Epistolario de Francisco Ayala

29/11/1963

DESTINATARIO: Gullón, Ricardo REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
29/11/1963
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
Ricardo Gullón
DESTINO
S.l.
ORIGEN
S.l.
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa y con membrete:] NEW YORK UNIVERSITY / WASHINGTON SQUARE COLLEGE OF ARTS AND SCIENCE / WASHINGTON SQUARE, NEW YORK 3, N.Y. / DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Harry Ransom Center. The University of Texas at Austin

Carta de Francisco Ayala a Ricardo Gullón (29/11/1963)

29 de noviembre de 1963

Mi querido Ricardo:

Hoy que no han matado, parece, a ningún presidente, ni al asesino del asesino del idem, te escribo, como hace dias tenía gana de hacerlo, y no lo hice por la susodicha razón, que me hace pensar, pobre Kennedy, en la N. de la R. que puso el periódico de Nakens a la noticia de un rayo en una iglesia: “Y aquí, en la redacción de El Motín, sin novedaz”. Allí, en El Pardo, nada. Bueno, qué se le va a hacer. ¡A otra cosa,mariposa!

Leí en su versión castellana tu artículo sobre la novela española moderna, y leí el de Soldevila sobre un servidor, adornado éste (el artículo, digo; no el servidor) con muy abundantes y docorativas [sic] erratas, que al autor lo han de haber puesto frenético, pues aun es muy joven y no sabe que ésa es la gracia, condimento y aliño de todo artículo que se estime. El artículo de Inesita no volví a leerlo, pero la felicito de nuevo por su publicación reiterada.

En este momento está Nina entregada a la lectura de tu estudio aparecido en Universidad de México, y de vez en cuando me lee algún parrafito del bondadoso patriarca ya difunto, lectura que me hará agarrar el número de la revista con ansia loca no bien haya terminado de devorarlo ella.

Ayer estuvieron aquí los Ferrater y los Mora, quienes, aparte devorar, no trabajos literarios, sino un suculento pavo, no suministraron informaciones de interés sobre el difunto Bryn Mawr (difunto para mí, se entiende), salvo acaso la de que el joven Gonzalez, que tanto se distingue por su silencio, oral y epistolar, parece haber abandonado definitivamente la idea que alguna vez acarició de doctorarse, y cambia las solemnes vestiduras académicas por los laureles del poeta y los honrados callos del agricultor, o al menos el sosegado y sonriente reposo del rentista, retirándose al México natal. Es noticia, aunque esperada, no totalmente fidedigna, pues como bien sabes la gente adivina e inventa vidas ajenas con sin igual diligencia. En este caso, es tan verosimil la especie que me resisto a creerla cierta.

Y... eso es todo; pues no te interesará saber que el anciano Zulueta (don Luis de) ha llegado a Manhattan cargado de años para animarnos a perdurar en esta vida a nosotros los muchachos; ni que Nilita Vientós me escribió larga y cariñosa carta; ni que el joven Marañón vino a besarme la mano el otro dia (Jesús, que eufemístico estoy); ni que... Bueno, finis coronat opera, y aun opereta. Escribe copiosamente, con destino a la lectura privada se entiende, dándome cuenta de las escrituras públicas, o destinadas a ser tales en breve tiempo, aunque nunca tanto como el autor de turno (que en este caso lo eres tú) desearía, pues uno quisiera ver publicadas las cosas antes incluso de haberlas escrito.

Saludos, y un abrazo de

Ayala.-