Las cartas de Francisco Ayala sobre

Nilita Vientós

Nilita Vientós. San Sebastián del Pepino, Puerto Rico, 1903-San Juan, 1989. 

Fue profesora de literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y fundó las revistas Asomante (1945-1965) y, en 1970, Sin Nombre.


En ambas colaboró Francisco Ayala, que incluye a Vientós en la minoría culta y distinguida que favoreció la influencia sobre la sociedad puertorriqueña de los numerosos intelectuales extranjeros reclutados por el rector Benítez para la universidad.

cartas 16 al 18 de 18
FECHA
07/01/1970
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
54 West 16th Street. Apt. 4F. New York 11 N. Y.
ORIGEN
Austin
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (07/01/1970)

Austin, 7 de enero de 1970

Señor

D. Francisco Ayala

54 West 16 St.

New York, N.Y.

Mi querido Paco:

Perdóname que haya dejado pasar tanto tiempo sin contestar tu carta última, pero es el caso que me llegaron noticias confusas de personas que decían que estabas en Madrid o en la Argentina y no estaba seguro de cuál era tu paradero. Además, no solamente he tenido más trabajo que nunca con mis cursos sino que me he dejado extraviar en preocupaciones muy personales que acaso no valga la pena ni mencionarlas, pero no por eso han dejado de perturbarme y de quitarme el humor para todo. Sirva de consuelo el que te he leído mucho y me he sentido así en cierta comunicación contigo. Me resisto a creer que tu visión del mundo sea exacta, pero algo me sugiere que bien pudieras tener razón, a pesar de todo. El lunes pasado dió la coincidencia de que tanto en la clase de por la mañana como en el seminario de la tarde, discutimos tu obra: cuentos con los seniors y novelas con los graduados.

Lo que de verás necesito es hablar contigo, y no veo cómo, pues voy a ir a Penn State a dar una conferencia, pero el frío y la desgana me harán volver tan pronto como acabe. Manolo está dispuesto a ir a encontrarme a Philadelphia, pero dudo que dé este rodeo, como en principio había proyectado. Incluso voy a retrasar veinte días o un mes mi salida para Hispanoamérica, pues es evidente que el único sitio donde me encuentro más menos a gusto es la casa.

Tengo muchas notas y algunas ideas para escribir un artículo sobre tí. Voy a ver si en este mismo mes sacudo la desgana y la sensación de futilidad que el trabajo me producen [sic], y lo escribo de forma más o menos decorosa.

Para darte una idea de mi inapetencia intelectual te diré que desde el mes de septiembre tengo escrito un artículo sobre García Márquez, continuación del que di a Nilita en el verano, y aun no he tenido ánimo ni interés para volver a leerlo y mandárselo a Cela. Hace mes y medio me invitaron a colaborar en La Prensa de Buenos Aires y aun no escribí mi primer artículo. Los tuyos me estimularon y creí que podría ponerme a la tarea, pero no ha sido así. Estoy a duras penas anotando lo que será mi conferencia de Pennsylvania, y me temo sea un desastre lo que salga.

Te envío dos fotografías que hace más de un año tengo para enviarte. No son muy buenas, pero recuerdan un momento del pasado que es dulce de evocar. Y como son de Puerto Rico pienso sin querer en lo que allí está pasando.

Te supongo enterado del golpe político de los estadistas y de cómo fue destituido el rector, y siguiéndole una ola de renuncias por parte de los decanos. Además de Jorge y Muñoz Amato han renunciado otros cinco, y según me acaba de escribir Nilita, Gustavo se propone abandonar la Biblioteca. ¡Qué lástima, tantos programas iniciados y que ahora habrán de ser abandonados de mala manera o puestos en manos de quienes tal vez se limiten a adulterarlos! Temo por el futuro de esa isla que yo he visto siempre como un refugio. Ahora, en mi viaje, al regreso de Argentina pensaba detenerme a pasar con Jorge un par de semanas. No sé si lo haré y es posible que, en cambio, vaya a España unos días.

