Cartas enviadas a Dionisio Ridruejo:

Dionisio Ridruejo

1912 Burgo de Osma, Soria - 1975 Madrid

Escritor y político, Ridruejo fue uno de los primeros seguidores de José Antonio Primo de Rivera en Falange Española; a su regreso de la División Azul comenzó una evolución ideológica que le llevó a oponerse al régimen de Franco desde el interior de España.

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FECHA
11/03/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Dionisio Ridruejo
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Archivo de Dionisio Ridruejo, Centro Documental de la Memoria Histórica

Carta de Francisco Ayala a Dionisio Ridruejo (11/03/1961)

11 de marzo de 1961

Mi querido amigo:

El motivo inmediato de estas líneas es mi deseo de enviarle un abrazo muy cordial, a raíz de haber leído en Novedades de México la carta que dirige usted al Sr. Luca de Tena con ocasión de su ataque a Bergamín. Esa carta de usted revela, no sólo su limpieza de alma, sino algo que, en el fondo, va ligado a ella: una manera alta, noble, inteligente, generosa y digna de encarar (dándole a esta palabra todo su alcance) la situación de nuestro desdichado país, de la que el régimen, que la promovió, es exponente, y asume por triste paradoja con ello verdadero carácter representativo. El repulsivo episodio, visto desde ambos lados, revela una abyección que da ganas de echarse a llorar, y que, sin la carta de usted, sería para desesperar de España.

Durante estas semanas pasadas he tenido a usted muy constantemente en el pensamiento. Leí el número de Atlantic Monthly, y escribí para Cuadernos un artículo comentándolo, y haciendo diversas puntualizaciones, del cual he enviado copia a Jesús Prados [Arrarte] con el ruego expreso de que se le dé a conocer. Ignoro hasta la fecha si mi carta habrá llegado a su poder. Si es así, y usted ha visto ya mi artículo, se habrá dado cuenta de que dejo en él muchos puntos sueltos, algunos de ellos muy debatibles, con el propósito de suscitar polémica, que es a juicio mío lo mejor que cabe hacer en este momento, a fin de disipar turbiedades e ir preparándonos todos para los problemas "reales" y las dificultades "reales" del futuro próximo. En fin, la cuestión es que debemos, al mismo tiempo que se empuja hacia el cambio (y yo diría: cualquier cambio), evitar que nuestro pueblo sucumba a las convulsiones previsibles en las maniobras del tironeo comunista.

Termino; pues, como le decía, mi carta es sólo para enviarle un afectuoso saludo, que le ruego comunique también, de nuestra parte, a su mujer.

Suyo siempre.

[Francisco Ayala.-]