Epistolario de Francisco Ayala

20/11/1957

DESTINATARIO: Bayón, Damián REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
20/11/1957
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Princeton University. Department of Modern Languages and Literatures
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] PRINCETON UNIVERSITY / PRINCETON, NEW JERSEY / Department of Modern Languages and Literatures.

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (20/11/1957)

20 de noviembre de 1957

Mi querido Damián: Contesto a su carta, antes de que vuelva usted a pensar y decir mal de mí por causa del retraso.

Veo que no hay perspectivas de que nos encontremos en los próximos meses, a menos que yo vuelva durante ellos a Puerto Rico, o que pase por ahí (lo cual no sería imposible, aunque esta es la fecha en que mis planes, que usted conoce, se encuentran enteramente indecisos, salvo en el propósito de hacer la gira por Sudamérica: pero el plan mismo de ésta aun se encuentra por trazar.

De Puerto Rico sé poco y nada. Hace ya un mes estuve hablando en Nueva York con Benitez, y las cosas seguían iguales. Después, sólo su amigo Granell me escribe de vez en cuando y me da noticias de aquel hervidero, o pudridero, que tal está llegando a ser la islita de la simpatía; y al recibir la tufarada uno se queda bastante estupefacto, como si no conociera el ambiente, o ya se le hubiera olvidado, maravillándose sobre todo de que la gente no se canse. Todo ello ha de ser resultado de la convivencia demasiado estrecha, en un espacio reducido, que caldea los ánimos y excita los nervios, como pasa en los conventillos, donde la gente vive con las narices metidas en el culo del prójimo, y de pronto se arman los grandes zipizapes, tras de los cuales viene una pequeña, casi imperceptible pausa, pues la catarsis de insultos y malas palabras apenas si alivia por un momento la tensión... Veremos en que termina todo eso; aunque la experiencia es que las cosas no terminan. Terminamos nosotros, unos entran en el baile, otros salen de él, y el baile continúa.

Bayón, el otro dia me dijo una señora de aquí que había leido en un periódico francés la muerte de Borges. Yo me llevé el tremendo disgusto, y aun no me resuelvo a creerlo; aun tengo la esperanza de que sea una interpretación errónea, y que lo haya confundido esa señora con otra persona. Hágame el favor de decirmelo, y si por fortuna fuera falsa la noticia, no diga nada a nadie. Estoy apesadumbradísimo, como bien puede imaginarse, y deseoso de saber qué es lo que haya de cierto; entre otras cosas, para escribir, si se confirmara la desgracia, a la familia. El que no haya habido otras indicaciones, ni nadie por aquí sepa nada, me da cierta esperanza.

Poco tengo que contarle de aquí. Buen tiempo, agradable ambiente, trabajo moderado y poco estimulante en verdad, y eso es todo: nada entre dos platos. En fin, escriba, pues usted está viviendo en una [sic] ambiente donde pasan cosas, aunque sea desagradables, y no en este limbo hermoso y deseable, pero en ese sentido deceptivo, o sea: sosísimo.

Reciba muy cariñosos saludos de Nina, y de nuestra hija; y un abrazo muy cordial de su amigo

Ayala.-