Estoy dictando esta carta y tengo todavía que aprovechar la mañana para escribir a dos o tres amigos más a quienes tengo abandonados como a ti. No me tomes en cuenta el retraso y escríbeme pronto.

Que 1970 sea para ti y los tuyos un año excelente. Un abrazo muy fuerte de tu entrañable.

Ricardo Gullón


FECHA
01/04/1971
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con correcciones a mano, firma autógrafa y membrete:] THE UNIVERSITY OF CHICAGO / CHICAGO. ILLINOIS 60637 / DEPARTMENT OF ENGLISH / 1050 EAST 59TH STREET

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (01/04/1971)

1 de abril de 1971

Mi querido Ricardo:

Después del primer empujón a los montones de trabajo con que me he encontrado aquí, voy a escribirte con un poco más de calma, pues mi carta anterior quedó interrumpida por una de esas alarmas domésticas que, por suerte, resultó esta vez falsa. No era apendicitis lo que tenía la niña y, como suele ocurrir a esa edad, enseguida estuvo buena otra vez. La hemos llevado Nina y yo a Puerto Rico durante los ocho dias que hemos pasado allí, permitiendo así a su madre que descansara un poco y se repusiera de varias consecutivas gripes. Con todo el placer que supone el tener a la criatura con nosotros, no es menos cierto que ese placer hemos tenido que pagarlo en términos de cuidado y fatiga. Por suerte, todo marchó bien, el tiempo fue excelente durante esa pequeña temporada, y disfrutamos de la compañía de los amigos, con quienes un día u otro (y con algunos, como Jorge, todos los dias) nos hemos estado reuniendo. Benítez quería de mí que inspeccionara el estado de la editorial y, en particular, de La Torre, que está a punto de colapso, pues Huescar, detestando y despreciando al pais y sin interés alguno en ello, difícilmente podía superar las dificultades de sacar adelante la revista. En fin, he visto cómo están las cosas, y el único factor positivo que he hallado es que de nuevo Brunhilda trabaja allí. Me ha propuesto Benítez que dirija yo la revista por control remoto, empresa arriesgada y archidificil, a la que no sé si me animaré. Le he prometido estudiar el asunto; pero quien no sabe cuánto más fácil y placentero es engendrar a una criatura que reanimar a un moribundo. En fin, voy a pensarlo, y veré si me decido o no, pues la cosa tiene sus bemoles. Me gustaría entre tanto conocer tu opinión, inclusive, de un modo confidencial, acerca del detalle pecuniario. Conociendo todos los elementos en juego, cuál te parece a ti que sería una remuneración discreta para echar adelante? Pues yo no tengo idea clara.

Parece que, de veras, los de Seix-Barral están dispuestos a sacar en mayo mi Jardín de las delicias. Ojalá que las prisas no arruinen algún aspecto del libro, que va a llevar, como te dije, ilustraciones. También quieren sacar para la misma fecha un tomo en edición de bolsillo con mis relatos de la época vanguardista.

Una amiga mía y antigua alumna que dirige la sección de español en el campus de Gary de la Indiana University ha recibido recomendación para colocar ahí a un egresado vuestro, Nicholas Canellos. Quisiera pedirte que, con la más completa garantía de secreto, me digas lo que piensas de él, tanto como escolar como en cuanto persona, aspecto éste muy importante para la convivencia en un pequeño ambiente. Dime francamente tu opinión, y si te es posible, sin tardanza.

