Epistolario de Francisco Ayala

23/12/1956

DESTINATARIO: Ferrater Mora, José M.ª REMITENTE: Ayala, Francisco

FECHA
23/12/1956
REMITENTE
Francisco Ayala
DESTINATARIOS/AS
José M.ª Ferrater Mora
DESTINO
S.l.
ORIGEN
París
FICHA DESCRIPTIVA

[Carta mecanografiada con firma autógrafa]

DEPÓSITO DEL ORIGINAL
Fondo “Epistolario del Legado Ferrater Mora”. Universitat de Girona. Cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo

Carta de Francisco Ayala a José M.ª Ferrater Mora (23/12/1956)

Paris, 23 de diciembre de 1956.

Querido Ferrater:

En vísperas de navidad, y próximo el año nuevo, me doy cuenta –para eso se han hecho las fiestas– de que no puedo descuidar más tiempo el escribirte. Es más que probable que te deba carta. Satisfago esa deuda ahora, contándote el empleo –o desperdicio– del tiempo que va desde principios de junio, en que salí de Puerto Rico, hasta ahora. Primero hice una recorrida de toda Hispanoamérica (con excepción de pocos países) como integrante de un grupo presidido por el rector, con el objeto de averiguar si era verdad que cada país estaba en el sitio que, de acuerdo, proclaman los textos de geografía y las compañías de aviación. Comprobado eso, volé de Río de Janeiro a París, donde me esperaban ansiosas mi mujer e hija, la primera, ya en uso de la beca que le concedió su escuela al graduarse con los altos méritos a que, como hija de su padre, estaba más que obligada. Y la segunda, acompañándola, cual la clásica soga tras el caldero. La ansiedad de ambas se justificaba sobre todo por la expectativa de que adquiriese yo un automovil y les prestara servicios de chofer, como lo hice, según cumple a todo jefe de familia consciente de su dignidad y deberes del cargo. Francia, palmo a palmo, e Italia no menos, Austria, Alemania, Suiza, y Francia otra vez, tuvieron el honor de recibirnos como huéspedes. Y ahora, hace ya una semana, nos hemos quedado solos aquí los progenitores, mientras la nueva arquitecta ha llegado a Nueva York para empezar a trabajar en su oficio.

Total, yo he quedado reventado, sin ganas de moverme, y dispuesto a escribir por todo lo que no lo he hecho durante este tiempo. Sé que el mundo reclama imperiosamente mis escritos, y no quiero defraudarlo. Me quedaré acochinado aquí durante plazo no menor de un mes, quizás mes y medio; y luego… Dios dirá. Quería haber ido a Egipto y Marruecos, pero no está el horno para bollos; cualquiera sabe lo que se me ocurra hacer, en aprovechamiento del resto de la sabática, cuando vuelva a sentir ganas de moverme.

Eso es todo. Si quieres avergonzarme respondiendo enseguida esta carta, puedes hacerlo al Hotel Sévigné, 6 rue Belloy, Paris 16e. Recibiré con humildad la lección, y la aprovecharé demostrándote haberme corregido.

Nina, aquí aburrida a mi lado, me encarga muchos cariños para vosotros tres. Yo os envio un abrazo muy cordial.

Tuyo

Francisco Ayala.-