Epistolario de Francisco Ayala

30/03/1959

DESTINATARIO: Ferrater Mora, José M.ª REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
30/03/1959
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
Rutgers University
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] RUTGERS, THE STATE UNIVERSITY / COLLEGE OF ARTS AND SCIENCES / NEW BRUNSWICK, NEW JERSEY

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (30/03/1959)

30 marzo de 1959

Querido Pepe:

Imaginaráste, al no haberte telefoneado, que no pude averiguar nada sobre el paradero de Marías. Del Rio sabía que iba a dar conferencias, al parecer hoy y mañana, en Penn. State University. Y en el hotel sólo saben que se fué, y no dejó reservada habitación para el regreso. Si las conjeturas valen (no las maliciosas de Del Rio, sino las meditabundas que yo avanzo) ayer estaría nuestro amigo sesteando en algún cine de Filadelfia después de haber cumplido por la mañana sus deberes religiosos según requería la solemnidad de la fecha, y esta noche o mañana, después de desasnar a los indígenas de ese estado poniéndolos al tanto de ciertos detalles filosóficos cuya ignorancia los tenía anonadados hasta el punto de ignorar también su propio anonadamiento, hará acto de presencia, siquiera sea telefónica, en esos lares (como ves, aprendí tu lección de retórica y poética), y tú descansarás después de haber purgado con largas horas de inquietud y penitencia de aumento en la cuenta de la Bell Company para las calendas abrileñas el pecado de ausencia respecto de los susodichos lares en que incurriste, bien que en honor a otras amistades, quizás no tan dignas (al menos, por lo que a mi humilde persona se refiere), durante el pasado weekend.

Si esa conjetura se prueba atinada, facilítale a Marías el número de mi teléfono, e infórmalo de mi deseo, siempre vivo, de adquirir directo testimonio sensorial de su entidad física a través del órgano de la vista, el del oido y aún –en la forma limitada de un abrazo amistoso– el del tacto.

Otra cosa: puesto que estoy invirtiendo en escribirte algunos minutos de mi precioso tiempo, una hoja de papel de la Rutgers University, y aún cuatro centavos de mi peculio, aprovecharé para recordarte con toda instancia mi deseo de que no olvides tomar a tu cargo la gestión relativa a mi ingreso en la asociación de maestros, pues para antes de irme, si es que me voy, debo figurar como miembro de dicha asociación; a cuyo efecto habrá que presentar oficialmente la solicitud enviada a Mrs. Marshall, certificar documentalmente mis datos, y decirme la cantidad que debo aportar, para que lo haga con celeridad no disminuida por el dolor que toda erogación produce en las almas sensibles.

Vale.

Ayala.-