Vuelvo a contarte de Puerto Rico. A Jorge lo encontré un tanto deprimido y como desconcertado. Parecería que, habiendo renunciado a formalizar las relaciones con la muchacha con quien había pensado casarse, probablemente a causa de la dificultad que supone el ser ella madre de dos niños en edad dificil, esas relaciones se han interrumpido, y él estaba, como te digo, taciturno y tristón. Supongo que es cosa pasajera. También los sempiternos líos del pais tienen que haber contribuido a ello. Está muy ligado –sin convicción– con los elementos rábidos del independentismo comunistoide, y ahora, después de la reciente provocación, hay una reacción un tanto brutal de los otros elementos, de modo que mientras se trataba de charlar, claro está, esos amigos lo hacian por los codos y sudando tinta, mientras los otros callaban; pero cuando se acude al lenguaje de las pistolas resulta que también ellos saben manejarlas, y llegado el caso, más diestramente. En fin, qué se yo. Visité a Nilita, tan simpática y cordial y pintoresca como siempre, pero asustada porque le han amenazado (aunque supongo que es sólo para intimidarla) con ponerle una bomba en su casa. Pasé con ella un buen rato, pues es de veras encantadora.

Y de otras gentes, qué se yo qué podrá interesarte... Todos vegetan.

Dale mis recuerdos cariñosos a tu gente y a todos los amigos comunes, y recibe un fuerte abrazo de

Ayala.-


FECHA
25/11/1971
REMITENTE
Ricardo Gullón
DESTINATARIOS/AS
Francisco Ayala
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y membrete, seguida de nota manuscrita:] UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO / RECINTO UNIVERSITARIO DE RÍO PIEDRAS / FACULTAD DE HUMANIDADES / DEPARTAMENTO DE FILOSOFIA

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Ricardo Gullón a Francisco Ayala (25/11/1971)

a 25 de noviembre, 1971

Querido Paco:

Perdona mi tardanza en contestar tu carta pero hemos tenido un buen número de acontecimientos que han mantenido ocupada mi atención en todos los frentes; curos [sic] nuevos que preparar, un ensayo que llevo avanzado, y la situación universitaria. O sea, la expulsión de Benítez con todas sus consecuencias.

De esto último ya te habrás enterado, pero de todas formas no te vendrá mal informarte por un servidor de las entetelas [sic] y posibles consecuencias de la situación. Desde antes de salir Abrahán yo ya sabía que se la tenían jurada a Benítez y así se lo dije una vez. No me creyó entonces porque estaba haciendo el juego para que Abrahán saliera, o no le convino creerme. De una forma u otra salvó su pellejo esa vez y aguantó mientras pudo, que no fue mucho tiempo. El Consejo cayó totalmente en manos del PNP y empezaron a declararle una guerra solapada dificultando su gestión, cortándole el presupuesto etc. Al final lo echaron en la misma forma que a Abrahán, si [sic] darle siquiera derecho a defenderse. La excusa fue que no llegaban a un acuerdo sobre el nombramiento de un rector en Mayaguez. Yo, que no volví a su casa desde lo de Abrahán fuí a verlo al día siguiente de la expulsión, y lo encontré animoso y contento. Mi teoría es que él obligó al Consejo a que lo echaran por la soberbia con que los trató en la reunión última. Los otros cayeron de tontos en la trampa y Benítez saco el maximo de partido a la situación. Te explicaré. Ya al final creo que se dio perfecta cuenta de que lo iban a sacar aprovechando la revaluación que le tocaba muy pronto, y que podían hacerlo –y lo hubiesen hecho si hubieran sido inteligentes, que definitivamente no lo son– dándole “The red carpet treatment” como dicen en inglés: presidente eméritus, sueldo completo etc., y dando por motivo el hecho de que llevaba treinta años en el timón y que pese a sus incuestionables méritos era preciso dejar paso a sangre más joven. Si lo hacen así lo jeringan porque no hubiera podido chistar ni jugar el papel de mártir, que es el que mejor le sienta, aunque dicho sea de paso, si los mártires cristianos hubieran tenido los colmillos de don Jaime, los leones se las hubieran visto negras para quedar como Dios manda.

