Epistolario de Francisco Ayala

01/08/1959

DESTINATARIO: Ferrater Mora, José M.ª REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
01/08/1959
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Nueva York
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (01/08/1959)

New York, 1 de agosto 19159 [sic].

Querido José María:

Llegué ayer de Puerto Rico, después de haber contribuido notablemente a elevar el nivel cultural de la población indígena, y hoy mismo te escribo, calculando que estas cortas letras se te adelanten en el camino hacia París, donde según me anunciabas estarás para el dia 4 o 5. La razón de mi premura es que, al regresar, me encuentro con una carta de Pane, el chairman de Rutgers, do you remember, quien me pide por lo que más quiera que les ofrezca un seminario el dia de la semana, inclusive sábado, y a la hora que mejor me convenga. Pero es el caso que yo no quiero contestarle sin haberlo consultado contigo. Por supuesto, me gustaría hacerlo, tanto por razones egoistas (el vil metal, de que tan necesitado estoy esta temporada), como por el deseo de complacer a esa gente que fueron muy gentiles conmigo. Nada haré, sin embargo, hasta saber tu opinión. Si tú no ves en ello algún inconveniente demasiado serio, dime como debo proceder. La Sra. Marshall ha de estar veraneando, por lo que me dijo telefónicamente la última vez que hablamos... Te ruego que me escribas, aunque sea dos lineas, no bien te hayas sacudido el polvo de la carretera. Pero si no quieres gastar en un segundo franqueo, haz el esfuerzo de escribirme más de dos líneas, y cuéntame todo acerca de vuestra ida a España, pais que supongo continúa existiendo, no obstante el impenetrable silencio (epistolar) en que sus habitantes se obstinan, –e incluyo entre ellos a algún que otro turista, como el joven Marichal, que hasta la fecha no ha dicho ni mu respecto de un encargo que le hice.

Por desgracia, no puedo estimularte y obligarte con el ejemplo de interesantes noticias e informaciones en abundancia, dada la parvedad y modorra tropical de la isla que ha constituido mi circunstancia o dintorno geográfico-humano durante los dos últimos meses. Allí las cosas siguen cociendo en su propia salsa, o asándose a fuego lento cual delicioso lechón. Y nosotros lo hemos pasado bien. Mejor lo hubiéramos pasado, a no ser porque nuestro alojamiento en el Darlington nos ha tenido tiritando a efecto de un aire acondicionado incontrolable. Como no tuvimos la precaución de llevar mantas y ropa de lana, ni era cosa de comprarlas para tan breve tiempo, hemos pasado un frío bárbaro, del que sólo nos compensaba, y con exceso, el calor de la calle. Siendo que es el país de lo imprevisible, un sacerdote santanderino (y sedicente antifranquista) nos visitó el día de nuestra llegada provisto de una botella de champagne francés, que alguna devota debía de haberle regalado. Otras experiencias no menos placenteras, aliviaron las molestas [sic] del frio y del ejercicio docente, si bien con una periodicidad demasiado escandida para mi gusto. –Bien: ya estamos aquí de nuevo. En Nueva York se masca la humedad; pero no nos quejamos del calor, después de tanto habernos quejado del frio en las semanas previas. Por el momento, nos ocupamos Nina y yo en combatir la invasión de cucarachas que se han instalado en el departamento aprovechando nuestra ausencia. Desde la cocina, me transmite sus saludos más cordiales para Renée, Jaimito y el jefe de la familia.

Se acabó el papel. Abrazos de

Ayala.-