Epistolario de Francisco Ayala

07/01/1961

DESTINATARIO: Bayón, Damián REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
07/01/1961
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Damián Bayón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Instituto de América de Santa Fe. Legado Damián Bayón. Archivo (Santa Fe, Granada)

Carta de Francisco Ayala a Damián Bayón (07/01/1961)

7 de enero de 1961

Querido Damián:

De todas maneras, pensaba escribirle ya; no lo había hecho porque usted me anunciaba en su última carta que iba a pasar sus vacaciones en Madrid, viendo la exposición de Velázquez, y como no tenía su dirección ahí esperaba a su regreso para contestarle y, de paso, felicitarle en Navidad y desarle [sic] las no por protocolarias menos sinceras felicidades de año nuevo. Pero hete aquí que ayer me dice Luisita haber recibido noticias suyas por las cuales sabe que renunció al viaje y ha pasado las fiestas, no mal tampoco, en Paris. De haberlo sabido, hubiera dedicado mis ociosidades en las dos semanas de academica vacación, a escribirle. Ociosidades digo, y digo bien, como se dice en el entremés de Los Habladores; porque primero me tuvo en cama la habitual gripe, y luego, cansado, y persuadido de la inutilidad de todo esfuerzo, decidí no hacer cosa que, ni remótamente, pueda merecer la consideración de trabajo, resolución que cumplí con la fuerza de voluntad que me caracteriza, sin permitirme ni la mas leve infracción durante esas dos semanas. Tengo, pues, tranquila la conciencia de no haber aumentado durante ellas la ya pesadísima carga de letra impresa que aflige al mundo. Conversaciones, TV y radio, gramola también, pocos paseos, alguna película como The Entertainer, consumieron mi tiempo felizmente. Ahora, aquí me tiene otra vez, sano y salvo, y dispuesto a recaer de nuevo en el viejo vicio, tan nefasto como la masturbación misma, de llenar hojas de letra menuda con destino a la imprenta, sólo perdonable por las hojas que de vez en cuando lleno también con destino a las aras de la amistad, no menos consuntivas, pero más gratas en todo caso.

De noticias, escasas, como ve. Aliciente ha sido la presencia del matrimonio Schajowicz, que nos trajeron las brisas del trópico feliz, y con ellas montones de anécdotas sabrosonas, de rasgos grotesquitos, y que renovaron en nuestro ánimo las saudades que no logran calmar en Manhattan ni siquiera las legiones de puertorriqueños que por acá transitan.

Tuve una postal de Nilita, desde Méjico, tan cariñosa siempre; y desde Méjico también envía luminosas postales el sobrino de Nina, que se ha casado con una americanita y se la ha llevado a disfrutar de una beca en la República Azteca; bueno, supongo que no sólo de una beca estarán disfrutando, y que, como en La Corte del Faraón se desea (usted vera que yo siempre cito a los clásicos) los dioses les habran concedido “larga luna y mucha miel”.

Recibí un número de los Annales en el que afanosa, pero vanamente busqué su firma. No obstante estar ausente ella, repasé el número con gusto y le agradezco su envio.

Sígame escribiendo, y seguiré contestándole con igual asiduidad. Quizás en otra carta pueda hablarle de alguna otra cosa menos trivial que las que llena, o inflan, la presente.

Entre tanto, reciba nuestros más afectuosos abrazos.

Suyo

Ayala.-