Tal como lo hicieron se armó la de Troya, como ya te habrás enterado. Todos los períodicos hablaron del asunto por dos o tres semanas, hubo páginas enteras con firmas de respaldo, revuelo, llantos, recriminaciones etc.

El indino ya se había preparado el terreno. Tiene a la chica más pequeña enseñando en Cayey –que convenientemente convirtió de Colegio Regional en College de 4 años– y se preparó una casa de las de los oficiales de alot [sic] rango –Cayey pasó a la U.PR. con todas las intalaciones [sic] que tenía como campamento militar– y se queda como profesor en dicho centro, que de paso queda al lado de su casa de campo en Jájome. Por otra parte, lo más seguro es que se acoja al retiro y con los 40 años que lleva el sueldo sería de unos 20 del ala. La casa la mantiene como profesor jubilado pagando cien dólares al mes y con independencia de la cátedra podrá dedicarse a la política que es lo que siempre le interesó en serio, sobre todo en los últimos diez o doce años. Se que le están ofreciendo el puesto de Comisionado Residente por el PPD, pero se está haciendo el loco a ver si logra la Gobernación, lo que no creo posible a estas alturas. De todas formas con Hernández Colon al timón, Benítez como Comisionado se queda con todas las primeras planas de los períodicos. Al parecer la terna que lanzarán es Hernandez, Gobernador, Benitez Cominionado [sic] y el joven avispado Arrarás como Alcalde de San Juan.

Estos lo han hecho tan mal que no creo que PPD pierda aunque no tuvieran a Benítez. Con el la cosa resulta más segura porque les quita votos conservadores y proamericanos. Hasta el momento no ha dicho nada públicamente, se encargó de que los demás hablaran, pero ya que la cosa empieza a calmarse está preparando un discurso al pueblo que dará por televisión para volver a encender el fuego sagrado hasta que se acerquen las elecciones y se lance a la palestra que la suerte y su buena voluntad le deparen. Por lo demás, la Universidad por el suelo con el genial Picapiedras al frente –gracias a él– y el famoso grupo de la [sic] “doncellas de hierro” controlando el Senado Académico capitaneado por una doctora de “fama internacional” en Economía Doméstica.

Por el momento nombraron de interino a Cobas pero nadie sabe qué es lo que pasará y sobre quien recaerá la presidencia. Como esto se perfila bastante oscuro por un buen número de años yo, en cuanto pueda, me jubilo y a vivir de rentas y escribir lo que me interesa, que algunas ideas llevo guardadas todavía en el caletre.

Dian Soler fue nombrado Decano de Humanidades después de que Rosa Silva no pudo aguantarlo por lo de sus úlceras. Se portó bien conmigo, reciprocando, y mantuvo mi nombramiento como director de la Revista Río Piedras que espero que por fin salga en febrero con tu artículo –no lo habrás publicado en otro sitio, espero–. Si tienes cualquier otra cosa adicional mándala para números posteriores. Los pagaremos a 75, que a nadie hacen rico pero que tampoco vienen mal.

Guillén viene en estos dias para tomar parte en un homenaje a Salinas. Me escribió comunicando su llegada pero no dice el día. Ya me enteré que venía por Nilita. Ángel Rama y Marta Trava se tuvieron que ir porque no les renovaron el contrato. Supongo que de ahora en adelante se hará difícil traer a gente competente ya que impera la mediocridad y en eso parecen estar todos de acuerdo, no importa qué ideas políticas sostengan.

Como ya se nos echan encima las Navidades recibe nuestras felicitaciones para ti, las Ninas, Julieta y toda la familia. No dejéis de invitar a nuestro amigo Lllorens [sic] a una buena comilona o, mejor, a un par de ellas, para reciprocar su esplendidez. Con recuerdos de Chary y en espera de que os encontreís todos bien y la fortuna os sonría por mucho tiempo, recibe un fuerte abrazo de tu buen amigo

[Escrito a mano:] Te envio esta carta a N.Y porque no sé cuando se te acaban las clases en Chicago.