Las cartas de Francisco Ayala sobre

Editorial Seix Barral

Editorial Seix Barral, Barcelona, 1911.

Si bien sus orígenes se remontan a 1911, con la fundación de Industrias Gráficas Seix y Barral Hermanos, fue a mediados de los cincuenta cuando la alianza entre Víctor Seix y Carlos Barral marcó la orientación eminentemente literaria de la editorial, cambio que cristalizó en la creación de la colección Biblioteca Breve.


Entre 1971 y 1982 Francisco Ayala publicó, entre inéditos y reediciones, doce títulos en Seix Barral; destaca por encima de todos la primera edición de El jardín de las delicias .

cartas 1 al 5 de 24
FECHA
25/01/1960
REMITENTE
Max Aub
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fundación Max Aub. ©Max Aub y Herederos de Max Aub

Carta de Max Aub a Francisco Ayala (25/01/1960)

25 de enero de 1960

Queridos Ayalas:

Vuestro papel de cartas me hace temer que no hayáis recibido ni mi felicitación de navidad ni mi librejo de cuentos mexicanos. Y eso que le pedí a Salazar Chapela vuestra dirección –me dio la antigua–.

Referente a la timorata estudiante, no hay problema ninguno. Mi secretaria, que lo es a la vez de Difusión Cultural de la Universidad, conoce una señora de excelente conducta y buena casa y conocedora de Nueva York que, posiblemente, vendría al pelo.

En cuanto a lo de trabajar como un burro, más o menos clásico, te imito. Y en lo de las novelas. Lo de Bocanegra reivindicado me parece bien, La gran Vidorra un poco exagerado.

Te escribí hace poco para decirte que en principio pienso ir au prin temps a París, para la salida del Campalans. Esteban me dijo que pensábais daros una vuelta por allí. No estaría nada mal que fuésemos juntos de Nueva York a las Europas.

Seix y Barral me pidió una novela, se la mandé, después de pasar quince veces por la censura: que no. Ni modo.

Grandes abrazos.


FECHA
21/10/1963
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (21/10/1963)

21 de octubre de 1963

Querido Paco:

Te veo perdido en las delicias de los papers estudiantiles en los que tantas cosas se aprenden, especialmente paciencia. Como nunca está de más ejercitarla considero que eres muy afortunado al trabajar en un centro donde no faltan ocasiones de mostrar cuánta se posee.

No sé si te dije en mi anterior que al fin me he decidido a publicar el tantas veces anunciado libro sobre la generación de 1925, incompleto como se halla, pues ni tengo tiempo ni humor para volver a escribirlo. El proyecto primitivo no incluía sino poetas, y por eso el libro iba a llamarse “generación poetica”. Ahora pienso que debo incluir algo sobre prosistas y ese algo será el ensayo que escribí sobre Guillermo de Torre para que sirviera de prólogo al libro que editó Seix y Barral y sendos capitulillos dedicados a Jarnés y a ti.

Me convendría saber algunos datos precisos tuyos, de manera que si me envias un breve curriculum vitae, haría uso discreto de los datos que me facilitaras, no para recargar con ellos el capítulo; sí para decir en él algo exacto de tu vida; por ejemplo: tiempo de tu estancia en la Argentina y Puerto Rico; fechas de tu estancia en Estados Unidos, etc. Y claro es, las de tus andanzas juveniles por Europa. No las de la historia privada, sino las que puedan hacerse saber a un público honesto.

Por aquí no hay novedades dignas de mención, salvo que este año tenemos con nosotros dos argentinos: Arocena y Garasa, con quiénes paso muchos y agradables ratos. Arocena me ha encargado que te de recuerdos, al saber que pensaba escribirte.

He recibido El as de Bastos, y lo saboreo con más gusto del que te imaginas. Nuestra rubia Inés se avalanzó [sic] sobre el tomito, pero se sintió defraudada, pues no entendió ni un peñazo de lo que en el primer cuento pasaba. El explicárselo lo dejo a tu cargo. De todas maneras el cuento es estupendo, uno de los mejores tuyos, tal vez tan bueno como el “de Maupassant”. A la chita callando has escrito una porción de narraciones de primerísimo orden.

La traducción de Muertes de perro como Death as a Way of Life me parece malísima. El título tuyo es expresivo y vigoroso mientras el que estos manus te proponen suena casi científico. Como ellos conocen su negocio, y yo ni ese ni ninguno, a lo mejor resulta que lo que yo creo es un error hace vender el libro y en ese caso todo está bien.

Trabajo menos de lo que quisiera, pues se me van los días en menudencias y en atender puñeterías diversas. Quisiera averiguar cómo te las quitas de encima, si te las quitas, imitando tu sabiduría para disponer de más tiempo libre.

