lo que yo mismo hubiera podido declarar acerca de mis intenciones creativas, y mucho más que sin duda puse en obra sin intención consciente, y que usted, como crítico, revela a los ojos del autor. Nada se le ha escapado. Incluso apunta –y es una adivinación– la eventualidad de que futuras ediciones del libro incorporen nuevas piezas. Hasta ahora no ha ocurrido, pero puede ocurrir más adelante. Incluyo en esta carta algo de lo que podría integrarse al Jardín de las delicias; es una muestra, entre otras cosas que tengo escritas. Supongo que le gustará conocerla.

También contesta usted en su estudio, y de manera muy cumplida, a la pregunta que un escritor argentino amigo mio, Murena, me hizo acerca del sentido y función de las ilustraciones del libro, que –como yo le aclaré sumariamente en mi respuesta– no son adjetivas. Quisiera poder enviarle a Murena este trabajo de usted para que advierta la significación que esos elementos asumen en el volumen.

En fin, ¿a qué seguir? No terminaría nunca. Ojalá nos deparen las circunstancias una oportunidad de reunirnos y conversar ampliamente de todo ello. Pienso permanecer en España durante todo el verano, y en la segunda mitad de junio estaré en Fuengirola con mi mujer y mi nieta, un poco sugeto [sic], claro está, por razón de la familia. Acaso pudieramos encontrarnos, en Andalucía, o luego en Madrid. Dígame cuáles son sus proyectos.

Por lo pronto, voy a pedir que le envien a usted la tercera edición (junta con otros libros) de El jardín de las delicias en ejemplar dedicado. No tiene otra diferencias [sic], aparte de un par de erratas subsanadas, que el haber puesto en letra bastardilla la primera sección, sin título, de los "recortes" para unirla de alguna manera con la nota-epílogo del final, dándole una circularidad al libro, pues esa primera sección tiene algo de ensayístico y de prologal para introducir a la pseudo-objetividad de las noticias periodísticas, y es a su manera también voz del autor todavía escasamente ficcionalizado.

Deme sus noticias personales. Me dicen que ha estado usted enfermo, pero que ya se encuentra restablecido y bien.

A la espera de la ocasión en que nos veamos, le envia un fuerte abrazo de gratitud y afecto su amigo

Francisco Ayala.-

Francisco Ayala

Marqués de Cubas 6

Madrid