Para Nina muchos recuerdos y recibe un fuerte abrazo de


FECHA
14/06/1967
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Madrid
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] THE UNIVERSITY OF CHICAGO / CHICAGO 37 - ILLINOIS / DEPARTMENT OF ROMANCE LANGUAGES AND LITERATURES / 1050 EAST 59TH STREET

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (14/06/1967)

Madrid 14 de junio de 1967

Mi querido Ricardo:

Contesto a tu carta del dia 2, ahora que ya estarás, según me dices, haciendo tu curso de verano en Iowa. Ojalá que lo pases bien.

Yo ahora estoy “fijo” en Madrid, pues ha llegado mi familia completa y, con la niña pequeñita, no es cosa de pensar en viajes. Trataré de cumplir mis proyectos de trabajo, y veremos si puedo sacarle algún fruto literario al verano madrileño. Hasta ahora, nada; pero tampoco he tenido oportunidad (ni ganas) de ponerme a intentarlo. En los próximos dias lo procuraré.

Una de las cosas que me han ocupado y cabreado en las semanas pasadas fue el asunto de mi edición de Obras Narrativas en Aguilar. Este poderoso editor, como todos, sin excluir al comunistoide Barral, presentan los originales a la consulta voluntaria, y ésta, claro está, cumple su oficio, desaconsejando una cosa u otra. En mi caso vetaron La cabeza del cordero, aceptando todo el resto, es decir, muchas cosas que antes habían eliminado, y al parecer dándo fórmulas tales como dividir en dos volúmenes la publicación y dejar la obra objetada para un segundo, que ya no tendría dificultad. Los editores prefieren (dado que yo, naturalmente, me niego a cambiar una coma en los textos, que era otra de las “sugestiones”) imprimir el libro en México, como va a hacerse. Y yo contaré esto, o diré cuál es la situación, tanto en un prólogo a la edición del susodicho libro que hace Prentice-Hall como en una interview que le he dado a Mundo Nuevo. Lo que me fastidia de todo es que la culpa ya no es de las autoridades oficiales, sino de la gente, en este caso los editores, en quienes los muchos años de régimen han puesto mataduras y burujones que ahora, al levantarse un tanto los aparejos de la censura, quedan bien al descubierto. Y da asco la cobardía y la obsecuencia con que proceden, con un miedo infundado, pues les pasa como a la modistilla que dio el mal paso en el poema de Almafuerte: “y lo que es más grave, sin necesidad”. Bueno, ya me he desahogado un poco; a otra cosa.

Veo que estás por fin resuelto a cambiar de universidad. Me parece que sería, en efecto,razonable y oportuno, por un conjunto y conjunción de circunstancias que no es necesario detallar, pues las conoces perfectamente. Creo que debes preparar el salto con mucho cuidado, para instalarte ya en el sitio donde quieras continuar indefinidamente, que supongo será Nueva York. Si haces saber que esta vez estás dispuesto a aceptar lo que te resulte conveniente sin consideraciones sentimentales, no tardarán en ofrecerte algo aceptable en cualquiera de las universidades del área. Pienso particularmente en Columbia, donde no tienen a nadie. Para el primer semestre han invitado (por sugestión mía) a Aubrun, pero el problema está planteado, y en cuanto a sueldo, ya estarán convencidos, supongo, de que hay que ponerse en condiciones de competir si quieren tener a alguien que no sea una nulidad. Tenme siempre al tanto de todo, para ver si te puedo echar una mano. Debo decirte que la última gestión de tu pariente en NYU fracasó, y tenía que fracasar, pues él echó tu nombre de nuevo como una baza en su competencia a muerte con Starr, que –tonto y todo– es una buena persona o por lo menos más decente en su ingenuidad que el otro, empeñado en llevar adelante sus intrigas. Es fácil que esa pelea haga saltar a ambos, pero más probablemente a Molina. Y te diré que todo esto lo sé, sobre todo, por el propio Molina. Su recomendación es, hoy por hoy, contraproducente.

A Martínez López lo he visto el otro dia; estuvimos tomando café juntos en la tertulia del Lyon. Está radiante de felicidad madrileña.También veo a Cano, y a otros amigos. Dime si quieres algo de aquí, pues no pienso moverme hasta principios de agosto en que quizás vaya a Puerto Rico. Y escríbeme de todas maneras, para que nos mantengamos en contacto.

Ecibe [sic] un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
12/02/1971
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Madrid
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (12/02/1971)

Madrid, 12 de febrero de 1971

Querido José María:

Al regreso de tu natal Barcelona, donde he pasado varios dias muy agradablemente y por fin he entrado en contacto con el ambiente literario de allí, me encuentro tu carta, en respuesta a una mía que, por lo visto, sólo el Zip Code salvó de extraviarse por culpa de un error mío. Todo eso se evitará en el futuro, cuando cada Weltbürger tenga su correspondiente número, que será el mismo del teléfono de bolsillo, y con eso baste para alcanzarlo doquiera se halle. Mientras tanto, la pobre humanidad será víctima de sus propios errores, en ese punto y en todos los demás.

Mi ida a Barcelona no fue a humo de pajas, pues he hecho arreglos con Seix-Barral para la publicación (o re-idem) de algunos de mis libros, de modo que no esté toda mi magra carne en el asador madrileño. La ciudad está espléndida (a Barcelona me refiero), y tanto en ella como en ésta de donde te escribo el tiempo me ha acogido con un trato especial: es delicioso, y cuando recibo cartas de la USA con datos meteorológicos experimento esa especie de regocijo que, inevitablemente, debo considerar maligno... aunque levemente maligno.

Aquí, después del susto pasado, tengo la impresión de que la gente ha adquirido nueva confianza en el porvenir. Veremos si, como otras veces, no adquiere España la normalidad justamente en el momento en que el mundo vuelve a desquiciarse, como amenaza hacerlo ahora.

He visto a varios amigos que lo son comunes, y todavía tengo bastante que hacer antes de regresar a mis labores docentes, quizá con unos dias en Puerto Rico antes de ello. Veremos cuando vemos, para no dejar de la mano el verbo ver, esas películas tuyas que sólo conozco hasta ahora por referencias. Aquí están poniendo una de Saura, titulada El jardín de las delicias, cuyas intenciones adivina uno; pero si hay que adivinarlas eso quiere decir que no están expresadas con la energía artística exigible, lo que implica una medida de fracaso quizá imputable a las “circunstancias”; pero éstas suelen cargas [sic] con más responsabilidades de lo que fuera justo.

En fin, nada más por hoy. Un abrazo de

Ayala.-


FECHA
27/02/1971
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (27/02/1971)

27 de febrero de 1971

Mi querido Ricardo: Recién regresado de España, voy a poder escribirte ahora con relativa calma (no mucha todavía, por lo mismo que acabo de llegar), para que sepas de mis pasos en la tierra natal, de los que algo te habrá contado quizá Pablo. Así, pues, aquí me pongo a contar, con el precioso tomo de Técnicas de Galdós al lado, que pienso explotar a fondo cuando, dentro de tres semanas, vuelva a Chicago para dar comienzo a mis cursos, uno de los cuales será sobre el susodicho Galdós y sus técnicas. La verdad es que, cuanto más repaso tu estudio, más me satisface. Pero vamos al cuento. Como recordarás, el asunto de mi mayor interés en ese viaje era conseguir una edición decente para el nuevo libro, y he hecho un acuerdo con Seix-Barral que lo publicará en mayo, a la vez que otro de autocríticas e interviews, Confrontaciones, éste en la colección de bolsillo. En cuanto al otro, después de mucho darle vueltas, me he inclinado a titularlo El jardín de las delicias, a pesar de que Saura ha usado el título del Bosco para una película (no lograda a juicio mio, por cierto), que se está dando ahora. Pero después de todo ¿qué inconveniente puede ser ése? La cuestión es que el título sea adecuado al libro, y vaya si lo es. ¿Qué te parece a tí de todo ello?; pues aún es tiempo de volver a considerarlo. El título que tenía pensado, En qué mundo vivimos, era adecuado al contenido, pero de escaso atractivo para el lector o, mejor, para el comprador. Dime tu opinión sincera. La edición va a llevar ilustraciones varias, y ello le añadirá atractivo. He encontrado muy estimulante el ambiente de Barcelona, y estoy contento de los resultados de mi visita, donde, entre otras muchas gentes a quienes conocí, estuve en casa de Blecua, familia encantadora cuya frecuentación es un placer incomparable, pues hasta la dificultad auditiva de su jefe pone una nota de particular simpatía en su caso, al contrario de lo que suele ocurrir con ese defecto. Muy bien lo pasé junto a ellos. También fui a Sevilla, y también esta excursión me proporcionó una experiencia muy grata, pues el pretexto era una charla a los estudiantes de la City University de New York, pero acudió tanta gente que hubo necesidad de trasladarse al paraninfo con cerca de mil personas, y el acto resultó sensacional. Creo que López Estrada fue el ‘culpable’, y para compensarme me llevó a visitar Arcos y el molino del famoso sombrero en un dia de primavera en que el campo estaba cuajado de lirios y de almendros en flor... Veo que el papel se acaba, y –aunque parezca absurdo– no tengo otro. Terminaré diciéndote que iremos Nina y yo por una semana a Puerto Rico (del 11 al 18 de marzo), y si, como espero, me escribes antes, te contestaré a vuelta de correo y empleando, si necesario fuere, una resma de papel. Cuéntame de ti, pues estoy deseoso de tener tus noticias directas. Las espero enseguida, y amplias. Mientras llegan, recibe, con nuestros cariños, un abrazo muy fuerte de tu fraternal amigo

Ayala.-